Todo lo que deberías saber antes de llevar tu coche a un túnel de lavado

El autolavado o el lavado a presión es una cuestión que va más allá de lo estético. Y es que, aunque a todos nos guste que nuestro coche esté limpio y reluciente, también es importante que la capa protectora de su carrocería resista y no se deteriore con la suciedad, un mal cuidado de la misma o los cambios de temperatura. En referencia a esto, no cabe duda de que este tipo de lavado automatizado y a presión del que te hablamos, es una forma muy cómoda de mantener nuestro vehículo limpio, pero en lo que todavía los conductores no se ponen de acuerdo, es en si los rodillos llegan a estropearlo, a rayar la pintura o a deteriorar su carrocería.

Para empezar, hay que recordar que no es necesario esperar a que en el cristal de nuestro coche leamos el típico 'lávalo' o a que veamos la carrocería llena de barro. Lo importante es que mantengamos limpio nuestro coche sin necesidad de que esto ocurra y que esto se convierta en una rutina semanal. De ello dependerá la calidad de vida de la carrocería del vehículo.

Otro punto a destacar, es que no todos los túneles de lavado son iguales. Para saber cuál elegir para tu coche, te recomendamos que te fijes en si se trata de un autolavado que lleva con los mismos rodillos desde hace años y si estos están viejos y desgastados o si al contrario, están bien mantenidos. En el caso de que los rodillos sean antiguos, lo más probale es que estos lleguen a erosionar la pintura del vehículo o los faros. ¿La razón? Los coches de hoy en día tienen faros de plástico y la capa de pintura es cada vez más fina por motivos ecológicos en el proceso de fabricación, esto los hace más propensos a que los rodillos más gastados acaben rayandolos.

Para los conductores que no ven con buenos ojos los túneles de autolavado con rodillos, lo más probable es que recurran a la clásica pistola de alta presión, pero este método de lavado también tiene sus peligros. Por un lado, el cepillo de estos lavaderos suele estar muy sucio y con las cerdas desgastadas, a esto hay que unirle el hecho de que todo el mundo lava su coche con ese cepillo y no todos le aplican la misma presión. El resultado final de esto, puede ser que el vehículo acabe incluso más rayado que en los autolavados de rodillos, que suelen estar calibrados y con sensores expecíficos para evitar el exceso de presión.

Otro detalle que no deberás dejar pasar por alto, es el momento del secado del coche. Y es que este punto, es tan importante como el lavado para obtener un buen resultado. Si hablamos de autolavados con rodillos, el proceso de secado de estos sistemas de lavado es ideal, ya que se aplica mediante una corriente de aire a alta velocidad que no genera ningún rozamiento peligroso con la pintura. En cambio, cuando secamos el coche a mano, debemos usar una gamuza de buena calidad y enjuagarla con frecuencia para evitar que la suciedad que se deposite en ella pueda rayar la pintura.

Ventajas:

-Son cómodos.

-Economizan el gasto de agua.

-Su sistema de secado.

Principales inconvenientes:

-Los rodillos pueden llegar a erosionar los faros y la pintura, si están muy desgastados.

-Los rodillos pueden estar sucios de los vehículos anteriores (de tierra, barro...) y esto provocará más rayaduras.

-Pueden arrancar accesorios como la antena, carcasas retrovisores…