Virgilio García: «La fabricación aditiva aporta a Asturias autonomía, una menor dependencia»
«Con una impresora, un horno y un centro en mecanizado se fabricó un repuesto en Alaska para un Eurofighter y volvió volando a España», explica Virgilio García, CEO de Novaindef
El ingeniero asturiano Virgilio García (Oviedo, 1985) lleva año y medio como CEO de Novaindef, filial de Sicnova especializada en tecnologías de fabricación aditiva en ... el ámbito de la defensa y el espacio. Tras una larga trayectoria en Arcelor, donde trabajó en el centro de I+D, ayudó a impulsar su actividad de fabricación aditiva y también The Next Pangea, dio el salto a esta compañía jienense, que acaba de firmar un acuerdo con Santa Bárbara. A este cargo suma también la presidencia de Addimat, la Asociación de Tecnologías de Fabricación Aditiva y 3D de España, y de Cecimo, el Comité Europeo de Manufactura Aditiva.
–¿Cómo puede cambiar la industria la fabricación aditiva?
–Hasta ahora, a la fabricación avanzada le ha costado mucho penetrar dentro del ámbito industrial porque era una tecnología poco consolidada, pero cada vez vemos que permite hacer cosas que están en el día a día, no solo fabricar piezas. Es complementaria a otros procesos productivos y cada vez se integra más. Va a ser una revolución, porque va a permitir reaprovechar mucho 'stock' de piezas que estaban dañadas. Permite tener talleres de fabricación, lo que nosotros llamamos minifundiciones, que al final no dejan de ser impresoras 3D, para tener repuestos inmediatos, optimizas las operaciones y se mejora claramente la eficiencia.
–¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?
–Por un lado es un tema de evangelización. Cuando una tecnología, por muy lista que esté, no está bien integrada en las cabezas de las personas es difícil que se utilice. Pero también hay una parte regulatoria. Parte del trabajo que estamos haciendo con el Ministerio de Defensa es adquirir conocimiento alrededor de la certificación de este tipo de piezas gracias al conocimiento que hay dentro de las diferentes Fuerzas Armadas, sobre todo en el Ejército del Aire. Estamos aprendiendo a cómo establecer las condiciones para que esta tecnología sea más confiable.
–¿En qué situación está la fabricación aditiva española?
–Mucho mejor de lo que la gente piensa. En España y en Asturias tendemos a pensar que los demás lo hacen mejor. Y la realidad que me encuentro en ferias internacionales es que España tiene una tecnología tan buena como la del resto. A pesar de que el tejido empresarial no es tremendamente grande, hay mucho conocimiento y se fabrican muchas piezas para Europa desde España. Todavía nos queda crecer, porque estamos invirtiendo poco en este tipo de de tecnología, pero estamos mucho mejor posicionados de lo que creemos.
–¿Y Asturias? Prodintec, ahora Idonial, fue por ejemplo pionero.
–Prodintec fue el gran descubridor de esta tecnología, los primeros en testearla y crearon la semilla. A partir de ahí nacieron unas cuantas empresas. Verot, TheSteelPrinters, que fabrica las piezas de repuesto para las diferentes unidades del grupo ArcelorMittal, Triditive... Hay un tejido industrial bastante importante que genera un negocio que mayoritariamente se exporta fuera de la región.
–¿Hay tecnología propia o como para casi todo dependemos de China?
–Al inicio era china, porque faltaba mucho conocimiento, y ahora hay tecnología propia, pero sí que parte es dependiente, sobre todo de Europa, aunque también de China, como en el caso de la fotónica. Pero allí hay otro tipo de inversiones. Para vender 2.000 o 3.000 máquinas tienen una capitalización de 1.200 millones y el negocio lo genera su propio Gobierno. Para las limitaciones que tenemos, la tecnología avanza con mucho éxito.
–¿Podemos llegar a a liderar algún tipo de nicho de mercado?
–Ya lo hacemos, por ejemplo, en el ámbito médico, en el que la fabricación aditiva está siendo un referente a para implantes, herramientas... Dentro del aeronáutico, muchas de las piezas de los motores que se están desarrollando ya están siendo hechas por aditiva. Es verdad que tienes que cambiar la mentalidad de los ingenieros, cosa que es difícil, porque nos intentamos ceñir a las reglas de diseño conocidas, pero las nuevas generaciones vienen con este ADN y tienen las impresoras ya en casa.
–¿Para qué usos será más relevante esta tecnología en Asturias?
–Un tema que tiene mucho sentido en Asturias es el recambio industrial, lo que hace TheSteelPrinters. Al final, cada día nos encontramos en empresas que tienen problemas de cadena de suministro o que tienen que tener un circulante muy alto para mantener muchas piezas en 'stock' y no parar sus instalaciones. A la vez, cada vez hay menos capacidad de forja y fundición en Europa por las restricciones medioambientales. Y tenemos esta tecnología que permite sustituir este tipo de piezas con un proceso mucho más limpio. Sobre todo, le aporta Asturias autonomía, una menor dependencia de empresas, a menudo, extranjeras.
–Novaindef acaba de firmar un acuerdo con Santa Bárbara para crear en su planta de Sevilla un centro de de excelencia de fabricación avanzada, ¿qué implicará?
–La idea es ayudarles a codesarrollar diferentes tipos de piezas y repuestos que se puedan fabricar en zona desplegada o en talleres.
–¿Puede tener algún impacto en la planta de Santa Bárbara de Asturias?
–Tendrán que ser ellos los que lo evalúen y decidan si tiene sentido, pero podría ser.
–¿Cómo puede cambiar la fabricación aditiva el sector de la defensa?
–Lo estamos viendo ahora mismo en Ucrania y lleva años discutiéndose en la OTAN, lo que se llama el 'battle damage repair' (reparación de daños de batalla). Cuando se envía un carro de combate es muy difícil prever los daños que sufrirá, pero no se pueden llevar todos los repuestos. Se tienen que canibalizar ciertos medios para mantener otros en operación, despliegan X número de carros de combate y solo tienen en operación la mitad o un tercio, dependiendo de la situación que tenga. Sin embargo, gracias a la fabricación aditiva se es capaz de generar repuestos para este tipo de sistemas mediante pequeñas unidades desplegadas, que permitan montar un pequeño taller muy cerca de la línea de confrontación. Esto también tiene sentido en la minería, en plataformas petrolíferas... Con una impresora, un horno y un centro de mecanizado se ha podido fabricar una pieza de repuesto en Alaska para un Eurofighter que estaba en una misión y volvió volando a España.
–¿Qué oportunidades abre el sector de la defensa para las pymes asturianas?
–Oportunidades de desarrollo de nueva tecnología y nuevos puestos de trabajo altamente cualificados. Ya lo estamos viendo en el Principado y con la Agencia Sekuens, que están atrayendo nueva inversión. Va a aportar conocimiento, nuevas tecnologías y trabajo muy especializado.
–¿Puede haber colaboraciones entre Novaindef y el hub de defensa de Asturias?
–Tenemos ya muy buena relación. De hecho, lo primero que conseguimos fue conectar la Cámara de Comercio de Linares y la de Oviedo que generaron la alianza Vía Carisa para intentar promover las tecnologías entre los dos territorios. El hub es un proyecto que tiene muchísimo sentido y aglutina muchísimo conocimiento.
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