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Mujer de 55 años, universitaria, con un hijo y aún pagando hipoteca

En el perfil medio del votante, ellas son más que ellos a partir de los 50 años y tienen mejor formación, al menos por debajo de la edad de jubilación

O. VILLA

GIJÓN.

Domingo, 28 de mayo 2023, 01:20

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Los asesores políticos de los partidos tienen muy claro que cuando sus candidatos piden el voto, lo hacen a personas con un perfil claramente definido. Y en Asturias ese perfil es diferente al de un votante medio en Madrid, en Sevilla o en Canarias. ¿A quién piden su confianza los candidatos al Principado? El primer golpe va a la frente. En todas las agendas políticas el vaciamiento del campo está entre las prioridades. Pero es campo está... Casi vacío. Y pasa un poco lo mismo con otro de los asuntos preferenciales de los programas, el de la retención del talento joven. Muchos han volado.

¿A quién miran entonces los partidos? A una Asturias que es la región más envejecida y en la que, restados de la ecuación los jóvenes menores de edad, el perfil del votante medio obedece a una mujer de 55,49 años y que vive en el centro de la región. Es una trabajadora en activo del sector servicios (más de dos tercios del total de trabajadores lo son) y tiene una formación medio o alta, entre secundaria y universitaria (las mujeres son muchas más en la Universidad que los hombres hace ya una generación, en Asturias). Esta votante media asturiana aún está pagando la hipoteca, porque vive en una casa en propiedad y tiene un coche que rueda por las carreteras asturianas a sus 11 años de antigüedad, y que no piensa en renovar al menos en tres años. Casada y con solo hijo de unos 21 años que está estudiando en la universidad en Asturias y que piensa en marcharse a trabajar fuera como opción preferencial.

  • Es una mujer de 76,66 años, con pensión de jubilación o de viudedad Ha trabajado en el sector servicios o en la industria y que vive en el centro de Asturias, con preferencia por la costa, donde ya vivía o ha ido tras jubilarse. Tiene dos hijos, hombre y mujer de alrededor de 47 años, de los que al menos uno trabaja, y dos nietos cerca de la mayoría de edad, uno de los cuales estudiará en la Universidad mientras el otro pasa al menos 15 meses buscando trabajo.

  • Mujer, 46 años, casada Trabaja en el sector servicios, con alta o media cualificación. Ha tenido varios empleos y algún periodo de paro. Tiene un hijo de unos 12 años, vive en un piso propio, del que ha pagado la mitad de una hipoteca de 25 años. Muy preocupada por la reciente inflación, porque su salario o no ha crecido, o lo ha hecho mucho menos que los precios. Sus padres aún viven ambos y al menos uno de ellos tiene un cierto grado de dependencia.

  • El votante medio en el grupo de edad previo al acceso generalizado al mercado de trabajo es un chico -aquí aún son mayoría ellos- de unos 22 años (ya se empieza a notar ahi el descenso de la natalidad permanente desde principio de siglo) Es universitario por convicción y por insistencia de sus padres, y piensa preferentemente en salir de Asturias para, al menos, su primera experiencia en el mundo laboral, porque casi la mitad está en el paro.

Se piensa si ir o no a votar

Me dirá que el perfil podría ser también el de un hombre, pero es que ellas son mayoría en el total de votantes (504.139 mujeres frente a 454.501 hombres, con proporciones similares entre los residentes en Asturias y los que viven en el extranjero) y también en todos los grupos de edad por encima de los 50 años.

Otro aspecto que los asesores políticos observan con mayor o menor preocupación según el partido de que se trate es el del abstencionismo. En la última semana, uno de los mensajes reiterados de todas las formas posibles por el candidato socialista ha sido el de la apelación a ir a las urnas y ejercer el derecho a voto. Por dos razones. Una, porque los analistas políticos repiten como una letanía que una alta participación beneficia al bloque de izquierda y una alta abstención, al de la derecha. Estas recetas no siempre resultan en el plato deseado, pero lo que sí se ha podido observar con mucha claridad es que desde 2012 el votante asturiano se ha pensado mucho si ir o no a votar, al punto de que en las elecciones de ese año las candidaturas sólo lograron el 49,99% de los votos posibles, mientras el 50,01% se repartió entre abstención, voto en blanco y voto nulo. Desde entonces la participación se ha recuperado algo. Poco.

Por último, llama la atención que la edad media de los posibles votantes asturianos en el extranjero en edad de jubilación es tres años superior a la de sus homólogos en Asturias, dato que se invierte en el grupo en edad laboral. Ahí, los votantes de Asturias son casi dos años mayores que los de la diáspora.

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