j. m. pardo
Lunes, 27 de marzo 2017
Ramas y arbustos. La vegetación ha tomado los exteriores del equipamiento debido a la falta de limpieza por parte de los operarios del Consistorio.
Exteriores. La idea inicial era asfaltar, urbanizar y acondicionar la entrada al museo, pero la empresa encargada de las obras decidió utilizar tierra y gravilla.
Sin mantenimiento. Los desperfectos jalonan el edificio, sin que ninguna administración se haya hecho cargo de sus cuidados.
Vandalismo. Cristales rotos y puertas destrozadas. Los destrozos se suceden en el edificio creado para acoger el Museo de los Quesos Asturianos.
Humedades. El agua y las humedades han dejado la rampa, que llevaba a lo que iban a ser los talleres de la primera planta, encharcada y llena de barro.
Traslado. Con la construcción de este equipamiento en La Foz, al que se destinó un millón de euros, se preveía que los productos del Museo de la Lechería pasaran a formar parte de sus contenidos.
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