«La descarbonización a través de la desindustrialización no es una solución para Europa», señala el CEO de Arcelor en el continente

Para ello, Van Poelvoorde apeló al Gobierno de Polonia, al que solicitó su apoyo ante su próxima asunción de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea. Será un período crucial y decisivo para el futuro de la siderurgia europea, dado que se está ultimando la legislación relativa al Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés), que será determinante para que los productores siderúrgicos europeos puedan seguir produciendo acero de manera competitiva, acometiendo al mismo tiempo las inversiones necesarias para su descarbonización, explica Arcelor.

«Habida cuenta de que Polonia ostentará la Presidencia del Consejo de la Unión Europea durante el primer semestre del año próximo, estoy convencido de que podemos contar con su apoyo para traducir las ambiciones de la Comisión en un marco político eficaz para apoyar la descarbonización de la industria y la adopción de medidas comerciales de urgencia para el sector siderúrgico, que tan necesarias resultan«, indicó Van Poelvoorde. El año próximo y, en concreto, el primer semestre de 2025, »será crucial para definir el plan de acción de la Comisión para el sector siderúrgico y metalúrgico, el Pacto de Industria Limpia, y para avanzar en la adopción de las medidas necesarias para crear el marco de competencia equitativa que necesitamos para Europa«. »No es una exageración afirmar que las decisiones que Europa y sus Estados miembros tomen el año próximo determinará la dimensión futura de la industria y del sector siderúrgico en Europa», sentenció.

Van Poelvoorde también aludió a que, ante el «creciente proteccionismo» que se está estableciendo en todo el mundo, Europa tiene que definir qué papel quiere desempeñar en el futuro. «Resulta cada vez más claro que es imposible seguir siendo una potencia económica si no se cuenta con una sólida industria, y más concretamente, con una sólida industria siderúrgica. La descarbonización a través de la desindustrialización no es una solución para Europa, ni para el mundo, y desde luego no para el clima y para nuestro planeta», concluyó.