El Gobierno se compromete a potenciar la red para que Asturias pueda doblar su consumo eléctrico

Entre las principales actuaciones, el secretario de Estado destacó especialmente el cierre del anillo central, con el que se pretende impulsar la descarbonización de unas industrias «clave para el territorio y el conjunto del país», así como el desarrollo de nuevos proyectos estratégicos, especialmente relacionados con el hidrógeno verde. No obstante, hay que tener en cuenta que este anillo ya estaba contemplado en la planificación 2021-2026, aunque no se ha ejecutado.

A esta actuación, explicó, se añade el fortalecimiento de las redes en zonas de transición justa, en áreas portuarias y en los ejes de transporte de electricidad con el interior peninsular, el occidente y Ortiguero. En conjunto, se proponen 78 nuevas posiciones, construir nueve subestaciones nuevas y actuar sobre otras cinco, lo que también permitirá integrar mejor la generación renovable.

El consejero asturiano, visiblemente satisfecho, calificó la propuesta como «una magnífica noticia», y destacó que incluye medidas para aprovechar toda la capacidad de generación de renovables del occidente, así como también una subestación eléctrica en el oriente. «Estos proyectos industriales enfocados a temas de descarbonización, a una producción más verde del acero, de hidrógeno, etcétera, van a poder contar con esa capacidad eléctrica para poder desplegarse en Asturias», recalcó, para insistir en que la planificación da cabida a «todos estos proyectos que eran nuestra prioridad». Y, entre ellos, citó los que tiene Arcelor para electrificar sus instalaciones, los de hidrógeno de EDP o el de Fertiberia de amoniaco verde. «Uno de sus requerimientos será justamente contar con potencia eléctrica», reconoció Sánchez, que cree que ahora «tienen cabida perfectamente» en la comunidad.

Otra cuestión es si las actuaciones en la infraestructura eléctrica del Principado llegarán a tiempo, al menos en los plazos que requieren la industria y otros consumidores potenciales, como pueden ser también centros de datos o todo aquello que tiene que ver con la movilidad eléctrica, ya que la planificación va hasta 2030. No es solo si la capacidad ofrecida será suficiente, sino cuándo podrá estar disponible. De momento, a Asturiana de Zinc ya se le han denegado 3 MW, una minucia en comparación con las necesidades que podría tener, por ejemplo, un segundo horno eléctrico para las instalaciones de Arcelor. El que se construye actualmente en Gijón necesitará 540.000 MWh/año, tanta electricidad como 165.000 hogares.

En cuanto a los planes que ahora se diseñan, la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, estimó que la inversión necesaria superará los 13.500 millones de euros, pero también reconoció que en el proceso de elaboración de la propuesta se han recibido muchas más peticiones de acceso a las redes que las que se podrán conceder. Así, desde el Gobierno pretenden priorizar los mejores proyectos, aquellos que aporten más beneficios socioeconómicos con el menor impacto ambiental. A la par, quieren evitar que los consumidores experimenten una subida de la factura de la luz asociada al mayor tamaño de las redes si no va ligada a proyectos efectivos y reales de demanda.

Con el análisis inicial, el ministerio estima que se atenderán demandas por 27,7 GW para proyectos con conexión a la red de transporte, por lo que a Asturias le corresponderá prácticamente el 9%. Asimismo, se habilitarán otros 5,3 GW de apoyo a las redes de distribución. A este volumen de capacidad, equivalente al 85% de la demanda máxima actual, se le añadirá progresivamente la capacidad que se libere cuando caduquen, a los cinco años de haber sido otorgados, los derechos de acceso concedidos desde 2020 para grandes proyectos que no hayan logrado ejecutarse.