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Marcelo y Sergi Roberto, en una acción del clásico del pasado 28 de octubre. Gabriel Bouys (Afp)
El polígrafo aguarda al Real Madrid
Análisis

El polígrafo aguarda al Real Madrid

El cruce copero con el Barcelona, el duelo liguero con el Atlético y los octavos de Champions contra el Ajax calibrarán la fortaleza de un equipo resucitado en un mes frenético

Óscar Bellot

Madrid

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Viernes, 1 de febrero 2019, 16:52

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La prueba del polígrafo aguarda al Real Madrid. El sorteo de Copa del Rey, que deparó un cruce con el Barcelona en semifinales, certificó la cita del campeón de Europa con la máquina de la verdad en un frenético mes de febrero que servirá para calibrar la auténtica fortaleza de un equipo resucitado que someterá sus constantes vitales a escrutinio en partidos a vida o muerte. No sólo los azulgrana, a los que visitará la escuadra de Santiago Solari el próximo miércoles en el Camp Nou para que el Santiago Bernabéu selle el 27 de febrero el detentador del boleto a la final del 25 de mayo en el Benito Villamarín, amenazan la rehabilitación de los blancos con otro clásico liguero el 2 de marzo de nuevo en el feudo de Chamartín, sino que en el torneo de la regularidad le espera el 9 de febrero el Atlético en un Wanda Metropolitano que los del Cholo Simeone han convertido en fortín. Derbi que antecederá en cuatro días a la crucial visita que rendirá el detentador de las tres últimas coronas continentales a Ámsterdam para enfrentarse al Ajax de Frenkie de Jong y Matthias de Ligt, que a su vez estará en Madrid el 5 de marzo en la resolución de la eliminatoria de octavos de la Champions, torneo fetiche del conjunto de Concha Espina.

La sola enumeración de encuentros ya pone el vello de punta por mucho que el aficionado se frote las manos con un festival futbolístico que deparará al Real Madrid tres salidas consecutivas de alto voltaje después de que oficie este domingo como anfitrión del Alavés en Liga. Una competición en la que también recibirá el 17 de febrero al Girona tras apearle de la Copa del Rey. Tras ese duelo hallará su único reducto de paz pues su siguiente partido será el día 24 ante el Levante en el Ciudad de Valencia. Combate que preludiará otro con adversario azulgrana en el doble asalto ante el Barcelona en el Bernabéu (el 27 de febrero en Copa y el 2 de marzo en Liga).

Ocho choques entre el 3 de febrero y el 2 de marzo que determinarán el destino del Real Madrid esta temporada y que llegan al menos en buen momento para el cuadro de Solari. Los últimos resultados han levantado el ánimo en Concha Espina. Cuatro victorias consecutivas entre Liga y Copa han espoleado a una plantilla que afila los colmillos desde que los varapalos frente a Villarreal y Real Sociedad motivasen una conjura del vestuario. Los blancos han recuperado la autoestima y la pegada, liderados por un descomunal Benzema que se ha convertido en el delantero de moda. Sólo Messi marca más que el galo en los equipos de la Liga, ha cazado a Cristiano Ronaldo con los 17 tantos que contabiliza este curso y tiene a Ferenc Puskás en la mirilla tras dejar atrás a Hugo Sánchez en el panteón de los goleadores históricos del Real Madrid.

Crecidos

Solari dispone también de una nómina de refuerzos de plenas garantías en este mercado de invierno y sin pasar por caja. Marco Asensio y Keylor Navas retornaron a los terrenos de juego en Montilivi después de que la semana anterior lo hiciesen ya Kroos, Marcos Llorente y Bale. Apenas queda Vallejo en la enfermería. Veinticuatro futbolistas en perfecto estado de revista y algún que otro castillista como Javi Sánchez o Cristo a los que ya ha acudido el rosarino garantizan un pelotón suficiente para lidiar con los morlacos que vienen.

Desmoralizados tras el vapuleo del Barça en el Camp Nou (5-1) que acabó con Julen Lopetegui, los jugadores de Solari se sienten ahora preparados para pelear con el eterno adversario. Lo demostró el habitualmente hierático Bale al publicar un 'tuit' en el que recordaba la final de Copa en Mestalla de 2014 al saber que el sorteo volvía a citarles con el conjunto de la ciudad condal. «Allá vamos otra vez», proclamó un futbolista que partía como protagonista del Madrid pos-Cristiano y que ahora siente la amenaza del efervescente Vinicius, con Marco Asensio pugnando también por recuperar el foco perdido.

El Madrid disfruta de nuevo sobre el césped. Los jóvenes han dado un paso al frente al igual que teóricos actores secundarios como Lucas Vázquez a la vera de un entrenador valiente que ha defenestrado a Isco mientras devolvía el orgullo a un equipo herido. Pero sus víctimas no tenían el pedigrí que sí ostentan las que asoman por un inmediato horizonte que auscultará el verdadero pulso vital del trece veces rey de Europa, aún bajo sospecha por sus desajustes defensivos y con baluartes lejos de la forma ideal como Marcelo.

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