El Unicaja suda de lo lindo para sumar la décima

«Sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas» sentenció Winston Churchill en una ocasión. Bueno, sangre no hubo pero contactos a mansalva y más de un jugador del Unicaja que resultó magullado, esfuerzo del primer al último minuto, sudor por litros en una batalla de trincheras, y lágrimas de pena y hasta de risa por el demencial arbitraje que le pudo haber costado muy caro al Unicaja Banco Oviedo. Afortunadamente el equipo de Natxo Lezkano se sobrepuso a todo eso, incluso a una tarde no demasiado inspirada para sumar la décima victoria de la temporada, un triunfo muy valioso antes de recibir al Movistar Estudiantes el próximo domingo.

Se presentaba en Pumarín el colista de la categoría, muy disminuido por no poder contar con Elijah Brown, Pavel Marinov y Robert Cosialls por no estar inscritos en su momento en este encuentro perteneciente a la 14ª jornada y aplazado en su día. Por su parte, el OCB salió con su alineación titular habitual en unos primeros minutos que sirvieron para engrasar la maquinaria por parte de ambos equipos.

El Unicaja intentaba crecer desde la defensa, con la intensidad de Alberto Martin como estilete, para comenzar a construir una pequeña diferencia. Por su parte, el cuadro balear buscaba sumar desde la línea de 3 puntos, precisamente donde logró el primer acierto para el OCB el noruego Frey (11-5). Kamba era el paladín en la ofensiva del equipo de Natxo Lezkano, que metía a la segunda unidad, como es habitual, en los últimos compases del primer periodo. En el bando contrario, la calidad de Van Beck, máximo anotador de la LEB Oro, y Lundquist servía para mantener al Palma en el encuentro tras un cuarto jugado (15-13).

Marc Peñarroya ponía el empate en el luminoso nada más comenzar el segundo periodo ante un Unicaja que sesteaba de forma peligrosa. De hecho, Lezkano, nada satisfecho con lo que veía, tenía que solicitar un tiempo para meter «espabilina» a sus jugadores. Kamba acudía al rescate de un equipo ovetense muy apagado en ataque, lo mismo que Frey, que también clavaba un triple para volver a poner por delante al Unicaja (23-22). Sin embargo, Oliver Arteaga no se sentía nada cómodo en su medio ambiente, frenado por el físico de Ikpeze y el gigante Pavelka, que le colocó un soberano tapón al pívot canario del OCB.

El fino zurdo Van Beck anotaba desde todas las posiciones, demostrando que su excelsa puntería no es fruto de la casualidad. El Unicaja también recurría a su artillero particular, un Mathieu Kamba que hay que reconocer que jamás se esconde en las situaciones más delicadas, pero el encuentro continuaba siendo muy incómodo para la escuadra carbayona. Una acción de Arteaga finalizaba el primer tiempo con un empate a 29, que dejaba una sensación de cierta inquietud.

Comenzaba la segunda mitad con nuevos bríos en el Unicaja, pero Arteaga seguía chocando ante la muralla defensiva mallorquina. Los triples de Meana y Kamba llegaban como auténtico maná en el árido desierto en el que se había convertido el encuentro, con una defensa visitante muy física ante la inhibición arbitral. El tiempo muerto pedido por la dupla de entrenadores del Palma, no podía frenar la escapada de un Unicaja liderado por Kamba, Frey y Arteaga (41-32). Al conjunto balear ya no le entraban los triples, de hecho sumaba tan solo 3 puntos en 6 minutos. Dos tiros libres convertidos por Arteaga ponían al OCB por primera vez con una renta con dos dígitos (43-32). El duelo, que no era demasiado brillante, se movía por terrenos mucho más físicos y pedregosos, pero el Palma revivía con un pequeño parcial de 0-5 a su favor, cortado por un nuevo triple de Kamba, con 22 puntos en su haber a esas alturas del partido (48-42).

Aún había que apretar los dientes ante un rival pegajoso como pocos. El sobreexcitado Ikpeze se llevaba una técnica, que significaba su cuarta personal. A todo esto se sumaba un ingrediente extra, el mal arbitraje que tomaba un peligroso protagonismo según transcurrían los minutos. El Palma se ponía a tan solo un punto con la canasta de Kostadinov, momento clave en el que Meana acertó de 3. La conexión entre Frey y Kabasélé también ayudaba a que los ovetenses se volvieran a ir en el numerador (55-48). Un gancho monumental de Arteaga mandaba casi a la lona a un Palma, que sin las ayudas arbitrales volvía a convertirse en un equipo vulgar en ataque (61-50). McDonnell y Arteaga fueron los encargados de poner la sentencia a un partido que costó resolver más de lo previsto con un arbitraje pésimo, ajeno a la excesiva dureza del Palma. El triplazo de Harald Frey sirvió para descorchar el champán en el fin de fiesta que supuso la décima victoria de la temporada para el Unicaja Banco Oviedo.

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