Secciones
Servicios
Destacamos
Soleá Morente (1985) tiene el arte en los genes, un disco recién nacido pero que lleva media vida en proceso de gestación, 'Mar en calma', ... otros dos en ciernes con Paco Ibáñez y la Casa Azul y una gira en marcha absolutamente ecléctica que el día 21 la acercará al Teatro Jovellanos (20.30 horas) de Gijón.
–Es la persona perfecta para responder la pregunta de si el artista nace o se hace.
–Yo he nacido en el meollo de la cuestión, en una familia de artistas, donde el oficio lo hemos ido heredando desde mis tatarabuelos a mis sobrinos, los niños de Estrella. Pero pienso que un artista también se puede hacer, no tiene por qué nacer. Las dos opciones son posibles.
–Y usted no tenía escapatoria.
–Pues no. Tuve un momento en que no lo tenía muy claro, cuando terminé la selectividad. Mi padre me animó a estudiar en la Universidad y a tener dos formaciones al mismo tiempo. Él me decía 'yo sé qué te gusta cantar y bailar, pero también puedes hacer otras cosas'. Aunque lo mío era crónica de una profesión anunciada, mi padre me animó a tener un plan B. Al final ha resultado que ese plan B, la Filología Hispánica, formaba parte del plan A. Porque estudiar la lengua, la literatura y todo lo que es el estudio en profundidad de la palabra está directamente relacionado con escribir canciones, que es lo que yo hago.
–La familia es una maravilla y un peso.
–Más que un peso es un grandísimo respeto hacia el apellido Morente, que es el legado que mi padre ha dejado no solo a sus hijos sino también al mundo. Y está mi hermana, una gran figura de la música, y mi hermano, y mi madre, que también es una grandísima artista. Miras atrás y lo que ha hecho mi padre es una barbaridad y hay que intentar estar a la altura y eso no es fácil, porque todos somos humanos y Enrique Morente solo hay uno.
–Les vimos a los tres hermanos en los Goya ¡Qué bonito fue!
–Fue una experiencia muy bonita y muy emocionante. Rodar en el Patio de los Leones de la Alhambra cantando ese 'Anda Jaleo' junto a mis hermanos... No se puede pedir más. Ha sido una oportunidad preciosa.
– 'Mar en calma'. Un trabajo muy especial, que hizo con su padre.
–Justo cuando acabé la carrera llega este disco. Andaba debatiéndome con qué hacer. Yo hasta entonces había compartido estudios con ser secretaria de mi padre y corista y palmera. Y al acabar hay que decidir y mi padre entra en acción y me dice que no me quede con las ganas, que lo intente si tengo necesidad de acercarme a la música. Le digo que sí y empezamos a seleccionar una serie de canciones para versionar. Pero él se marchó y quedó ese proyecto ahí un largo tiempo congelado hasta que me encontré con las fuerzas de retomarlo y así ha sido. Me ha ido acompañando este disco a lo largo de estos años, pero no me atrevía a terminarlo y publicarlo, porque no estaba preparada. El duelo ha sido muy largo, supongo que durará toda la vida, pero he visto que era el momento de publicarlo ahora.
–Hicieron una selección de temas que les removían a los dos. ¿Cómo fue ese trabajo?
–De las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. Yo no sabía ni siquiera en ese momento si me iba a dedicar profesionalmente a la música, a ser cantante, y era el comienzo de todo. Y lo recuerdo como algo mágico, como un sueño. Tengo una sensación bonita y fugaz. Escuchar canciones tan bellas como 'Palabras para Julia' con mi padre con la versión de Mercedes Sosa que le emocionó profundamente... Paco Ibáñez era muy amigo de mi padre, ahí nació un vínculo súper bonito; a raíz de esa canción empiezo a escuchar su obra y a ir a verle, y de ahí ha surgido otro disco que estoy a punto de terminar con él. Luego escuchamos a Billie Holiday, a Caetano Veloso, canciones preciosas, mágicas con mi padre, preparando lo que iba a ser mi primer disco junto a él y en una circunstancia maravillosa, que él me decía que me quitara todas las presiones y todos los prejuicios y todos los miedos, porque no tenía por qué publicarlo, me decía que nos lo podíamos quedar para nosotros.
–¿Cómo lo vive en directo?
–El pasado viernes estuve tocándolo por primera vez en Albacete y fue una sensación increíble. Después de tantos años preparando y ver cómo las canciones toman una dimensión diferente, es una experiencia maravillosa que me está encantando y estoy deseando que llegue el día 21 para volver a experimentarlo en Gijón. El escenario siempre es un estreno absoluto, nunca sale igual que el día anterior y más en un proyecto tan vivo emocionalmente hablando para mí como este.
–Póngale palabras al directo.
–La primera palabra que se me viene a la mente es verdad. Luego están respeto, riesgo, compromiso y emoción. Es un conjunto de todas estas ideas y emociones. El concierto va pasando por muchos lugares diferentes. La primera canción es 'Poemas', que son versos de Caballero Bonald a los que les hemos puesto música. De ahí empezamos un viaje que pasa por la canción de autor, el homenaje a Billie Holiday en inglés, luego una malagueña, una soleá, una seguiriya inspirada en la del disco de 'Omega', al pop, casi hasta 'tontipop' diría, llegamos a la electrónica y terminamos haciendo un homenaje a Raffaella Carrá. No es fácil darle unidad a tantos conceptos diferentes. Voy aprendiendo a hacerlo, pero es divertido y arriesgado. Me encanta porque el público es muy diverso.
–Buenos tiempos para el flamenco, el mestizaje y la experimentación.
–Esto se está convirtiendo ya en algo tradicional, antes era vanguardista y ahora la gente se siente con necesidad de recurrir a la raíz y actualizarla con los códigos de la música urbana, la psicodelia. Ahora mismo se ha normalizado mucho y eso es bueno y el flamenco ha jugado un papel más determinante en todo esto. Nos vamos dando cuenta cuánto es de importante el flamenco en experimentación musical, literatura, mensaje humanista, antropológico... Es una fuente de conocimiento permanente. Es un buen momento.
–¿Algún elemento que le apetezca meter en sus cócteles musicales?
–Muchas vertientes. He hecho un disco con banda de rock, pero me gustaría tirar más hacia el punk y, por otro lado, al flamenco jondo. Yo comencé en el mestizaje y con la madurez me va pidiendo mi naturaleza viajar a los extremos.
–Igual no hay nada más punkarra que el flamenco jondo.
–Totalmente de acuerdo. Por ahí van los tiros.
–Está trabajando también en otro álbum con La Casa Azul.
–Es un disco muy especial en el que llevo trabajando unos cuantos años y lo está produciendo Guille Milkyway, de la Casa Azul. He compuesto y he escrito un disco junto a Guille y ha sido una experiencia increíble, porque es un artistazo con una sabiduría infinita. Este disco saldrá antes de verano.
–No para. Y, además, está con la Fundación Enrique Morente.
–Sí, ahora estamos diseñando un programa de actividades y todo lo que conlleva el apartado de la fundación, la escucha de toda la obra inédita que tenemos de él, que hay muchísima, y estamos seleccionando y organizando.
–O sea que habrá nuevos discos de Enrique Morente.
–Sí, hay cosas muy interesantes, hay un montón de conciertos en directo que son una maravilla, y también obras de estudio. Queremos reeditar algunos discos a través de nuestro sello. Estamos en ello y está siendo una labor muy emocionante y, para mí, la más importante.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Multas por las gallinas 'sin papeles'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.