Oliu: «La fusión de BBVA y Banco Sabadell tendría un impacto negativo en las pymes»

Así lo subrayó en el acto de entrega del XXIII Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica, donde, tomando como hilo conductor los estudios del galardonado –Eduardo Dávila–, puso de manifiesto los riesgos de la operación. Asimismo, señaló que determinar cuáles son los límites de la concentración «es una cuestión que deben discernir los reguladores de la competencia, valorando si una operación puede afectar sensiblemente al grado de oligopolio del mercado para las empresas o los ciudadanos, ya sea en España o en regiones específicas».

En este sentido, Oliu incidió en que la cuestión del tamaño es importante en todos los sectores porque «de la concentración se pueden derivar ahorros de costes, pero también posiciones de dominio del mercado». Si bien las uniones en el ámbito europeo pueden dar lugar a bancos más fuertes, los argumentos a favor de estas operaciones pierden validez si para forjarlas se crean «problemas de concentración de mercado en un país».

En todo caso, el presidente de Banco Sabadell puntualizó que todavía existen barreras a la consolidación europea porque no hay un sistema de garantía de depósitos que se aplique en el conjunto del continente. «Estamos seguros, y es necesario que sea así, de que Europa conseguirá ponerse de acuerdo para la implementación de este fondo y de los mecanismos de resolución adecuados y relacionados con ello».

Sobre la opa hostil de BBVA, también reclamó que se ponga la información completa «y no engañosa» a disposición de los accionistas, que son quienes tienen que decidir, al tiempo que advirtió de la «volatilidad» de la propuesta. Para Oliu, la incertidumbre respecto a la oferta deriva de que está planteada como un canje de acciones y de que, además, se trata de un banco que tiene «una exposición mayoritaria en países emergentes y, por tanto, desacoplados, para bien o para mal, de los mercados españoles o europeos».

También indicó el primer ejecutivo de Banco Sabadell que en este tipo de operaciones, y también en la propuesta por BBVA, «los riesgos de ejecución pueden hacer diluir una prima aparente en cuestión de pocos meses, sobre todo cuando se trata de una operación contestada por la mayor parte de los actores sociales que experimentarán sus consecuencias».

BBVA propuso inicialmente un canje de una acción de nueva emisión por cada 4,83 acciones de Banco Sabadell, lo que suponía entonces una prima del 30% sobre la media del precio de las acciones de la entidad catalana en los tres meses anteriores al pasado 29 de abril. Posteriormente, se ajustó el intercambio a 5,0195 títulos tras el reparto de dividendos, más 0,57 céntimos en efectivo por acción. A medida que Banco Sabadell ha tenido un mejor desempeño en Bolsa y que BBVA ha caído, la prima se ha ido reduciendo y al cierre de la sesión de ayer se situaba en el 2,85%.

Además de sus consideraciones sobre la opa, Oliu resaltó la notable contribución del galardonado, a quien animó a seguir profundizando en su análisis sobre regulación financiera. Ginés de Rus, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, fue el encargado de glosar al premiado. Dávila, profesor de Economía y Finanzas de la Universidad de Yale, ha sido distinguido por su trabajo en la intersección de la economía financiera y las economías de la información y de las imperfecciones del mercado.

Aludió a tres ideas centrales que aparecen de forma recurrente en su investigación. En primer lugar, destacó la noción de primacía del bienestar a la hora de entender la ciencia económica. Aplicada a un estudio sobre cómo regular las condiciones de crédito, llevó a Dávila a concluir «que son las percepciones de aquellos que prestan (las instituciones financieras) –y no tanto las de aquellos que se endeudan– las que deberían tener un mayor peso en el diseño de la regulación».

Una segunda idea que aparece transversalmente en gran parte de su trabajo es la de los estadísticos suficientes, como se denominan las «variables que contienen la información necesaria para responder a una pregunta de interés». Uno de sus primeros artículos identifica una serie de estadísticos suficientes para determinar «cuán de fácil o costoso debe de ser el no pagar un préstamo para un deudor», explicó. Así, su investigación explora «cómo formalizar y cuantificar los efectos de moverse hacia un sistema en donde los deudores puedan ver sus deudas perdonadas con más facilidad», mediante un marco conceptual y cuantitativo que incluye «los indicadores cuantitativos que determinan qué sistema es mejor en una situación en concreto».

Por último, su línea de investigación más reciente está centrada en determinar cuáles son los orígenes del bienestar. Establecer unos principios para descomponer sistemáticamente los orígenes de las ganancias y pérdidas de bienestar en economías sofisticadas tiene como objetivo producir un «marco completo y unificado de evaluación de políticas, basado en la teoría económica, que pueda ser usado para determinar las razones precisas por las que existen ganancias de bienestar».

El encargado de cerrar el acto fue el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, quien señaló que la globalización «ya no existe, sino que en el mundo hay ahora una economía de bloques y hay que adaptarse a ello». De ahí la importancia de la innovación y de contar con un sistema público fuerte que colabore con la iniciativa privada. Asimismo, destacó que es esencial contar con análisis rigurosos a la hora de abordar un tema tan sensible como la regulación financiera».