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La avenida de la Costa, completamente colapsada por el público cuando aún quedaba una multitud en la plaza de Toros. :: ARNALDO GARCÍA
8M, histórica marcha en Gijón

«Asturias, tumba del machismo»

La protesta en Gijón desborda previsiones con más de 100.000 asistentes

CHELO TUYA

GIJÓN.

Sábado, 9 de marzo 2019, 04:14

«¡Muyeeeereees! ¡Lo hemos vuelto a hacer! El feminismo ha desbordado las previsiones!». Eran las 20.30 horas. La manifestación en la que Asturias reclamaba el fin de la desigualdad entre hombres y mujeres, atravesando el centro de Gijón, llevaba una hora de recorrido. Sin embargo, una multitud esperaba aún en la plaza de toros, donde se fijó la salida. En ese momento, Asturies Feminista 8M lo tuvo claro. «Hemos superado los cien mil asistentes». Una hora después, cuando el Coro Antifascista 'Al altu la lleva' ponía el colofón musical a la protesta, la imagen de una plaza del Humedal abarrotada parecía corroborar esa cifra. Y las lágrimas de emoción de las organizadoras daban cuenta de que «ha sido una auténtica pasada. La ola feminista nos ha desbordado».

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Alejandra Matallanas, Eva Irazu, Sara Combarros, Tini Navas, Jessica Castaño, algunos de los nombres de las portavoces de la comisión organizadora se mostraban convencidas: «El siglo XXI empezó el 8 de marzo del año pasado. Este año le hemos dado otro buen empujón a este, el siglo de las mujeres». Pese a que esperaban una gran participación, al final de la cita no daban crédito a «la respuesta que hemos tenido. Desde las cinco y media ya llegaba gente a la plaza de toros. Hemos tenido autobuses desde toda la región. Superadas», reconocían.

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Como también la total ausencia de incidentes. Pese a que la presencia de manifestantes desbordó las previsiones, los cordones de seguridad habilitados facilitaron el paso de la marcha. Una organización impecable que se notó, también, en la ausencia de consignas políticas. Aunque el presidente del PP recibió algún cántico, «Casado, eres un pesado», lo cierto es que en toda la marcha no se vieron banderas ni pancartas con símbolos políticos. Aunque los representantes de varios partidos -PSOE, IU, Podemos, Xixón Sí Puede, Equo- sí asistieron, así como líderes sindicales -UGT, CC OO, CSI, CNT- y sociales, con especial acento a los colectivos de jóvenes, estudiantiles y pensionistas.

Pero, el protagonismo fue de ellas. Y de ellos. Aunque en el primer bloque de manifestación la presencia de mujeres era absolutamente mayoritaria, con el Consejo de Mujeres de Gijón en pleno, a lo largo de la marcha la presencia masculina fue más que evidente. Porque, como cantaba el coro 'Al altu la lleva', «con el muyeres en marcha, los homes vamos».

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Antes que ellos, en plena marcha, cuando la manifestación llegaba a la plaza de Europa, la canción de un espontáneo, un niño de corta edad, también hizo el mismo planteamiento: «Juntos para querernos», tarareó ante el aplauso general.

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No obstante la euforia, la lectura del manifiesto sirvió para poner los pies en el suelo y asumir que la igualdad «aún está lejos. Esto no empieza ni acaba el 8M, empezó mucho antes y todavía tenemos mucho camino por recorrer». Como apuntaba Sara Combarros, «es difícil resumir las razones del 8M, tiene un horizonte muy amplio de reivindicaciones». Tan amplio que va desde la educación feminista, «que no perpetúe los roles de género», acabar «con la brecha salarial y la precariedad laboral», sin olvidar «a las compañeras racializadas y emigrantes». Para estas piden «derogar la ley de extranjería», como exigen, para todas, «visibilizar el trabajo de cuidados, del que, mayoritariamente, seguimos haciéndonos cargo las mujeres y es invisible».

«Sí cambió algo este año»

Durante la lectura del manifiesto, fue especialmente emocionante el momento en el que una de las activistas, una mujer saharaui, exigió «crear alternativas para las trabajadoras migrantes en situación administrativa irregular», así como el recuerdo a una de las organizadoras, Pili Muñiz, cuyo estado de salud impidió presenciar el colofón de tantos meses de trabajo.

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Unos meses en los que Combarros tiene claro «sí han pasado cosas. Sí hemos conseguido cosas en este año». Tras la «histórica» cita del 8M de 2018, «sobre todo, se cambiaron mentalidades. Se consiguió que se hablara de feminismo. Que políticos y representantes de todo tipo de entidades lo hayan tenido en cuenta». Además, también apunta cambios «que han transformado las condiciones de vida de muchas mujeres».

Con los sones de la batucada y las panderetas aún en el aire, el eslogan principal de la cita se convocaba para 2020: «Si nosotras paramos, se para el mundo». Quedan doce meses para comparar si parar es avanzar.

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