Pablo García
«Si a la persona que genera empleo y riqueza de forma sostenible la matamos a tributos, a la gente no le merecerá la pena emprender»
Pablo García (Oviedo, 1982) encara su recta final como presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Asturias tras cuatro años. Tras superar ... el límite de edad para ocupar el cargo, espera que el proyecto emprendido en 2021 tenga continuidad con personas que «conozcan bien» la entidad, que esta semana ha celebrado sus 40 años de existencia.
–¿Han cambiado mucho las necesidades de los jóvenes empresarios en estos 40 años?
–Se han ido adaptando. En las tendencias de emprendimiento de hoy empuja muy fuerte el mundo de las 'start-up', que es una modalidad, pero no mayoritaria. Es un reto de la asociación para los próximos años poder darle cabida y que se identifique con el mundo del asociacionismo y el empresarial. El emprendimiento innovador está muy bien, al igual que montar una cafetería, una peluquería o una franquicia. Por lo demás, a lo largo de 40 años nos hemos ido adaptando a las necesidades de nuestros asociados, que nos han ido marcando el paso.
–Asturias lideró la captación de empresas en el primer trimestre. ¿Es un mito eso de que se van por la presión fiscal?
–La presión fiscal desde luego no ayuda y no es del todo cierto lo que dicen algunos políticos sobre que el impuesto de Sociedades es igual aquí que en Madrid. Los impuestos que recaen sobre las personas, que son quienes promueven las empresas, no son iguales en las dos comunidades. Nadie se mete a montar una empresa con el riesgo que asume y el sacrificio que tiene que llevar a cabo si la rentabilidad esperada no es la adecuada. Si a la persona que genera empleo y riqueza de forma sostenible la matamos a impuestos, indudablemente a la gente no le merecerá la pena emprender. Defendemos que la fiscalidad de las personas y las empresas sea lógica y adecuada. Y esto no quiere decir que los empresarios no queramos pagar impuestos, que lo hacemos encantados siempre que no sea algo confiscatorio. Hay que generar más actividad para que la recaudación sea adecuada y no aumentar los tipos. Por otro lado, si conseguimos tener gente bien formada, las empresas se asentarán en Asturias porque lo que más buscan, por encima de la fiscalidad, es tener mano de obra cualificada.
–¿Tienen dificultades para cubrir vacantes?
–Sí, es una realidad y tiene difícil solución. La paradoja es que en Asturias y en España, a pesar de haber mejorado, las cifras de desempleados siguen siendo altas, pero en casi todos los sectores hay problemas para encontrar trabajadores. Tendríamos que activar a las personas que están en desempleo para que sean empleables y, además, no obviar la realidad demográfica de Asturias, por lo que tenemos que contar con gente de fuera. Hay que hablar sin tapujos de traer talento y analizar si hay que hacer formación en origen o hacerla aquí. Creo que tiene más sentido hacer una política migratoria de traer a gente que necesitamos a que lleguen personas de manera irregular y luego hacer regularizaciones masivas, como en los últimos años.
–¿No es una paradoja querer traer a extranjeros con 52.962 parados en Asturias?
–Sí, pero la realidad es que ahora tienes mucha formación y la gente no se forma. Teóricamente esas 52.962 personas están en búsqueda activa de empleo, pero la cifra real es mucho menor. Es un desafío cronificado que hay que estudiar largo y tendido. Por las políticas erróneas en materia de protección social que en algún caso se llevan a cabo, al final hay mucha gente cobrando pagas, que compatibilizan con la economía sumergida, y eso desincentiva el encontrar un empleo.
–¿Se prefiere ser funcionario a emprendedor?
–Sin lugar a dudas. Es más, me llama mucho la atención ya no solo esa disyuntiva, sino que el 80% de los que opositan son trabajadores por cuenta ajena. Para tener más empresarios, el sistema educativo, desde edades tempranas hasta la universidad, debe tener esto como prioridad. Se hacen cosas, pero dista mucho de que sea así.
–¿Qué impacto prevé si se aprueba la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas?
–Igual que Fade y CEOE, defendemos que la reducción debería estar en el marco del diálogo social, en la negociación colectiva, donde siempre se han fijado estas cuestiones. Reducir la jornada de forma genérica no tiene ningún sentido y a la gente hay q hablarle claro: ese mayor coste para las empresas van a repercutirlo en el cliente final en la inmensa mayoría de los casos. Esto va en detrimento del poder adquisitivo de las personas. Es una gran demagogia decir que la reducción de horas aumenta el salario de las personas a medio plazo porque lo único que genera es inflación. Creo que se debería hablar de otros temas cruciales, como la productividad, que tenemos la mas baja del mundo, y de eso no se habla tanto.
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