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El tiempo acompañó y, bajo un radiante sol de primavera, miles de personas acudieron este jueves a la manifestación del Primero de Mayo convocada en Mieres por los sindicatos mayoritarios de la región, CC OO y UGT de Asturias, bajo el lema «Proteger lo conquistado, ganar futuro». El recorrido, que dio comienzo a las 12 horas en el campus de Barredo, finalizó en el parque Jovellanos tras una marcha que se extendió a lo largo de la localidad.
Rodeados por gente ataviada con banderas, tambores y pancartas repletas de reivindicaciones, los secretarios generales de ambas organizaciones, Javier Fernández Lanero (UGT) y José Manuel Zapico (CC OO), hicieron hincapié en muchas cuestiones de calado, como el recorte de la jornada laboral, el problema de la vivienda o las subidas salariales. Pero hubo una que, especialmente tras el fallecimiento de cinco trabajadores en la mina de Cerredo hace apenas un mes, adquirió un cariz más especial y sentido: la seguridad en el trabajo. «Ir a trabajar no nos puede costar la vida», imploraron con vehemencia desde ambas organizaciones sindicales.
«En muchos centros se sigue trabajando en condiciones inhumanas», denunciaba al inicio de su intervención el líder de UGT de Asturias, que también subrayó que «los trabajadores de hoy en día no son esclavos sin derechos ni dignidad». Al mismo tiempo, mandó un mensaje a la patronal: «Ya está bien de hablar tanto de absentismo laboral mientras la gente sigue muriendo en las empresas». En esa línea, demandó «más investigaciones, más inspecciones, más justicia y que las empresas que cometan los delitos paguen todas las consecuencias, como lo que ocurrió en la mina de Cerredo».
Su homólogo en CC OO fue aún más duro en su discurso. Tras reivindicar más medidas de prevención, calificó de «piratas» a los dueños de la mina y aseveró: «Los queremos en la cárcel ya, porque esas vidas se podrían haber salvado si en vez de chamizos como hay ahora hubieran minas como antes».
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Otro de los asuntos capitales sobre los que versó este Primero de Mayo es el recorte de jornada laboral. «Es un insulto a la inteligencia y a la dignidad de la clase trabajadora que mientras se están batiendo récords de beneficios empresariales en muchísimos sectores se sigan negando a reducir la jornada de trabajo», protestó Lanero. Sobre esta cuestión, señaló que el objetivo son las 32 horas semanales para que los trabajadores puedan disponer de más tiempo libre: «Queremos que la riqueza se redistribuya y eso se hace subiendo salarios y reduciendo la jornada. La productividad no tiene nada que ver con la presencialidad».
Por su parte, Zapico, que coincidió en remarcar la importancia de reducir la jornada laboral, insistió también en «un sistema fiscal justo y progresivo» como «garantía de más escuelas y hospitales». Pero, además, fue incisivo al señalar que «Asturias vive unos años en los que se la juega, porque sin industria no hay futuro». Y se dirigió directamente a ArcelorMittal, que ha paralizado sus inversiones para producir acero verde en Europa –incluida Asturias– ante el contexto actual: «Basta ya de chantajes de la familia Mittal, hay que decir alto y claro que, con o sin ellos, la siderurgia asturiana se defiende». En ese sentido, el secretario general de CC OO añadió que «Asturias necesita más industria y que sea más moderna y más sostenible, hay que modernizar la economía con empleo estable y salarios dignos».
Lanero subrayó que «Asturias es industria o no será nada» y, como en otras ocasiones, explicó que el resto de sectores «son muy importantes, pero solo se podrán desarrollar plenamente sobre la base de una industria sólida, que es la que genera empleo de calidad y buenos salarios». Sin embargo, para alcanzar ese objetivo, reconoció que hace falta una «apuesta clara» por un plan verde industrial diferente al que plantea actualmente la Unión Europea, porque «son medidas que se piden desde hace seis años, queremos que las concreten».
En relación, apremió al Congreso de los Diputados a aprobar la Ley de Industria, acompañada de dos pactos de Estado, uno sobre industria y otro sobre energía: «Reclamamos que Hunosa sea una empresa pública energética, que las bonificaciones por emisiones de CO2 se lleven al máximo y que la industria electrointensiva sea declarada estratégica».
El secretario general de SOMA-Fitag-UGT, José Luis Alperi, también reclamó un pacto de Estado por la Energía «que supere ciclos políticos» y que permita «tener controlado un elemento de competitividad tan importante para las empresas y las familias controlado hasta donde podamos».
El problema de la vivienda es transversal y afecta a toda España, pero ambas organizaciones sindicales remarcaron su importancia durante este Primero de Mayo ante la escalada de precios en la región. Javier Fernández Lanero insistió en que se trata de un asunto que «no se resolverá hasta que no entendamos que no es un negocio, sino un derecho» y afirmó: «Sin vivienda asequible no hay justicia social ni libertad para que los jóvenes puedan independizarse y formar un proyecto de vida». Por eso, prosiguió, «queremos que se topen los precios del alquiler y que haya más vivienda pública y social».
También sobre este aspecto habló José Manuel Zapico ante los manifestantes que se encontraban el parque Jovellanos: «Hacen falta políticas de vivienda pública y de calidad, porque la gente joven tiene derecho a emanciparse a edades normales y no a los 40 años como ahora, porque cada vez es más difícil pagar un alquiler o una hipoteca». El líder de CC OO Asturias lamentó que «miles de familias viven estranguladas y no llegan a fin de mes porque no pueden pagar su vivienda».
Los dos secretarios generales tocaron también otras cuestiones importantes, como la brecha salarial, la violencia machista, las infraestructuras (exigieron que el primer AVE de la mañana pare también en las cuencas mineras), el fin de las guerras de Ucrania y de Gaza, la defensa de la democracia y el fortalecimiento de las organizaciones sindicales. Una vez finalizaron sus discursos, el Primero de Mayo tocó a su fin, como cada año, con el himno de Asturias.
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