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La manifestación de los sindicatos minoritarios este 1 de mayo en Gijón.

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La manifestación de los sindicatos minoritarios este 1 de mayo en Gijón. Damián Arienza

Los sindicatos minoritarios se dividen en Gijón: unos al Náutico y otros al Parchís

Se debió a discrepancias en la convocatoria. CSI se separó de CNT, CGT e Intersindical Asturiana para sus reivindicaciones

Jueves, 1 de mayo 2025, 13:42

Los sindicatos minoritarios habían realizado dos convocatorias distintas para salir a la calle este Primero de Mayo, pero que confluían en el mismo lugar y la misma hora, pero finalmente no se movilizaron unidos. Por discrepancias en la convocatoria, CSI, por un lado, y el bloque formado por CNT, CGT e Intersindical Asturiana (integrada por el Sindicato Ferroviario, el Colectivo de Trabajadores, Izquierda Sindical Asturiana y el sindicato docente Suatea), por otro, recorrieron el cwentro de Gijón hasta llegar al Náutico, unos, y a la plaza del Antiguo Instituto, otros.

CSI partió de la plaza del Humedal con carteles en los que se pedía 'Más gasto social, menos gasto militar', mientras que CNT, CGT e Intersindical Asturiana salieron del mismo punto con un llamamiento a la movilización bajo el lema 'Menos militares, más sanitaries; menos tanques, más escueles'. Una reivindicación compartida para primar el gasto en educación, sanidad y vivienda frente al aumento de la partida destinada a defensa anunciado por el Gobierno.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez fue objeto de críticas por parte de CSI, en las que desechó el relato oficial que «habla de recuperación, de modernización, de progreso». La realidad, como señalaron los sindicatos alternativos en El Náutico, donde desembocó la manifestación, es diametralmente opuesta: «Salarios paupérrimos mientras suben los beneficios empresariales, contratos temporales y falsos autónomos que encubren explotación pura, jóvenes encadenados a la precariedad sin futuro y mayores expulsados del sistema laboral sin dignidad». Y el Gobierno, «que se autodenomina 'progresista', se limita a maquillar la miseria con discursos huecos mientras sigue cediendo ante los grandes poderes económicos».

La siniestralidad laboral fue otro de los temas a los que aludieron y no faltó la mención a los cinco mineros fallecidos en la mina de Cerredo. «Ninguna producción justifica una vida rota, pero los responsables rara vez pagan, las muertes laborales son asesinatos que no se nombran», por lo que quisieron «gritar bien alto» que no estaban dispuestos a callar mientras «nos asesinan a mayor gloria y beneficio del sistema capitalista».

El «genocidio de Palestina» también centró parte del discurso, en el que se recriminó al Gobierno que siga vendiendo armas a regímenes que «bombardean civiles, que ejecutan disidentes, que arrasan pueblos enteros». Así, los minoritarios exigieron que, desde las instituciones, »los moralmente deficientes que nos desgobiernan, dejen de financiar el negocio de la muerte«, y destinen esa inversión a mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. «Lo contrario de lo que están haciendo, en definitiva».

El «desmantelamiento» de la sanidad y la educación públicas, así como las trabas para acceder a una vivienda, fueron otros de los aspectos para los que pidieron una solución CSI.

Por su parte, el bloque formado por CNT, CGT e Intersindical Asturiana lanzaron sus reivindicaciones desde la plaza del Parchís. Aprovecharon para expresar su preocupación por «el ascenso y normalización de discursos belicistas sobre el retorno de los ejércitos de reclutamiento obligatorio o el incremento de presupuestos destinados al armamento con poderosa capacidad de destrucción». Ante esto, «tenemos que levantar la idea de grupo y de unidad».

Este «neoliberalismo dominante» tiene numerosos objetivos. Entre ellos, «cargarse el sector público» . Porque la clase obrera y la gente trabajadora dispone de «recursos limitados para poder satisfacer las necesidades que la vida nos plantea referidas al ámbito de la salud, la vivienda, la educación, los transportes o las pensiones».

En este punto, hicieron alusión a las políticas aplicadas en Emulsa, «cuya directiva disfruta de jugosos salarios y privilegios que no se trasladan al conjunto de la plantilla que padece unas condiciones salariales que no permiten ni siquiera recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años».

La reducción de jornada y la siniestralidad laboral también formaron parte del discurso. «Queremos trabajar y reducir la jornada laboral para vivir mejor y hacerlo con seguridad. Sin duda alguna, lo más grave que le puede ocurrir a una trabajadora o un trabajador es perder la vida intentando ganársela». Accidentes como el ocurrido el pasado septiembre en El Musel, el de la vía del tren en Figaredo por las mismas fechas o el más reciente de la mina de Cerredo son «ejemplos claros de la falta de rigor en la aplicación y vigilancia de los planes de prevención de riesgos laborales» .

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