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Alberto Olmos recibe de la viuda de Gistau una serigrafía de Alberto Corazón. FOTO: josé ramón ladra | Vídeo: Óscar chamorro

Alberto Olmos recibe el legado de Gistau

Recoge el premio creado por Vocento y Unidad Editorial de manos de Romina Caponnetto, viuda del recordado columnista

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Jueves, 3 de diciembre 2020

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Alberto Olmos recibió este jueves en la sede de Vocento el premio David Gistau de Periodismo. La entrega fue una celebración del periodismo libre, «sin cadenas ni deudas», que practicó Gistau, según recordó su viuda, Romina Caponnetto. Un periodismo «más necesario que nunca», para Pedro García Cuartango, presidente del jurado del galardón. Creado por Vocento y Unidad Editorial, con el patrocinio de Fundación ACS, Mapfre, Santander y Telefónica, el premio honra la memoria y el legado de un periodista irrepetible a quien la muerte arrebató abruptamente la palabra y el futuro el pasado 9 de febrero.

Lo entregó Romina Caponnetto, que elogió la mirada «irónica y afilada» del ganador. «Es un honor inaugurar este galardón» dijo un «abrumado» Alberto Olmos. Lo agradeció con 'Los nombres de Gistau', el artículo que publica este viernes sobre el recordado columnista. Recordó su «palabra fresca» cuando en los 90 «le leía en los bares de Usera». «Gistau tenía gracia, que es lo único que debe exigírsele a un columnista», dijo Olmos. «Llenaba siempre sus columnas de buen rollo y ahora su nombre convertido en premio me honra haciendo del mío su acompañante». «Apadrinó la gracia y la osadía, la palabra», dijo.

«David Gistau era un formidable periodista, un cronista brillante, un escritor con voz propia. Pero, sobre todo, era un gran columnista, tal vez el mejor, con un sentido deslumbrante de la metáfora y un gran creador de lenguaje», dijo Pedro García Cuartango, presidente del jurado que premió a Olmos por su columna 'Cosas que los pobres deberían saber: instrucciones para cuando lo pierdas todo', publicada en 'El Confidencial' el pasado 13 de mayo.

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«Este acto no sólo conmemora la figura de un gran periodista. Es un homenaje al periodismo, a un oficio que resulta hoy más necesario que nunca y que resurgirá de sus actuales dificultades -agregó Cuartango- en un mundo donde cada vez la mentira es más verosímil que la verdad y en el que la información se convierte en espectáculo». «¡Viva el periodismo y viva Gistau para siempre!», concluyó.

Para no dejarse vencer por la emoción, Romina Caponnetto recurrió la humor del que habría echado mano su marido. «Si pudiera escribir esta crónica sobre un premio de periodismo que lleva su nombre tengan por seguro que nos reiríamos mucho leyéndola», aseguró con la voz quebrada.

«Este premio honra el periodismo que él practicó siempre y más quería: el que no tiene cadenas ni deudas con nadie, el que se escribe después de caminar y hablar con mucha gente, el que se publica con independencia, a veces contra viento y marea, y que no quiere adoctrinar sino exponer, contar, explicar una visión del mundo que no sea hostil con la otra, sino compatible», dijo Caponnetto. «A partir de ahora llevas su estilo como una condecoración prendida en la solapa. Siéntete orgulloso de que todos los que han elegido tu trabajo son los que mejor conocían a David y su obra», dijo al ganador.

Luis Enríquez, consejero delegado de Vocento, repasó algunos episodios de la azarosa vida profesional de Gistau. «Hizo lo que hacen los cronistas. Denunció el populismo y al nacionalismo, desenmascaró el achique de espacios de los partidos de cualquier signo cuando llegan al poder», destacó. «Fue libre para llevar la contraria al medio que lo albergaba y fue valiente para meter en problemas al editor que le pagaba el sueldo. Eso es lo que hacen los periodistas» aseguró Enríquez.

«Paradójicamente vivimos buenos tiempos para el periodismo y este premio nos dice que es posible un periodismo comprometido, como el de Gistau, que es más necesario que nunca», afirmó el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano. «Cuando todo pasa por la vara de medir de populismo que todo lo iguala y lo manipula el periodismo sagaz, comprometido e independiente es esencial», agregó. «David era polifacético contundente, rebelde, provocador, pero no arrogante ni pagado de sí mismo. Demostró que se puede ser una figura del periodismo conservando ciertas dosis de humanidad y de humildad», concluyó.

Cerró el acto el alcalde de Madrid, que elogió el periodismo «descarnado, brutal directo, sin complejos» que practicó Gistau.

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