«La Real Armada Española no se pierde en Trafalgar, eso es propaganda británica»
El Foro Jovellanos organizó una conferencia en la que el investigador Guillermo Nicieza abordó, de mano del Aula de Cultura, la historia naval española del XVIII
A. COLLADO
GIJÓN.
Jueves, 16 de mayo 2024, 02:00
Llama la atención cómo la historia naval española –«esa gran desconocida», apunta el divulgador y escritor Guillermo Nicieza (Gijón, 1990)– ha comenzado ya a llamar ... la atención de las editoriales. A pesar del ‘boom’ de títulos, la Real Armada Española sigue sin ocupar el destacado lugar que este experto, especializado en el siglo XVIII, le reconoce. Para eso, para arrojar luz sobre este episodio histórico, Nicieza impartió ayer una conferencia en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, en un acto organizado por el Foro Jovellanos de la mano del Aula de Cultura de EL COMERCIO.
Resulta especialmente oportuno abordar el tema en Asturias, «donde somos mineros y marinos». «Siendo Jovellanos un ilustrado del siglo XVIII, nos pareció buena idea hablar de la llamada ‘marina ilustrada’», explicó el orador. De este modo, repasó su historia, desde su creación gracias a José Patiño con Felipe V en el trono, hasta la Guerra de Independencia. Nicieza habló de la construcción naval española, «tan importante en la cornisa cantábrica». De los uniformes: «Es curioso cómo influyeron los españoles en la US Navy. Colaboraron mucho, monetariamente y con una red de espionaje. También enviaron municiones y paño. De hecho, los primeros uniformes de los americanos son clavados a los españoles, ya que era tela que nosotros les cedimos». Y fue más allá al vincular la victoria de los Estados Unidos en su guerra de independencia con la influencia española. «En la captura del doble convoy inglés en 1780, todos los refuerzos monetarios y las municiones fueron capturados por los españoles y no llegaron a los casacas rojas británicos», narró. Por otro lado, en la batalla de Pensacola (1781), se produjo un desembarco importantísimo en La Florida y, al final, se recuperan las dos Floridas».
Guió Nicieza a los asistentes por los campos de batalla, pero también les acercó a las figuras de Cayetano y Antonio Valdés, «dos asturianos ilustres». Este último, amplió, «amparó la creación de nuestra bandera, la rojigualda, que realmente es una bandera naval que promovió Antonio Valdés como secretario de marina. Carlos III la ratifica en 1785 para la Armada. Esta bandera consiguió unir a mucha gente en la Guerra de Independencia» y pronto se convirtió en la oficial en el siglo XIX.
Cayetano Valdés, por su parte, «era un hombre arrojado y en el combate del Cabo de San Vicente, en 1797, interpuso su navío, el Infante don Pelayo, consiguiendo salvar el Santísima Trinidad, el mayor navío del mundo, buque insignia de la armada española».
No se olvidó de relatar lo acaecido en Trafalgar: «Lo que se suele contar es la versión británica. En realidad, fue una victoria pírrica que cambió poco el devenir de la historia, en contra de lo que la propaganda británica cuenta. En Trafalgar se perdieron solo siete navíos y, eso sí, una generación de grandes marinos como Gravina, Churruca o Alcalá-Galiano. La Real Armada se perdió después en la Guerra de Independencia, fundamentalmente porque no había dinero para mantenerla. Los barcos se pudrieron y se hundieron».
Hubo tiempo para charlar sobre las expediciones ilustradas. De las más importantes, las exploraciones de Alaska. No cuesta encontrar pruebas de la presencia española. «Hay una isla de Revillagigedo en Alaska», recordó en el mismo edificio donde llegaron a dar clases los antiguos artilleros de marina hace más de dos siglos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión