Las bajas se disparan en Asturias por la covid
Una de cada cuatro se debe al coronavirus, tanto por contagios confirmados como las derivadas de los contactos estrechos
NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Domingo, 22 de noviembre 2020, 01:18
La pandemia ha agravado, prácticamente, todos los problemas que sufrían las empresas, entre ellos, el absentismo. El coronavirus ha disparado la cifra de trabajadores que se ven obligados a coger una baja, lo que tiene un impacto directo sobre la productividad de las compañías y sus costes. Sin estadísticas oficiales, representantes empresariales y sindicales reconocen que la cifra ha crecido enormemente en este 2020 y, aunque la menor incidencia del virus en la primera ola ha hecho que se recorte la brecha de Asturias con la media nacional, el Principado sigue entre las comunidades con mayor absentismo.
La agencia de recursos humanos Randstad es de las pocas entidades que se atreve a poner cifras y sitúa la tasa asturiana en el segundo trimestre -en pleno confinamiento- en el 7,2%, un 1,3% superior a la de hace un año, un aumento más moderado que la media nacional -que fue del 1,8%- por un impacto menor de la covid. Esto significa que de las 371.300 personas que trabajaron en ese periodo, según la Encuesta de Población Activa, unas 26.700 no acudieron a su puesto de promedio. Además, 7.400, el 2%, no lo hicieron pese a no tener una baja médica. No obstante, en estos datos, que no son oficiales, se incluirían también desde permisos remunerados a bajas por maternidad que engordan la estadística.
Igualmente, la situación es complicada de asumir. La Federación Asturiana de Empresarios (Fade), con datos del Instituto Nacional de Estadística, cifra en 47.374 las bajas por enfermedad común registradas en el Principado hasta agosto, el último mes del que hay registros. La covid-19 sería responsable de más de una cuarta parte, 12.673. Al cierre de ese mes del verano había casi 15.000 trabajadores de baja. Se da la circunstancia de que la prevalencia en autónomos era del 3,8%, superior al 3,7% de los empleados por cuenta ajena, algo impensable en un año normal. Todo parece indicar que la difícil situación de este colectivo durante la pandemia llevó a más profesionales a solicitar la incapacidad temporal.
No obstante, tanto empresarios como sindicatos aseguran que esos datos ya se quedaron cortos en el tercer trimestre y en el cuarto actual, debido a la expansión del coronavirus en Asturias y a las cuarentenas indicadas para los contactos estrechos de los positivos. «Es un problema que afecta a la productividad, competitividad y costes», reconoce el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Jose Manuel Ferreira.
Asturias, igualmente, ya no partía de una buena situación, antes de la pandemia. El peso de su industria, el sector con más bajas, la situaba entre las comunidades más afectadas -la tercera-. Según Randstad, la industria asturiana es la que más absentismo sufre de todo el país, un 9,5%, un 3,6% más que hace un año, arrastrada en gran parte por Arcelor. Precisamente, la multinacional siderúrgica lleva años quejándose de este problema. Los últimos datos que ha hecho públicos elevan la tasa en el clúster Asturias al 10,6%, frente al 9,4% del año anterior y, todo ello, antes de la pandemia.
En el sector servicios, más precarizado, el absentismo se reduce al 6,7%, y solo se ha elevado un 0,5%, mientras que las ausencias no relacionadas con una incapacidad temporal bajaron un 0,4%. El otro sector analizado, la construcción, cifra la tasa general en el 6,8%, pero se ha disparado en el último año un 3,9%. Y, todo esto, sin contar los efectos de la segunda ola del virus que está atacando de forma virulenta a Asturias y que está provocando muchas más bajas, bien sea por contagio o por ser contacto estrecho. En ambos casos, tienen consideración de accidente laboral a efectos de prestación económica. «Esto viene bien a los trabajadores porque les da más protección y cuentan con un porcentaje de la base reguladora mayor que si es enfermedad común, pero también a los empresarios que tienen que aportar una menor cuantía», explica la secretaría de Política Sindical de UGT en Asturias, Mar Celemín.
Hijos confinados
Un problema distinto es el de los progenitores que ven como sus hijos son confinados por ser contacto estrecho, pero que no cuentan con PCR positiva. En su momento, hubo discusiones en el Gobierno central sobre qué hacer con ellos, incluso el compromiso de que tendrían algún tipo de baja, pero todo se quedó ahí. Para estos casos, el teletrabajo está siendo una de las opciones que se están utilizando con mayor asiduidad, aunque no es fácil compaginar la actividad laboral y el cuidado de menores y no todas las funciones se pueden desempeñar en remoto. De ahí que se recurra a vacaciones y, en último recurso, se opte por un permiso no retribuido.
El presidente de la Cámara de Oviedo destaca otra circunstancia: «Se ha multiplicado la duración de las bajas desde el inicio de la pandemia, por lo que ya no hablamos solo del número de personas que están en esta situación». Según datos que maneja el responsable de los servicios jurídicos de la patronal asturiana, Ignacio García, con los registros de agosto ya se percibe el aumento de la duración media de los procesos, que sería de 58 días, tres más que en 2019, solo por detrás de Extremadura (74) y Galicia (67,4) y lejos del promedio nacional (45 días), aunque en este caso el crecimiento fue de 6,4 días. En lo que se refiere a las bajas por covid-19, la duración media de los procesos en la comunidad es de 21,76 días, similar a los 21,85 de España, pero muy por encima de las relacionadas con otras enfermedades como la gripe.
Todo ello, con el impacto que supone para la actividad de las empresas, sobre todo, cuando se trata de pymes que tienen menos margen de maniobra. En este sentido, Jorge Suárez, presidente de la Asociación de Empresa Familiar de Asturias (Aefas), reclama más agilidad en las pruebas para «hacer todo esto más digerible». Y explica que, incluso, se han dado casos de trabajadores que se han presentado en su puesto porque, a la espera de que les llamaran para hacerse una PCR, nadie les daba la baja.