Más de 20.000 personas en Asturias realizan su actividad laboral en la economía sumergida

En concreto, según la última EPA y la cifra de afiliados a la Seguridad Social de septiembre, habría una brecha de 19.357 personas. La cantidad, sin embargo, puede ser muy superior si se introduce una variante más, la del pluriempleo.

Cada puesto de trabajo que tenga una persona se contabiliza como una afiliación, por lo que un mismo individuo puede sumar dos o incluso tres. Solo se exceptúa en el caso de los trabajadores del Sistema Especial para Empleados de Hogar y de los del Sistema Especial para Trabajadores por Cuenta Ajena Agrarios, en los que precisamente abunda el pluriempleo.

Esto dispara esa diferencia inicial entre la EPA y la afiliación. En el caso nacional, pasa de ser alrededor de 550.000 personas a 1,3 millones. Porque, aunque los datos que publica cada mes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no incluyen los de pluriempleo, sí que lo hace con cierta periodicidad un informe del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en concreto el relacionado con la afiliación dentro de su Anuario de Estadísticas Laborales. En el último se revela que en 2022 había 778.936 trabajadores en pluriactividad, una cifra que se está disparando en los últimos años. Ganó más de 55.000 en relación a 2021 y 135.000 en comparación con un lustro antes.

No hay datos desagregados por comunidades autónomas, pero en el conjunto del Estado rondaban el 3,9% del total. Si ese porcentaje se extrapolara al Principado, a la brecha de 19.357 personas que da el cruce de datos de la EPA y las cifras de la Seguridad Social habría que añadir más de 14.000. El trabajo en negro superaría ampliamente las 30.000 personas. No obstante, aunque no hay datos oficiales, los análisis que se han hecho sobre pluriempleo colocan al Principado por debajo de la media.

Sin una cifra exacta, en la hipótesis más prudente, que sería la de apenas tener en cuenta la pluriactividad, el trabajo sumergido igualmente sobrepasaría las 20.000 personas en la región.

¿Y dónde se encuentra esa bolsa de trabajo en negro? Sobre todo, en el sector servicios y afecta más a colectivos con mayor riesgo de exclusión, como los inmigrantes, más aún sin son ilegales, que en muchos casos se ven obligados a aceptar cualquier tipo de empleo para sobrevivir. También se da más en mujeres que en hombres, mayoritarias ellas en las actividades relacionadas con los cuidados, tanto de ancianos como de niños, o en el empleo doméstico, donde se encuentra una buena proporción de trabajadoras que no cotizan. A estas se suma el sector de las reparaciones, en la hostelería -más en la nocturna que en la diurna-, y en la agricultura, aunque sobre todo en los territorios en los que se concentra mucho trabajo en un corto periodo de tiempo, como grandes cosechas y vendimias.

Precisamente, los empleados de esta economía sumergida fueron de los más afectados por la pandemia, ya que se quedaron sin trabajo, pero también sin ningún tipo de apoyo como subsidios por desempleo o la posibilidad de regulación mediante un ERTE.