«Encontrarse a una misma es casi imposible, siempre estás buscándote»

–Esta noche vuelve al Botánico. ¿Cómo lo espera?

–Con bastante emoción. Es un espacio mágico y Xixón me trae suerte. Tengo el recuerdo del fin de gira de 'Suena la mina' en la Laboral. Nunca me había enfrentado a un teatro tan grande, quedé alucinada cuando se agotaron las entradas y de todo lo que se vivió allí. Desde entonces Xixón se convirtió en un sitio especial para mí y para mi música.

–Ha andado mucho camino desde ese concierto. En sus discos 'Consciente' y 'Lo fugaz' ¿se ha encontrado como cantautora?

–Encontrarse a una misma es casi imposible, siempre estás buscándote. Los discos reflejan cómo soy yo y lo que quiero aprender en cada momento. En 'Consciente', venía de la tonada y quería investigar otros géneros, esa era mi inquietud, pero eran canciones de otros. En 'Lo fugaz' fue la inquietud de querer escribir, están literalmente mis primeras canciones. El camino sigue y continúo buscándome: ahora quiero hacer mejores canciones, encontrar un sonido que me identifique más y también yo con mis composiciones.

–¿Cómo ha sido el reto de defender temas propios?

–Difícil. Son canciones nuevas para el público. Una versión que ya conocen si la interpretas de una forma especial la gente la va a recibir bien, pero con un tema tuyo tiene que llegar lo que cuentes y que cada canción deje un poco de huella. No es fácil y por ello doblemente gratificante. Cuando viene alguien y te dice que se identifica o se emociona con esas palabras merece la pena el esfuerzo.

–¿Este tiempo girando 'Lo fugaz' le ha dado la medida de sus canciones?

–Me ha servido para ver cuáles conectan más con la gente, si además estoy cómoda y las reciben como yo las quería transmitir ya tienes una pista. Porque a mí me alucina que haya canciones que la gente utilice para sus momentos en la vida o en las redes sociales. Ha pasado con 'Compañeras', una canción que escribí desde la colectividad, el espíritu de lucha, el compañerismo, y ver cómo en lugares impensables, incluso en Sudamérica, la utilizan grupos de mujeres dentro de su lucha, me parece increíble. Es que eso tiene mucho poder, sobre todo para quien lo está haciendo: te parece muy guapo y dices 'quiero seguir'.

–En esa lucha por la igualdad o contra la violencia machista, ¿el poder de la música sirve para cambiar la realidad?

–Lamentablemente no tiene ese poder, pero sí para que esos temas se visibilicen, para poder concienciar. El poder para cambiar esas realidades lo tenemos todos, está en nuestras manos. La música a lo que puede ayudar es a que nadie se olvide de lo que está pasando.

–¿La actualidad impugna el sentido de las canciones de amor?

–Exactamente, para qué queremos tantas canciones de amor si al final todos sabemos lo que es. Hay que hablar de lo realmente preocupante y lo que deberíamos estar pensando día tras día es que nos están matando y hay que ponerle remedio. No puede ser que en lugar de estar dando pasos adelante los estemos dando para atrás. Hablar de esas cosas es necesario.

–Su música apela también a la diversidad.

–Es que el folklore, como la llingua, lo que nos hace diferentes, es lo mejor que tenemos y lo que más gusta fuera. Yo lo tengo clarísimo y comprobado: en un mundo donde parece que todos somos fotocopias se busca eso, lo distinto. Y aunque seamos tan diversos, el folklore tiene un nexo de unión que nos conecta a los unos con los otros.

–¿Ha seguido componiendo?

–Llevo un año ya con disco nuevo, ya estoy en la parte final del proceso. No es como el anterior que lo primero que compuse ahí estaba, aquí hay mucho de hacer, desechar, volver a hacer, recuperar. Espero poder pronto hablar de fechas, pero prefiero quedar cien por cien a gusto y que salga cuando toque.