Una orquesta que habla por Strauss
Nuno Coelho dirige en el Jovellanos a la OSPA en dos grandes poemas sinfónicos y el 'Concierto para violín' de Miklos Rózsa con Roman Simovic como solista
RAMÓN AVELLO
GIJÓN.
Viernes, 27 de enero 2023, 01:56
El concierto de abono de la temporada de la OSPA que ayer se interpretó en el Jovellanos y que hoy se volverá a tocar ... en el Auditorio Príncipe se centró en el compositor postromántico Richard Strauss.
Recuerdo que, en el primer concierto del joven director titular de la OSPA, al inicio de la temporada, también se interpretaron los valses de 'El Caballero de la Rosa', de Richard Strauss (nada que ver con Johann, que sería como comparar, con todos los respetos a la relojería, un Rolex con un Casio).
Esta inclinación a Strauss (Richard) no es inocente y sí muy significativa. En Strauss (Richard, el del Rolex), se da un tratamiento muy individualizado, especialmente en los vientos, en una orquesta amplia, masiva, que exige ampulosidad sonora, pero también refinamiento y sutilidad. Especialmente en los poemas sinfónicos -poemas tonales, los llamaba Strauss- de obras como las que escuchamos ayer: El 'Don Juan' y 'Las aventuras de Till Eulengspiegel'.
El travieso 'Till', calificado como 'Ojo de búho', un personaje individualista, agudo observador, irónico y sensible, fue el seudónimo que utilizó en EL COMERCIO, en la sección 'La vida y sus vueltas', Francisco Carantoña, nuestro entrañable Till.
Antes de Strauss, el 'Concierto para violín' de Miklos Rózsa, el compositor más oscarizado de Hollywood, con tres estatuillas por bandas sonoras de películas como 'Ben-Hur' o 'Recuerda', abrió el concierto.
Roman Simovic es un excelente violinista y director, muy familiarizado con la OSPA. Creemos que su oficio interpretativo está muy por encima de una obra un poco plana y, en algunos momentos, francamente soporífera. Simovic mostró su gran talento interpretativo, que fue también premiado por el público con aplausos y dos propinas para violín solo. Especialmente, la segunda -el 'Capricho' de Paganini, sobre el 'Dies irae'- fue 'diabólicamente' encantadora. Lo mejor de Simovic, las propinas.
El 'Don Juan', obra de juventud de Richard Strauss, basada en un poema de Lenau sobre el mito hispano, se estructura sobre tres ideas -deseo amoroso, posesión, desesperación- coloreadas con una grandeza orquestal ilimitada.
En esta composición, la OSPA mostró todo su potencial sinfónico, empastes perfectos, dinámicas variadas y lo que muchas veces habíamos observado: que es una orquesta de muy buenos solistas. Concretamente, el tema del oboe, una proyección de la ternura, o las sonoridades heroicas de las trompas, reflejan esa potencialidad de la orquesta que Coelho sabe explotar.
'Las aventuras de Till Eulengspiegel' fue un encantador rondó musical, en el que todo vuelve para cambiar, inspirado en un personaje bribón, ingenioso y travieso y alegre.
El personaje de Till se simboliza por el tema de los vientos, que va recorriendo la obra y que nos va sumiendo en toda una serie de vaivenes de una ingeniosa musicalidad.
Todas las familias orquestales destacaron por su precisión, pero, sobre todo, supieron proyectar esa rica musicalidad sinfónica de Strauss. Parece que la OSPA de Coelho está explorando con mucho acierto el sinfonismo postromántico más complejo.
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