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José L. González
Viernes, 7 de marzo 2025, 10:30
Juan Apesteguía lleva toda la vida subido a unos esquís. De padre navarro y madre asturiana, este director de banca retirado y afincado en Gijón ... probó los patines de nieve con 16 años y a sus 83 no se baja de su pasión. De la pasada FIS Master Cup celebrada en Baqueira Beret, una competición internacional en la que se dieron más de 170 esquiadores de diferentes partes de Europa, regresó con una plata en el Súper Gigante en la categoría de 80 a 85 años. Y eso que bajó la rampa de más de dos kilómetros lesionado. «El primer día me caí en el telesquí. Hice el Súper Gigante, pero luego se me hinchó la pierna y tuve que dejarlo», recuerda sobre una competición en la que sumó una presea más a una larga lista de reconocimientos desde que empezó a competir tras su jubilación. «Tengo la tira de medallas, ya no las quieren ni los nietos», bromea.
La historia de Juan Apesteguía es la de un hombre cuya afición a los deportes le viene de cuna. Criado en Pamplona, un tío suyo, hermano de su madre, que era de Pola de Lena, le inoculó la curiosidad por el esquí. Con unos materiales muy diferentes a los actuales, en los que predominaba la madera, comenzó a bajar montañas heladas en un momento en el que este deporte no tenía la popularidad de la que goza ahora en España. Y desde entonces nunca ha dejado de practicarlo. Lo de competir llegó mucho más tarde. Después de que su trayectoria profesional le llevara de Pamplona a Madrid, Luarca, Avilés, Sama de Langreo, Torrelavega, Gijón y La Rioja, la amistad con otros aficionados a este deporte le empujó a inscribirse en competiciones. «Hubo una época en la que teníamos un equipo en el que había muchos profesionales del esquí que daban clases. Ahora estoy federado con el Grupo Cultura Covadonga», explica.
De todas esas competiciones han llegado muchas medallas que se acumulan en su domicilio, aunque los años han llevado a que se más restrictivo con el calendario. «Si hay competiciones cerca, me apunto, pero en los viajes largos cada vez me cuesta más. Tengo amigos que me animan y voy a seguir esquiando, eso seguro. El gusanillo siempre lo tienes».
Esta temporada de invierno apenas ha podido probar las pistas asturianas, pero se ha desquitado bajando por el Súper Gigante de Baqueira Beret, a pesar de que solo ha podido disfrutar de esta nieve en un día de competición. «Vinieron conmigo mi hija y mi yerno, que también esquían. La familia no quiere que vaya solo, aunque el año pasado fui a Formigal».
Lo que no le faltan a este veterano esquiador son ganas de seguir. Practica gimnasia y aparatos con regularidad para mantenerse «activo» y en las competiciones tira de los días de reconocimiento para lanzarse a pistas que no son aptas para todos los públicos. «Bajas al lado de la zona de las banderas para ver el recorrido. También hay profesionales que puedes contratar y te explican el trazado».
Lo que tiene claro es que, aunque se mantenga firme en la idea de no arriesgar en las bajadas, es un amante de la velocidad. «Me gusta, pero con el coche soy muy moderado. Hace poco me renovaron el carné para otros cinco años». Después de esta medalla en Baqueira Beret Juan Apesteguía planifica las que serán sus siguientes aventuras, competiciones sobre la nieve en las que esta vez espera poder completar todo el fin de semana y sumar nuevas medallas a su palmarés.
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