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Arcelor logra el visto bueno ambiental para su acería eléctrica

El Principado exige medidas adicionales de protección, como evitar el uso de chatarra con impurezas en condiciones atmosféricas desfavorables

Martes, 13 de diciembre 2022, 14:06

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Arcelor ya tiene el visto bueno ambiental para acometer la reforma de su acería de Gijón, clave para avanzar en su proceso de descarbonización. El Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) ha publicado este martes una resolución favorable en relación a la declaración ambiental de la nueva instalación, que incluirá un horno híbrido, capaz de funcionar con chatarra y con reducción directa del mineral de hierro. Aunque el proyecto aún no está aprobado formalmente por el comité de inversiones de la compañía, esta avanza en su tramitación para una vez que lleguen las ayudas y se logre un pacto social iniciar las obras.

La resolución del Principado pide, no obstante, que se apliquen algunas medidas con el fin de garantizar y salvaguardar el medio ambiente y las condiciones de vida de la población más próxima al área de actuación, tras las aportaciones recibidas durante la fase de consultas.

Entre ellas, se determina que el período máximo en el que podrán funcionar de manera simultánea los antiguos convertidores BOF (horno básico de oxígeno) y el nuevo horno eléctrico, será de un año. Durante este período la empresa deberá extremar los controles de sus emisiones. La compañía prevé mantener entre seis meses y un año esa actividad conjunta, hasta que se homologue el acero logrado con el nuevo método destinado a carril y alambrón.

Asimismo, el funcionamiento de la instalación deberá respetar las condiciones que se fijen en la modificación de la autorización ambiental integrada, y en particular los valores límite de emisión. Se deberán tomar medidas para garantizar la eficacia de los sistemas de captación y depuración de las emisiones de metales pesados, PCDD/F y PCB a la atmósfera y, en condiciones atmosféricas desfavorables, se evitará el uso de chatarra que, por sus características, pudiera dar lugar a mayores emisiones a la atmósfera. Además, se evitarán situaciones más contaminantes, como arranques, y se extremará la vigilancia de las emisiones difusas que tienen su origen en los acopios de materiales. También reclama protección especial par el suelo y las aguas subterráneas. Como ejemplo, todas las zonas de almacenamiento y manejo de las chatarras y escorias contarán con un revestimiento adecuado que garantice su impermeabilidad. Además, serán necesarias autorizaciones adicionales en el caso de las actuaciones que afectan a zonas inundables, como el arroyo de Pinzales. Se busca, de hecho, la renaturalización de este, así como del de Aboño.

Esta declaración ambiental perderá su vigencia si, una vez publicada en el BOPA, no se inicia la ejecución del proyecto en el plazo de cuatro años.

La acería eléctrica es el primer paso del plan de descarbonización de Arcelor, que tiene como elemento clave una planta de reducción directa de mineral de hierro (DRI), alimentada con hidrógeno verde, que contará con una capacidad de producción de 2,3 millones de toneladas anuales. Esta se completará, precisamente, con la acería 'verde ' y su horno eléctrico híbrido de 1,1 millones de toneladas de capacidad de acero líquido (proyecto Hybrid EAF).

Así se pasará de un proceso siderúrgico basado en la ruta de horno alto y convertidor BOF, a otro proceso basado en la ruta de DRI y acería eléctrica híbrida, que conlleva una huella de carbono significativamente menor.

En la presentación del proyecto de descarbonización de las factorías asturianas, en julio de 2021 en Gijón, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desveló que la parte correspondiente a la acería supondría una inversión de alrededor de 130 millones de euros, aunque la iniciativa global requiere una inyección muy superior, de 1.000 millones, de los que se espera que la mitad, unos 500, sean fondos públicos, señalaron entonces los máximos responsables de la multinacional, Aditya y Lakshmi Mittal.

El corazón de la nueva acería será un horno de arco eléctrico, que se ubicará en la actual zona de la nave de cucharas, y que será cargado tanto con chatarra como con hierro de reducción directa, en proporciones diferentes, según el acero que se produzca. Se sustituirá así el arrabio actual, que también se completa con chatarra –alrededor del 15% del total–. Esta instalación contará con una cuba inferior que contendrá el acero líquido con capacidad para 150 toneladas y que estará cubierta por ladrillos refractarios con una vida útil de entre 500 y 600 coladas, por lo que se realizará un cambio de cuba completo cada tres o cuatro semanas.

Pero, más allá de esta infraestructura, serán necesarias otras instalaciones. Una de las principales será una nueva subestación eléctrica de 220kv, ya que resulta necesario independizar la alimentación del nuevo horno –que hará aún más electrointensiva la planta asturiana de Arcelor– del resto de la red.

Asimismo, habrá otras instalaciones aparejadas. Por espacio, resulta relevante el nuevo parque de preparación de cestas para mover la chatarra, que ocupará una superficie de 25.000 metros cuadrados y que se ubicará en parte de la actual fosa de escorias, por lo que también se construirá una nueva fosa. También se contempla un nuevo sistema de tolvas de almacenamiento o la construcción de dos silos de una capacidad aproximada de unas 10.000 toneladas y otro de finos de DRI de 200 metros cúbicos. Los tres tendrán que ser inertizados con nitrógeno, ya que el hierro de reducción directa posee características de autocombustión y explosión. Este es, de hecho, uno de los riesgos a los que hace referencia la documentación.

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