El 'Cachopo Day' se celebra hoy con una aspiración: instaurar el Día Mundial del Cachopo
La novena edición de una efeméride convocada para dar «más notoriedad» al plato invita a llenar las redes sociales con imágenes del contundente bocado
Si hay día un día mundial del 'hot dog', del falafel, del pudding de chocolate, del sushi y hasta de la sopa de almejas, ¿por qué no del cachopo? Lo que comenzó como una iniciativa más para potenciar un plato de la gastronomía regional alcanza hoy, 5 de noviembre, su novena edición con una aspiración: convertirse en una fecha oficial.
La idea del 'Cachopo Day' partió de la mente de la bloguera Noe Solla y el hostelero Juanjo Cima, uno de los embajadores más persistentes del plato, que ha llevado a la tele https://www.elcomercio.es/gente-estilo/hostelero-asturiano-trolea-broncano-regalandole-cachopo-cara-resistencia-juanjo-cima-20240227133619-nt.html en más de una ocasión. Consideran el de hoy un «día reivindicativo para darle más notoriedad a uno de los platos de nuestra gastronomía asturiana que triunfan donde vayan y están buenísimos».
El objetivo es que las redes sociales se inunden de estas suculentas piezas de carne empanadas para que así su encanto viaje «alrededor del mundo» y sea aún más conocido. Las Tablas del Campillín, restaurante de Cima, ofrece además un menú especial hasta el 16 de noviembre para festejar la efeméride.
La popularidad del cachopo es incontestable. Incluso la RAE le ha hecho un hueco en su diccionario bajo la siguiente acepción: «plato típico de Asturias consistente en dos filetes de ternera con un relleno entre ellos, generalmente de queso y de jamón serrano, rebozados y fritos».
Su éxito en la mesa no ha estado exento de críticas. Hay quienes lamentan que el plato haya sustituido otras recetas más tradicionales del imaginario colectivo, convirtiéndose en referencia culinaria asturiana cuando sus raíces son más jóvenes de lo que parece.
El plato fue popularizado a mediados de los cuarenta por el desaparecido bar Pelayo, de Oviedo. Su chef adaptó un plato similar a otros que ya se servían en Europa – el schnitzel vienés o el cordon bleu- a los sabores y gustos asturianos incorporando una salsa de espárragos, pimientos, champiñones y guisantes.
«Me preocupa que le preguntes a alguien en Madrid por un plato tradicional de Asturias y te hable del cachopo como si fuera el gran representante. Hay cientos de platos con recetas que se desconocen como: el bonito relleno, los tortos, las cebollas y las patatas rellenas», confesaba Carlos Maribona, periodista y Premio Nacional de Gastronomía.
El propietario de Casa Gerardo, Pedro Morán, no lo considera «un plato de la cocina asturiana» porque «no hay raíces de ninguna clase». Ferrán Adrían fue más allá dijo de él «que no deja de ser una croqueta. Sólo con queso, jamón y ternera te puedo hacer varias versiones. Al final es una lámina de un producto relleno, que rebozas y vas a cocinar para disfrutarlo».
Para el triestrellado Joan Roca, menos canónico, sí entre dentro de listado de propuestas tradicionales: «Para mí lo son los platos que han sido comidos, cocinados y trabajados por, al menos, dos generaciones».
Lejos de opacar su encanto, cada censura al cachopo, diáfana o velada, despierta una ola de indignación que refleja la pasión popular por un plato que ilustra como pocos la generosa forma de comer en Asturias y su capacidad saciante.