En La Calea mandan ellas
Las hermanas Dolores y Silvana Martínez lideran una peña muy familiar en la que también están sus maridos, aunque no se juntan en la mesa
NACHO GUTIÉRREZ
AVILÉS.
Domingo, 26 de enero 2020, 01:10
La pequeña la fundó y la mayor es quien dirige una peña en la que ellas son las que mandan. Las hermanas Martínez Barriga, Silvana (25-9-1975) y María Dolores (12-10-1964) son las lideresas de la peña La Calea, de San Juan de la Arena, heredera de El Parque, donde se puso en marcha, El Chalanín de Mon, de San Esteban de Pravia, y El Bautista, sedes de este amplio grupo de musistas antes de ubicarse en la que la que llevan un par de años.
El que retratamos hoy no es equipo ganador, salvo que le demos la vuelta a la clasificación. Su lugar habitual está por abajo, en la cuita por evitar, o no, el último puesto que firmaron en tres ediciones anteriores del Avilesino, lo que reporta el farolillo rojo que se guarda con una sonrisa: «Los conservamos y los lucimos a mucha honra». Una buena forma de tomarse la competición con espíritu positivo: «El caso es pasarlo bien. No ganamos muchas veces, casi siempre nos entra poca carta, pero disfrutamos del mus como el que más». María Dolores, 'Dolo' para los cercanos, es la delegada del grupo, pero no porque le guste mandar, que también, sino por obligación: «Lleva su trabajo y nadie quiere ponerse. Me tocó a mi hace ya cinco años y aquí sigo».
En esta simpática peña encontramos lazos de sangre tan extensos que darían para completar un equipo de musistas de la familia. Por la parte de Dolo están su marido Juan Ramón, su hijo Felipe y su hermano José María, los dos últimos ausentes este curso por motivos laborales. Silvana tiene en la peña a su esposo Diego, cuyo padre, Lolo Calvo, juega en Arcea Café mientras su hermano Manuel lo hace en la peña vecina de la Calea, en El Serazo. Ocho musistas, los necesarios para competir en un torneo en el que llevan siete años: «Nos gusta el ambiente del Avilesino y nos lo pasamos bien, hay gente muy maja en las peñas».
Dolo se aficionó al mus hace once años, aunque ya sabía de que iba el tema de ver jugar a su marido, Juan Ramón González Lastra (La Arena, 7-11-1958), que tiene en el Bar La Reina su cuna con los naipes, «como muchos jóvenes de entonces». Formaron dupla en algunos torneos locales y destacaron en ocasiones, pero ya no coinciden. «Es muy repunante», suelta ella. «Habla mucho», se defiende él, dicho sea sin acritud.
Valeria y Diego Calvo Fernández (San Esteban, 16-6-1976) se conocían de la pandilla de jóvenes que variaban su ocio en La Arena, con las partidas de cartas en la oferta. «Aprendimos a jugar entre nosotros, con una chuleta para recordar las señas y las cuentas».
Con la mayoría de edad se atrevieron a competir en torneos como el 5 Villas con el bar Orbayu y además de mus acabaron por compartir su vida. Juntos han jugado muchas manos, pero ahora tampoco se juntan en la mesa: «No es por nada especial, empezamos a perder y decidimos cambiar, así no discutimos por el mus».
La norma de la peña Calea en las alineaciones es mantener las parejas titulares cuando ganan, y claro, con las pocas victorias que suman, Dolo tiene que mover frecuentemente el banquillo para buscar un revulsivo. No les importa pelar por la última posición, pero intentarán mejorar.