«Las empresas invierten donde hay infraestructuras o al menos un compromiso claro de tenerlas»

El nombramiento de José Antonio Sebastián como comisionado del Gobierno para el Corredor Atlántico, «es un paso», apunta la presidenta de Fade, al igual que el compromiso de contar con un plan director para octubre o el hecho de igualar la inversión para este con la del Corredor Mediterráneo, tras haber dejado al noroeste «en segundo plano» y sufrir «cierto abandono en relación a otras zonas de España». Sin embargo, «queda mucho por hacer». Hay trece comunidades implicadas y en el Principado aún son necesarias inversiones «trascendentes», aunque el esfuerzo mayor ya se ha hecho, como puede ser con la variante, los puertos o la ZALIA. De ahí que María Calvo espere que «la inversión no se diluya y no vaya a otras comunidades». «El sector privado tiene claro que tiene que invertir», respondió la presidenta de la patronal a una pregunta de Juan Neira, pero también recordó que «las empresas invierten donde hay infraestructuras o, al menos, un compromiso claro de tenerlas». Sobre la invitación del presidente vasco, Íñigo Urkullu, a Asturias, Cantabria y Galicia a sumarse a un nuevo frente por el eje Atlántico, Calvo le da la «bienvenida», siempre que no afecte «al plazo, el calendario y la concreción de la prioridad», que es el corredor que reivindica Fade. «Asturias quiere ser una región industrial y para serlo necesita infraestructuras claves».

2023 es un año electoral, con comicios autonómicos en mayo y generales en diciembre. Preguntada sobre los primeros, Calvo espera, sobre todo, que de ellos «salga un Gobierno estable» y también «que ponga el foco en la importancia de la actividad económica». Porque, recordó que el Principado es la tercera región a la cola en recuperación del PIB desde la pandemia, tiene la tasa de actividad más baja del país y «parece que aguanta en empleo, pero ha perdido el 12% de las personas en edad de trabajar desde hace diez años», «Los datos económicos no son buenos», resumió, para argumentar que «no pedimos ni subvenciones ni ayudas, sino reglas del juego que nos permitan competir en igualdad de condiciones».