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La Vuelta arranca en Avilés entre protestas y banderas palestinas
San Lorenzo y La Farrapona marcan hoy un recorrido explosivo y apto para fugas y ataques tras el castigo de L'Angliru
Pasó el infierno de L'Angliru, uno de esos puertos en los que es mejor marcar un ritmo y esperar a que los rivales maduren. Nada de ataques explosivos, pura supervivencia, más cuando se llevan 190 kilómetros en las piernas. Lo que espera hoy a los participantes en la Vuelta puede parecer a quien no conozca el mundo de las dos ruedas un trámite de alta montaña si se compara con lo de ayer. Error. El trazado que parte de Avilés para llegar a La Farrapona es un recorrido exigente, con un desnivel positivo que ronda los 4.000 metros y en el que, de nuevo, se acabarán midiendo los más fuertes.
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Las protestas contra la participación del equipo Israel Premier Tech continuarán en Asturias tanto en la jornada de hoy como en la de mañana. El grupo israelí ha decidido para esta decimocuarta etapa retirar el nombre del país del maillot «con el objetivo de priorizar la seguridad de nuestros ciclistas y de todo el pelotón» en La Vuelta. En la del viernes, la primera etapa de la Vuelta en Asturias, hubo doce personas detenidas acusadas de un presunto delito de desórdenes públicos. Los hechos sucedieron al paso de los fugados por el inicio de la ascensión a L'Angliru. Fue en ese momento, según el relato de la Guardia Civil y tal y como se pudo ver a través de la televisión, cuando un grupo de doce personas invadieron la carretera con una pancarta en contra del genocidio de Israel en Palestina, obligando a Cepeda, Jungels y Vinokourov, que marchaban en cabeza por delante del grupo de favoritos, a detener la marcha. Seis de los detenidos sostenían la pancarta, mientras el resto se encadenaba entre sí. La acción reivindicativa duró menos de un minuto, después de que agentes de la Unidad de Movilidad y Seguridad Vial que acompaña a la Vuelta actuaran para disolver la protesta y permitir el normal transcurso de la carrera.
Para este sábado, la organización plantea en su segunda etapa en Asturias un recorrido sensiblemente más corto que el de ayer, con 135 kilómetros. Pero lo llena de minas. La primera, el alto de Tenebreo, un puerto de tercera para ir tensando las piernas. Tras el descenso, casi sin respiro, llegará el puerto de San Lorenzo, uno de los más duros de Asturias fuera de la categoría de los colosos. Terreno para valientes, para darle vida a la fuga, pero con una dureza máxima en su segunda mitad. Con cinco kilómetros iniciales en los que no se supera el 9%, lo que viene después tiene mucho de tortura. La carretera se empina para llegar al 14%, sin respiro durante otros cinco kilómetros.
Y de nuevo, tras el descenso, la carretera vuelve a picar para arriba para encarar un alto largo y constante donde se pueden abrir importantes brechas: La Farrapona. Sus casi 17 kilómetros comienzan con pendientes suaves. Apenas unas rampas de máxima dureza que dan paso a un respiro antes de la traca final, con seis kilómetros más por delante en los que se alcanza el 9% de desnivel. Si ayer se abrieron diferencias entre los diez primeros de la general, la etapa de hoy apunta a clarificar aún más quiénes se jugarán el podio en la tercera semana.
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