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Para Ence, este 2025 es un año clave tanto a nivel de producción, con la incorporación de nuevos productos, como en materia de descarbonización, ... tras haber incrementado sus objetivos de reducción de emisiones. Sobre todo, en un contexto en el que buena parte de la industria ha decidido suspender sus inversiones y planes verdes por la incertidumbre económica y la entrada de productos de terceros países que no cumplen con los mismos estándares de calidad y medioambientales que en la Unión Europea.
El año pasado, la compañía invirtió más de 30 millones de euros en la planta de Navia con el objetivo de empezar a suministrar celulosa para productos absorbentes, denominada 'fluff'. Un hito que, si todo va según lo previsto, tendrá lugar a finales de este año y que permitirá aumentar la competitividad de la factoría a través de la entrada en nuevos mercados gracias a la comercialización de este producto de mayor valor añadido.
Esa inversión no solo facilitará diversificar la producción hacia componentes higiénicos y absorbentes –como pañales– que hasta ahora se han importado desde Norteamérica, sino que servirá para «reducir la huella de carbono de los productos finales, al utilizar fibras naturales, renovables, compostables y biodegradables de origen local», según señalan desde la propia compañía.
A esos 30 millones de euros hay que sumar otros 50 millones que Ence destinará a sustituir una línea del parque de madera, un proceso que mejorará la eficiencia energética de la biofábrica. Se trata de un proyecto, aseguran desde la papelera, que se beneficiará de la línea de eficiencia energética del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), por un importe de 13 millones .
En esas inversiones, el grupo también destaca el proyecto de descarbonización, que consiste en la sustitución de los combustibles fósiles que actualmente alimentan a los hornos de cal de la planta por biometanol (un subproducto del proceso de fabricación de celulosa) y biomasa. Esta medida, además de reducir un 60% las emisiones, disminuirá el coste de producción en la biofábrica. De este modo, la inversión total de Ence destinada a proyectos que impulsarán la descarbonización del Principado de Asturias estará próxima a los 80 millones de euros. En ese contexto, el Ministerio de Industria y Turismo concedió a la empresa 4,2 millones de la última línea del PERTE de descarbonización industrial para la planta de Navia.
La compañía se muestra «comprometida» con la reducción de su huella de carbono a través de la implementación de tecnologías limpias, la mejora de la eficiencia energética y la promoción de energías renovables: «Hay que tener presente que la descarbonización mejora la competitividad de las empresas al reducir costes de producción. A ello se suma que contribuye a la autonomía energética del país reemplazando combustibles importados por alternativas renovables locales».
Ence ha decidido apretar el acelerador en materia de reducción de emisiones tras actualizar su plan de descarbonización. En concreto, tomando como base el ejercicio 2018, la compañía ha incrementado su compromiso respecto al objetivo establecido de cara a 2035 y pasará de una reducción para todo el grupo del 70% de las emisiones absolutas de alcance 1 (las derivadas del consumo de combustibles) y 2 (indirectas por la energía comprada) a una del 75%.
Además, también tiene previsto incorporar nuevas iniciativas de reducción de emisiones de carbono que permitirán fijar un objetivo intermedio para 2030 de reducir un 55% las emisiones absolutas. Respecto a las emisiones de alcance 3 (que agrupan al resto de emisiones indirectas en la cadena de valor), y aplicando todas las medidas de reducción identificadas, Ence se compromete a reducir un 10% y un 15% las emisiones indirectas absolutas (alcance 3) en 2030 y 2035, respectivamente, frente a los valores de 2023.
Adquirir unos compromisos mayores de los que había hasta ahora implicará cambios en el modelo de producción que permitan reducir las emisiones para poder cumplir con los objetivos de forma gradual. En ese sentido, desde Ence señalan que «más que una transformación de nuestro modelo de producción, es una evolución en la que ya estamos inmersos».
Explican desde la papelera que sus plantas, como la de Navia, «por las características de su proceso productivo, son capaces de generar energía renovable con biomasa, térmica y eléctrica, que es neutra en carbono». De este modo, las inversiones previstas en las instalaciones asturianas (al igual que las del resto del grupo) servirán para dar un paso más allá en los procesos de descarbonización: «Nos comprometemos a seguir avanzando en esta línea, minimizando el consumo, ya reducido, de combustibles fósiles y potenciando nuevas líneas de negocio, como el calor industrial renovable, para contribuir a la descarbonización de otras empresas, y el biometano».
A finales de marzo, la planta de Navia retomó su actividad productiva tras finalizar su parada técnica anual. Una actuación que permitió desarrollar en las instalaciones un exhaustivo plan de trabajo para incorporar nuevas tecnologías y mejorar las ya existentes. Con estas obras ha llevado a cabo una inversión de 14 millones de euros.
El objetivo es que, para este mismo año, los productos especiales (es decir, de la línea Ence Advanced, que cuentan con mejor margen que la celulosa estándar) alcancen el 30% de las ventas de celulosa. Una meta que para 2028 sitúa en el 50% y que no incluye la aportación de celulosa 'fluff'.
Esa línea es el resultado del desarrollo en el ámbito de I+D+i e incluye diferentes propuestas diseñadas para satisfacer las necesidades de segmentos papeleros específicos, que aportan mayor valor añadido y una menor huella ambiental.
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