ALSA prueba el bus sin conductor

España llega un poquito tarde, pero por fin se sube al carro de la los vehículos autónomos para el transporte público. Ciudades de todo el mundo llevan ya varios años experimentando con este tipo de servicios, que se estrenan en nuestro país de la mano de la empresa asturiana ALSA en Madrid. En la capital, y en concreto en la Universidad Autónoma (UAM), se inauguró el lunes el primer autobús autónomo universitario de España, un proyecto impulsado junto a la Comunidad de Madrid y la Dirección General de Tráfico (DGT), que ha puesto a circular un vehículo eléctrico sin conductor en aras de dar con un sistema público de transporte «automatizado y sostenible».

Se trata del primer autobús sin conductor que circulará de forma regular en una universidad española, y que operará en tráfico abierto, en un entorno en el que circulan cada día 30.000 personas y 6.000 vehículos. El lunes las autoridades realizaron un primer trayecto por el campus de Cantoblanco, que en febrero tendrá este servicio de forma regular como parte de una iniciativa piloto que permitirá desarrollar proyectos de I+D+i relacionados con la conducción autónoma.

Es un modelo EZ10 «totalmente eléctrico y autónomo», que ya circula por la UAM de forma experimental para mapear todo su territorio y poder reconocer el terreno que recorrerá desde el mes próximo de forma regular. Pero que nadie se asuste. Para los que no se fíen, el bus irá acompañado de un asistente que monitorizará su funcionamiento ante posibles incidencias como, por ejemplo, si alguien aparca en doble fila en una vía preferente.

Su tamaño es muy pequeño. Tiene capacidad para transportar a 12 pasajeros y cumplirá un recorrido de 3,8 kilómetros, en los que hará siete paradas. Además, se ha señalizado un carril para indicar su recorrido y se han instalado señales de tráfico que advierten de que se trata de vías preferentes para el bus autónomo. «Es un proyecto en un estado muy embrionario que se va a desarrollar en ese punto en concreto, todo está todavía en una fase muy inicial, y no hay planes para replicarlo en ninguna otra parte», apuntan fuentes de ALSA en Asturias.

Tras este primer paso de Madrid, será el turno de Málaga, que ya ha anunciado un servicio similar que unirá el puerto marítimo y el centro de la ciudad andaluza, fruto de un proyecto liderado por Avanza y que prevé un mayor tamaño de los vehículos, con capacidad para unas 60 personas.

En España, en todo caso, llegamos de los últimos a esta tecnología que se está examinando por todo el mundo. París, por ejemplo, ya en 2017 puso a funcionar su primera línea de la mano de Navya, una compañía que trabaja en más de una docena de ciudades, como la también francesa de Lyon. En Europa hay más municipios que lo han probado, casi siempre para trayectos cortos y en vehículos con escasa capacidad, las denominadas lanzaderas. En Friburgo y Sión, en Suiza, por ejemplo, se ha ensayado con buses que llegan a circular a 25 kilómetros por hora y con unas ocho horas de autonomía. También en Alemania y Reino Unido se mira hacia la autonomía y la sostenibilidad del transporte, como sucede en EE UU, con ejemplos en ciudades como Michigan y Las Vegas. Hasta las antípodas han llegado ya estos buses, estrenados en Australia en 2016. Pero es que hay más, porque en Singapur no solo se ha comenzado a mirar hacia el taxi autónomo, sino que, además, en esa ciudad estado inmaculada y cuasi perfecta en la que está prohibido comer chicle, ya han empezado a hacer crecer a los autobuses. En marzo del pasado año comenzaron a testar vehículos con capacidad para 80 personas de 12 metros y cero emisiones.