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Protesta de los trabajadores de Venturo XXI y Alas Aluminium, en marzo de 2011, en Oviedo. MARIO ROJAS
Una nueva crisis que se suma a los proyectos fallidos en la cuenca del Nalón

Una nueva crisis que se suma a los proyectos fallidos en la cuenca del Nalón

Los fondos mineros y otras subvenciones públicas no bastaron para garantizar el éxito de la reconversión industrial en las comarcas mineras

L. CASTRO

GIJÓN.

Domingo, 8 de septiembre 2019, 03:18

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Vesuvius es ahora la cara visible de la crisis industrial que afronta Asturias y se suma así a los recortes iniciados por Arcelor y al nuevo plan estratégico en el que trabaja Alu Iberia para sacar adelante la planta avilesina tras su compra a Alcoa, entre otras. Pero la empresa de fabricación de refractarios es también un ejemplo más de la reindustrialización fallida de las comarcas mineras que se ha cobrado ya la vida de varias empresas pese a la enorme cantidad de dinero público que se han destinado a través de planes como los fondos mineros.

Los ejemplos más claros de ello son Venturo XXI y Alas Aluminium. Ambas estaban llamadas a ser emblemas de la reconversión en la cuenca del Nalón. La primera, la cartográfica, llegó en 2005 a la región con una impulso inicial de los fondos mineros superior a 1,8 millones de euros. De hecho, su capital era un 51% privado y un 49% público. Apenas cinco años después, cuando dejó de percibir subvenciones públicas, la empresa ya estaba en concurso de acreedores. Sus 73 trabajadores llevaron a cabo una larga lucha, de alrededor de 200 días. El Principado trató de buscar inversores que reflotaran el negocio, pero no lo lograron y Venturo XXI entró finalmente en liquidación en febrero de 2011.

En el caso de Alas Aluminium, que era propiedad del Grupo Talleres Asipo, Fadasa, Alfer, José Pérez Noriega (de Aliminios Teverga), Edinain y Alucris, el Estado llegó a superar los 3,2 millones de euros en subvenciones desde que inició su actividad en 2005 sobre la escombrera del pozo María Luisa de Ciaño. Contrató a más de 300 trabajadores e incluso llegó a ampliar sus instalaciones, pero en 2009 la mala gestión de la compañía le pasó factura y apenas dos años después entró en concurso de acreedores y cerró al acumular una deuda que superaba los 58,5 millones. No obstante, ya en 2013, el grupo argelino Cevital compró los activos de la compañía langreana por 8,5 millones de euros y retomó la producción con 80 trabajadores.

Ornalux, empresa de fabricación de luminarias, fue otro de los ejemplos de la fallida reindustrialización de las comarcas mineras. En 2008, la firma trasladó las dos naves que tenía en Gijón a Sotrondio, pero no pudo sobrevivir a la crisis económica y cinco años después, tras el concurso de acreedores entró en liquidación.

Son muchas las empresas instaladas en las comarcas mineras que se quedaron por el camino de la reconversión y que han dejado las cuencas con un tejido industrial cada vez más delgado. Y lo peor, temen los sindicatos, está por llegar debido al proceso de transición energética que pondrá aún más contra las cuerdas a esta zona de Asturias.

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