Las asturianas Sara Ouzande y Lucía Val logran la plata en el Europeo de Piragüismo
Las dos piragüistas asturianas de la K4 española se proclaman subcampeonas en una regata espectacular, solo superadas por la embarcación húngara
Sara Ouzande presume de paciencia, inteligencia y aplomo. Es la directora de orquesta de su embarcación. Y en esa maquinaria tan ajustada, justo a ... su espalda, otra asturiana, Lucía Val, otra piragüista que se encuentra en un estado ideal, que se le ve fluida y competitiva en la piragua. Y, en ese engranaje perfecto, en ese tic-tac milimétrico, Estefanía Fernández y Bárbara Pardo completan una máquina, la K4 española, fiable, que no se rompe, que presume de eficiencia y que, en sus manos, además vuela.
En el piragüismo, como en muchos otros deportes, nada queda al azar. Todo ajuste son décimas menos en el trono final. Sara, Lucía, Estefanía y Bárbara son deportistas perseverantes, que mantienen sus ideas fijas y que se muestran seguras de sus posibilidades en cualquier medio. Lo hicieron este sábado en un escenario de envergadura como el Campeonato de Europa de Piragüismo Sprint, que se está disputando en Racice, en la República Checa, donde, tras una regata espectacular, se subieron al segundo escalón del podio, tan solo por detrás de la embarcación húngara.
«Fue una buena prueba, pero muy dura, que se hizo larga, con el viento en contra, y en la que no encontramos nuestras mejores sensaciones», explicó Sara Ouzande. «Pero conseguimos plantar cara a las húngaras», detalla la deportista del Club Los Delfines de Ceuta. Y es cierto porque la última alegría de la mañana de este sábado la dio la K4 500 femenino, ganadora del oro en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría) hace un mes. Las palistas españolas no se lo pusieron nada, nada, sencillo a la embarcación de Sara Fojt, Noemi Pupp, Laura Ujfalvi y Emese Kohalmi. Tercero fue el conjunto alemán de Paulina Paszek, Katharina Diederichs, Pauline Jagsch y Hannah Spielhagen.
Un pequeño desajuste en esa piragua perfecta, unas milésimas perdidas, y la K4, que se había metido en la final con el segundo mejor tiempo –de nuevo detrás de la embarcación húngara–, arañó el oro, pero tuvo que conformarse con una plata histórica para el piragüismo español en este tipo de embarcación y en esta distancia. «Hemos hecho una salida buena, pero las condiciones del viento nos hicieron perder un poco las fuerzas», hacía hincapié Lucía Val (Rías Baixas-Boiro), que se queda con que la K4 española «estuvo ahí, aguantando a las húngaras, algo que no es sencillo».
La embarcación española tiene unas palistas extraordinarias. «Estamos muy contentas, aunque hay cosas que mejorar», apunta Sara, que dobló esfuerzos y terminó séptima en K1 200 –«me vacié en la K4 y me costó recuperarme»–. «Estamos súper contentas con el rendimiento a lo largo de la temporada, con la serie clasificatoria y con la final», añade, por su parte, Lucía. Ambas regresan ahora a Asturias para descansar, aunque sin olvidar el trabajo individual. La primera, en el embalse de Trasona y la segunda, en el embalse de Arbón o en la ría de Navia. Pero en una semana volverán a concentrarse en Portugal y Galicia. En el futuro inmediato aparece el Campeonato de España, en el que quizás no participen, y, sobre todo, el Mundial de agosto, que se celebrará en Milán. Concretamente, en el Lago Idroscalo, al este de la ciudad italiana.
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