Guantes de largo recorrido

Después de disputar 215 partidos defendiendo la portería del Sporting, poca duda existe sobre el protagonismo que ha tenido el extremeño en la historia rojiblanca reciente. Sin embargo, nunca ha vivido un duelo de rivalidad regional. «Era algo que quería vivir, lo voy a gozar», aseguró en su presentación, lamentando no haber jugado ninguno en sus nueve temporadas anteriores. Eso añade un plus extra de motivación para un futbolista que ejerce como líder en la sombra del vestuario desde su regreso en verano. Javier Fernández fue el principal valedor de su retorno. Una conversación entre ambos se zanjó con la vuelta de Cuéllar a la que siempre ha considerado su casa. Nunca ha ocultado el emeritense que su gran aspiración, en el tramo final de su etapa como profesional, es colgar los guantes en el Sporting.

Nunca conforme con su rol de suplente, Cuéllar se ha revelado con trabajo en el día a día al lado de Jorge Sariego, preparador de guardametas, entrenando con la misma intensidad que cuando aterrizó en Gijón por primera vez. La sombra de Mariño era alargada y conseguir una oportunidad se vendía cara. Por si fuera poco, sufrió una lesión muscular que le impidió jugar la Copa del Rey cuando Gallego tenía previsto alinearle en una competición en la que sí brilló el Sporting.

Otra lesión, en esta ocasión la sufrida por Mariño, le permitió debutar este curso. Casualidades del destino ese estreno tuvo Butarque como escenario y ante el equipo que defendió las últimas cuatro temporadas, las mismas que transcurrieron desde su salida de Gijón.

Joan Femenias guarda ciertas similitues con Cuéllar a pesar de la diferencia que refleja en carnet de identidad. El Oviedo apostó por un meta joven y pujante, con ganas de hacerse un sitio en el fútbol profesional, al igual que lo hizo en su día el Sporting con Iván Cuéllar.

El entonces director deportivo del conjunto ovetense, Francesc Arnau, apostó por él después de que terminase la cesión de Lunin por parte del Real Madrid y que acabaran su contrato con el conjunto ovetense Nereo Champagne y Alfonso Herrero.

La apuesta era arriesgada, ya que se trataba de un portero de 24 años y con solo seis encuentros de experiencia en el fútbol profesional. Para hacerle competencia llegó cedido el brasileño Gabriel Brazao, que se incorporó tarde a la pretemporada y eso dio ventaja al balear para empezar la temporada jugando.

Ziganda le mantuvo la confianza y fue el portero toda la temporada, salvo en dos encuentros en los que jugó Brazao, ambos saldados con derrota. Este curso, tras la marcha de Brazao, el club incorporó al veterano Tomeu Nadal para completar la portería, pero nuevamente Ziganda mantuvo la confianza en Femenías, que ha sido titular en los 35 encuentros de liga disputados.

A lo largo de esta temporada, ha estado ha estado un tanto cuestionado por un sector de la afición por alguna de sus actuaciones, pero no ha sido el caso del técnico, que solo le apartó de la portería en el partido de Copa del Rey. Entre sus virtudes está la agilidad bajo los palos y su rapidez, mientras que se le achaca falta de consistencia en el juego aéreo y algunos errores gruesos en determinados partidos.

Sin embargo, en otros encuentros como ante el Leganés en Butarque fue clave para que el equipo dejara la portería a cero y sumara un punto.

Puede presumir de jugar su cuarto derbi asturiano. Solo Djuka, esta misma temporada, fue capaz de batirle después de salir indemne en los partidos de la campaña pasada.

Su contrato con el club ovetense finaliza el próximo mes de junio y, tras cambiar de representante, hubo algunos contactos con Rubén Reyes para abordar su renovación, pero, por el momento no parece que esté cercana, aunque no se descarta por ninguna de las partes.