Red Eléctrica acaba la obra de la subestación de Pesoz aunque Asturias espera el anillo central
El Principado buscará lograr la próxima semana un compromiso de Moncloa, mientras las eléctricas piden mejorar la retribución para invertir
Red Eléctrica ha finalizado la ampliación de la subestación de Pesoz (400 kV) y la construcción de la línea Pesoz-Sanzo III (400 kV), ... que dará servicio a la subestación de distribución de Sanzo. Según explicó la compañía en un comunicado, estas instalaciones forman parte de un conjunto de actuaciones destinadas a reforzar la calidad del suministro eléctrico en la zona occidental de Asturias e integrar nuevos proyectos de generación de energías renovables.
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No obstante, más allá de estas actuaciones, desde el Principado se insiste en la necesidad de que la planificación estatal incluya el anillo central que permita descarbonizar la gran industria de la región y también atraer nuevos proyectos. Precisamente, la próxima semana habrá una reunión con el Ministerio para la Transición Ecológica que podría despejar alguna incógnita. En un encuentro similar celebrado el martes, el Gobierno vasco logró la promesa de un incremento del 40% de la ponencia disponible.
Mientras, desde la filial de Redeia encargada de la operación y el transporte del sistema eléctrico en España destacan que los desarrollos realizados en el occidente asturiano consolidan la importancia de la subestación Pesoz, «nudo esencial del sistema y en particular en la red de transporte asturiana y su conexión con Galicia». Señala, además, que la inversión ha sido de casi dos millones de euros y que estas obras, que estaban incluidas en la planificación eléctrica vigente, cumplen con uno de sus principios rectores: maximizar el uso de la red de transporte y las instalaciones existentes para reducir el impacto ambiental.
Las eléctricas advierten de que se puede perder «una oportunidad histórica» sin un marco estable y atractivo para la inversión
Por otro lado, desde las eléctricas se volvió a insistir ayer en la escasa inversión que se realiza en el desarrollo de la red, lo que puede poner en peligro la atracción de inversiones y la descarbonización de las empresas. El informe 'Conectando el futuro: redes eléctricas para una España más competitiva', presentado en Madrid por Deloitte, revela que la inversión en redes en España representa el 0,2% del Producto Interior Bruto, por debajo de países como Alemania o Países Bajos, que destinan más del doble. Además, identifica grandes áreas de mejora para poder abordar el reto de electrificar la demanda. Destaca, por ejemplo, un marco retributivo poco atractivo, problemas administrativos, una retribución al capital insuficiente o la incertidumbre regulatoria, entre otros factores que frenan el despliegue necesario.
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A pesar de estas barreras, el análisis avisa de que las redes eléctricas atraviesan un punto de inflexión al convertirse en un factor estratégico para reforzar la competitividad económica, impulsar la reindustrialización y atraer nuevas inversiones.
«Las redes eléctricas son la columna vertebral del sistema energético y una palanca de competitividad para España. Sin un marco regulatorio estable y atractivo que incentive la inversión, nuestro país corre el riesgo de perder una oportunidad histórica», destacó Marta Castro, directora de Regulación de Aelec, la patronal de las eléctricas. Entre los grandes problemas que apuntan estas empresas está que España cuenta con la menor tasa de retribución financiera de las inversiones en redes de distribución en Europa (5,58%). Para ajustarla al coste real de capital y a los niveles de países europeos de referencia debería elevarse en torno al 7,5%, defienden. De hecho, el análisis de Deloitte considera «imprescindible» atraer inversión en redes a España mediante un marco regulatorio más competitivo.
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Asimismo, el análisis propone aprovechar mejor la red existente, priorizando proyectos más maduros, extendiendo las garantías económicas a solicitudes de baja tensión y estableciendo hitos intermedios que acrediten el grado de avance de los proyectos.
Finalmente, aboga por ahondar en la regulación de la flexibilidad, lo que permitiría habilitar un papel más activo del consumidor, fomentar la adaptación de la demanda y el almacenamiento energético y optimizar el uso de los recursos distribuidos.
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