Gas, vitrocerámica o de inducción: ¿Qué cocina consume menos?
El uso que vayamos a darle condiciona qué tipo de cocina nos conviene más
A la hora de escoger qué tipo de cocina poner en nuestra casa, pueden surgir muchas dudas. ¿Qué es mejor: la cocina de gas, la vitrocerámica o la inducción? ¿Cuál consume menos? Todo depende del uso que vayamos a darle a la cocina y de la inversión inicial que estemos dispuestos a gastarnos.
La cocina de gas revolucionó el sector ya en el siglo XIX, principalmente por su efectividad a la hora de calentar los alimentos de forma rápida. Posteriormente surgió la vitrocerámica y su consecuente evolución, la vitrocerámica de inducción. Los expertos personales de Bankinter han realizado un estudio que revela las principales ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de cocina, junto a sus respectivas tasas de consumo.
Ventajas e inconvenientes
La cocina de gas tiene como principal ventaja la rapidez. Además, el control de la temperatura resulta muy intuitivo, ya que el fuego puede regularse de forma sencilla. Al tratarse el gas natural de su fuente de alimentación, el consumo es inferior a el de las vitrocerámicas, que dependen de la electricidad. Por otro lado, son compatibles con todo tipo de olla y sartén. Sin embargo, la cocina de gas es la menos segura y limpia. Aunque en hostelería sigue siendo la más usada, si no se cocina mucho el ahorro con respecto a las vitrocerámicas no es tan significativo.
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La vitrocerámica es el sistema presente en más cocinas, ya que son mucho más fáciles de limpiar y estéticamente más bonitas. Su instalación es más sencilla que las de gas y hay una amplia variedad de modelos para adaptarse a los diferentes bolsillos. Las desventajas de este sistema es que no es tan rápida como el gas en alcanzar la temperatura deseada. Además, precio de la luz es superior al del gas.
Por su parte, las cocinas de inducción funcionan gracias a un campo magnético que permite calentar las superficies cuando están en contacto con el recipiente. Según el estudio realizado por Bankinter, esta opción consume hasta un 20% menos de electricidad y es más rápida que la vitrocerámica. También son más seguras, ya que al tocar no puedes quemarte si no hay una olla o sartén puesta en el fogón. Una de sus desventajas es que estas ollas y sartenes tienen que estar preparadas para placas de inducción, por lo que no sirve cualquier material. Su instalación es la más cara, así que solamente es para aquellos que estén dispuestos a hacer una inversión incial superior a la que otros tipos de cocina exigirían.
¿Qué cocina consume menos?
Puede decirse que la vitrocerámica, al ser la que más tiempo tarda en calentarse. Además, es la que más electricidad consume. Eso sí, su inversión inicial es la más barata.
La cocina de gas resulta más barata, ya que la fuente de energía es más barata. Son más rápidas que las vitrocerámicas.
La vitrocerámica de inducción sería la más eficiente. Calienta rápidamente y consume poca energía. Su instalación, sin embargo, es la más cara.
Aquellas personas que se estén planteando qué tipo de cocina quieren instalar en sus viviendas, deben tener en cuenta el gasto que están dispuestos a asumir en un primer momento para la instalación y también las ventajas e inconvenientes de cada uno de los tipos de cocina.
