«No propongo ser un paraíso fiscal, pero los impuestos no deben ser desventaja competitiva»
María Calvo Presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios ·
«El impuesto que va a gravar a las eléctricas debe ser finalista y que revierta en la industria, que está haciendo el esfuerzo»La presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) tiene claro que la situación que se prevé para este otoño e invierno es «complicada ... y no se va a resolver a corto plazo». María Calvo (Gijón, 1975) reconoce que Asturias está «especialmente afectada», que la subida de los costes de la energía «está poniendo en riesgo la competitividad» de la industria, y que «hace falta un apoyo decidido» a la empresa, a la pide poner en el centro de las prioridades políticas.
-Se define ya al otoño como difícil, duro, complejo... ¿Cómo lo prevén los empresarios?
-Complicado y con incertidumbre. No es nuevo. Las empresas venimos arrastrando desde hace meses una situación complicada y la crisis de Ucrania la ha agravado. Nos encontramos con un escenario de inflaciones muy elevadas que van a persistir durante mucho tiempo y que las empresas no pueden repercutir a los precios. Por lo tanto, lo están haciendo a costa de sus beneficios, lastrando su fortaleza y competitividad.
-Las noticias que se suceden no son halagüeñas. La última, ese despido colectivo que plantea Duro Felguera. El Principado rechaza esa opción. ¿Cómo lo ve?
-Son decisiones que no gusta tomar a ningún empresario y empresa. Son duras y difíciles, derivadas de un momento complicado. Espero que logren llegar a un acuerdo que garantice su viabilidad y continuidad, que es lo más importante para una empresa emblemática de Asturias.
-Vamos con otro anuncio negativo. Arcelor parará el horno alto 'A' la próxima semana y negocia un ERTE hasta fin de 2023. ¿Cómo va a afectar eso a la economía asturiana?
-La situación de Arcelor se enmarca en la que están viviendo muchas empresas, sobre todo las grandes consumidoras de energía. Es un escenario muy complicado que está dañando gravemente su competitividad. Hay que hacer lo posible para aliviar el problema a nivel general porque Asturias está especialmente afectada. Porque el esfuerzo que se pide no es igual para todos. Por ejemplo para Canarias donde el peso es más del sector turístico que del industrial y, además, tiene un clima favorable.
-Asturias es todo lo contrario.
-El 87% de gas en Asturias lo consume la industria. Y es a ella a quien se le está pidiendo el esfuerzo, que hay que hacerlo, pero también hay que repartirlo de una forma equitativa e intentar paliar para que las consecuencias sobre la economía sean las menores posibles. Los efectos de esta parada va a ser muy grandes en términos de empleo y de producción para Asturias y hay que tener ayudas para ellas.
-Se acaba de aprobar el nuevo mecanismo de interrumpibilidad. ¿Será beneficioso para las electrointensivas asturianas?
-Veremos cómo se articula, pero es una de las cosas que se pedía y es necesaria. También creemos que el impuesto que va a gravar los beneficios extraordinarios de las eléctricas debe ser un impuesto finalista como así lo propone la propia Comunidad Europea, y que revierta en los que están haciendo el esfuerzo.
-A la industria.
-Es que el esfuerzo no solo lo van a hacer los hogares también la industria. Y el impuesto ha de ser finalista y apoyarla. Además, en el caso de Arcelor y de otras, es necesario impulsar definitivamente desde la Unión Europea el mecanismo de ajuste en frontera. No se puede seguir compitiendo en desigualdad de condiciones en Europa respecto al resto del mundo cuando aquí hay mayores exigencias medioambientales y laborales.
-Es necesario un arancel ambiental.
-Sí, que iguale las condiciones porque las nuestras son mayores. Hace falta, en definitiva, un apoyo decidido a nuestra empresa, en general. Hemos hecho una encuesta reciente sobre cómo está afectando el aumento del coste de la energía a nuestras empresas por sectores. Y, como avance, en términos generales, en la mayor parte de las empresas le está subiendo de media hasta un 50%. En la industria, más de la mitad tiene subidas de un 100% de los costes, y al 20% le está subiendo más de un 200%. Hay que repartir ese esfuerzo.
-¿Qué plantea?
-En términos generales, para todas las empresas, y no solo para las industriales que son las más afectadas, hay que compensar todo lo posible con retornos fiscales. Hay que deflactar los impuestos. Porque no solamente son los costes de la energía, la inflación también está perjudicando enormemente a las cuentas de resultados y todas están sufriendo una subida de costes y no están repercutiendo a los precios.
-¿Y qué hacemos con los derechos de emisión? La ministra Ribera reclamaba una congelación temporal del precio del CO2.
-Hay que aliviar el calendario. Topar los derechos de emisión, por una parte, y que el calendario de reducción que se estaba negociando se ajuste a la situación actual.
-¿Cree que peligra el plan de descarbonización de Arcelor?
-Espero que no, pero obviamente hay que hacer un esfuerzo por ajustar los plazos de los proyectos y de los fondos que tienen que venir con los de las exigencias en cuanto a derechos de emisión.
-¿Cabe urgir al Gobierno central a acelerar esa concreción económica?
-Reclamo urgencia para Arcelor y para todas las empresas. Una de las vías claras y necesarias para reducir el consumo de gas es tener fuentes alternativas y que estos proyectos vayan saliendo. Y, por supuesto, tiene que agilizarse, en general, la llegada de los fondos para que las alternativas existan lo más rápidamente posible.
-Hablando de fondos, ¿ha aumentado el escepticismo entre las pymes sobre los europeos, que siguen sin llegar?
-Se había generado demasiada expectativa porque son muchos millones de euros los que están encima de la mesa, pero conforme pasa el tiempo vamos viendo las dificultades que tiene su ejecución. Está aumentado el escepticismo. En general, no están llegando a las empresas y las intensidades las de las ayudas no son suficientes, son del 15 o 20%. Y con esa intensidad no les compensa la incertidumbre y la tardanza.
Subidas salariales
-¿Qué tal es su relación con los sindicatos?
-(Sonríe). En cuanto a negociación colectiva, en Asturias no está paralizada. De hecho, el ritmo de firma de convenios ha sido incluso más alto que otros años. Faltan algunos grandes sectoriales (hostelería, mayoristas de alimentación...), pero no podemos hablar de parálisis. Luego está el tema de cuánto han de subir los salarios.
-¿Y cuánto han de subir?
-Nosotros no decimos que no hayan de subir, lo están haciendo. Pero estas subidas no deben indexarse a la inflación porque solo generaría más inflación y más pobreza para los propios trabajadores a medio plazo. La labor de frenar la inflación es un esfuerzo conjunto y ahí es donde viene el pacto de rentas. Se trata de repartir la carga que supone esta inflación tan elevada entre todos, empresas, trabajadores y sector público.
-Por tanto la fórmula que plantea para los salarios es...
-...ligar las subidas a la productividad porque es lo que realmente es sostenible y haría más competitivas a las empresas y beneficiaría más a los trabajadores porque nos daría más capacidad de competir.
-Pedía también esfuerzo al sector público. ¿Cómo se debe plantear?
-Echamos de menos más esfuerzo de contención en el gasto público, que no significa reducir la eficacia y eficiencia del gasto. Han de reducirse duplicidades y rebajar la burocracia que no añade garantía ni seguridad. Al revés. Impide las inversiones y la llegada de los fondos europeos. Hace falta una verdadera reforma de la administración. Hay dos leyes en tramitación, con buena intención y en la buena dirección, pero aún podrían ser más ambiciosas. Esperemos que no se desista de ese empeño.
-¿Cabría reformular la concertación social?
-El diálogo social es esencial y en momentos de crisis es aún más importante. Aquí siempre hemos sido capaces de llegar a un acuerdo que seguro no gusta al 100% a nadie. Luego está la burocracia, que dificulta la ejecución presupuestaria, al igual que la inflación porque las licitaciones no se han adaptado todo lo rápido que era necesario a los nuevos costes. Pedimos ahondar en ser ágiles en esa adaptación de los contratos públicos.
La empresa, en el centro
-Y con el Principado ¿cómo están las relaciones? ¿Qué van a pedir en la negociación presupuestaria?
-La relación es fluida. Tenemos que exigir, y es nuestra obligación, que se dé prioridad a la actividad económica. Estamos convencidos que es la que va a crear empleo, riqueza y la que nos va a permitir salir de esto. El sector público es muy necesario, pero es la empresa privada la que va a empujar y a contratar. Nos gustaría que se pusiera a la empresa en el centro de las prioridades políticas.
-¿Empresa por delante de las necesidades sociales?
-No lo plantearía como una dicotomía. Si creamos más empleo y riqueza habrá menos necesidades sociales. Nadie duda de que hay que tener una sanidad, una educación y unos servicios públicos de calidad. Pero se han de financiar con actividad económica, porque cuanto más haya con más recaudación se contará y, por tanto, tendremos unos mejores servicios.
-¿Y qué necesita la empresa para sentirse en el centro?
-Que Asturias sea un territorio amigable para las empresas. Reducir la burocracia, simplificación administrativa, mayor conectividad. Tener unas administraciones ágiles y eficientes redunda en beneficio de todos. Y, además, adecuar la formación a las necesidades de las empresas. Es necesario aliviar la tasa de desempleo juvenil que existe porque no se entiende que las empresas, a su vez, no encuentren gente cualificada. Se debe hacer una apuesta clara en el mundo formación por la FP dual, mejorando la orientación desde los colegios y también que la universidad tenga más conexión con el mundo de la empresa.
-Respecto a esa formación dual, se lleva tiempo hablando de ella pero no acaba de cuajar. Se culpa a los empresarios de esa ralentización, tanto en FP como en Universidad. ¿Debería haber mayor implicación empresarial?
- La FP dual será una herramienta fundamental para corregir el desajuste del mercado laboral. El problema es que se ha llegado muy tarde y no se ha podido difundir adecuadamente. Pero creemos firmemente en que es necesaria, hay que impulsarla con decisión, con recursos, y con un marco normativo sencillo. Hace falta hacerlo bien y se irá creando la cultura.
Fiscalidad
-Asturias territorio amigable para las empresas, dice. Hablemos de fiscalidad. El debate está sobre la mesa. ¿Suprimiría el impuesto de sucesiones?
-Es un impuesto que lleva muchos años en cuestión, recauda poco y no es eficaz. Debemos poner el foco en que los impuestos no deben ser una desventaja competitiva porque se recaudará menos, perderemos población y no tendrá el efecto deseado.
-Es un sí, entonces.
-Es un impuesto que tiende a ser suprimido en general. Se debe evitar que por ese motivo se nos fuguen población y recaudación.
-¿Y qué le parece el nuevo impuesto que plantea el Gobierno a las grandes fortunas?
-Me gustaría que el debate impositivo se llevara más al terreno político que al ideológico. Se trata de recaudar lo necesario para financiar nuestros servicios públicos. Pero esforcémonos en ver cuál es la forma más eficaz de aumentar las bases imponibles, que seguro que es generando actividad económica, y no solo las cuotas.
-¿Cuáles son las necesidades fiscales que plantean los empresarios asturianos?
-Que la fiscalidad no sea un lastre en términos comparativos. No propongo que seamos un paraíso fiscal, pero sí que estemos en unos términos razonables comparativos para que no sean una carga. Y dentro de ello, sobre todos los impuestos que gravan la actividad económica debemos intentar que sean lo menores posibles dentro del conjunto y del equilibrio. Hablamos del impuesto de patrimonio o el de sucesiones, y no tanto del tramo de impuesto sobre la renta, que tiene gran trascendencia. Debemos poner el foco en evitar el despoblamiento de Asturias, que es un problema grave, y de retener o atraer el talento joven y bien formado.
-¿Cómo ve, para evitar la despoblación y fomentar la natalidad, el cheque-bebé del Principado?
-Todas las medidas para evitarla y fomentar la natalidad me parecen positivas, estudiando en cada caso su efectividad. Creemos que hay que acompañarlas con otras que favorezcan la conciliación, como la gratuidad del 0-3.
Y, sobre todo, fomentar la actividad económica.
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