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MIRIAM SUÁREZ
Jueves, 3 de junio 2021, 15:22
Asturias ha sido la primera en evaluar el riesgo de erosión de su costa, sentando las bases del plan de adaptación de puertos de todas las comunidades autónomas. En dicho estudio se advierte que, de 54 playas analizadas, la de San Lorenzo y la de Salinas son las que necesitan una mayor atención frente a los efectos del cambio climático. Lo explicaba esta mañana Iñigo Losada, catedrático de Ingeniería Hidráulica y director de investigación del Instituto de Hidráulica Ambiental, en la vuelta a la presencialidad del Fórum EL COMERCIO, organizado por este periódico en colaboración con el Banco Sabadell. «Si no se hace nada por proteger las playas, con los planes de ordenación, las pérdidas acumuladas a finales de siglo serán de 5.000 millones», cuantificaba.
De esta forma, Losada quiso mostrar como las consecuencias del cambio climático no se circunscriben únicamente al ámbito medioambiental, sino que también entrañan riesgos de carácter socioeconómico, que deben ser tenidos en cuenta por las administraciones a la hora de articular sus políticas 'verdes'. De las playas asturianas, Losada puso el foco en San Lorenzo y sentenció que «si no se hace una reposición de arena, se acabará perdiendo la playa». Y cuanta más superficie de playa se pierda, menor es el aprovechamiento turístico que se puede hacer de ella. La pérdida también ha sido cuantificada: unos 240 millones de euros en las próximas siete décadas.
En cualquier caso, este experto en cambio climático, miembro de la Real Academia de Ingeniería y Premio Nacional de Medio Ambiente, es optimista y está convencido de que Asturias se encuentra en disposición de aprovechar las oportunidades de futuro que se despliegan en torno a la sostenibilidad ambiental. «Arcelor está trabajando el acero verde; lo que está haciendo Gondán con sus buques -ecológicos-, las plataformas de EDP...Ésta es una comunidad con grandes ingenierías, que podrían actuar en el ámbito de la inteligencia artificial y la salud. Y el hidrógeno verde, sin ser la panacea, podría ser una opción, porque es la gran apuesta de la Unión Europea«, esbozó Íñigo Losada.
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La implicación de empresas y administraciones resulta, en su opinión, imprescindible para que la transición ecológica de Asturias sea la mejor posible, «sin dejar atrás a nadie, ofreciendo alternativas» a los sectores más afectados y «aprovechando la experiencia de esta comunidad autónoma», que ya ha tenido que hacer frente a varias reconversiones industriales y al cierre de las minas. Según Losada, los fondos europeos «serán una gran oportunidad para adaptarse» a una situación en la que el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones contaminantes tiene cada vez mayor peso en las agendas políticas.
Aunque con aforo reducido para preservar las medidas de seguridad anticovid, una treintena de personas pudieron seguir en directo la ponencia de Íñigo Losada, considerado uno de los grandes expertos en cambio climático a nivel nacional e internacional. Representantes políticos, del ámbito universitario y de algunas de las grandes firmas de la región asistieron a su conferencia sobre «Riesgos y oportunidades del cambio climático», que numerosas personas siguieron también a través de los diferentes canales telemáticos de este periódico. Los anfitriones del acto fueron el director general del Banco Sabadell, Pablo Junceda, y el director de EL COMERCIO, Marcelino Gutiérrez.
Para Junceda, los llamados fondos de recuperación económica, habilitados por la Unión Europea para paliar los efectos adversos de la crisis sanitaria por covid, también son una oportunidad de «crear un nuevo modelo productivo que incluya una apuesta por las energías renovables, por la sostenibilidad y por la eficiencia de las administraciones a través de la digitalización». Ante este reto, «tenemos posibilidades y podemos tener financiación; ahora se trata de demostrar si somos capaces de superar los contrapesos de los que no creen que el cambio climático es una realidad palmaria», prosiguió en su intervención previa a la ponencia.
El acto de esta mañana mostró la cara y cruz del desarrollo sostenible, en un momento en el que los problemas de contaminación han pasado a un primer plano. «Problemas que contaminan el medioambiente y el debate, que exige implicación, datos, conocimientos y rigor», puntualizó Marcelino Gutiérrez, partidario de «hablar de retos y desafíos, pero también de oportunidades, porque últimamente parece que sólo hablamos de problemas».
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