Estamos ante una gran oportunidad para unir esfuerzos. Una manera de activar algo que todos tenemos ganas de expresar: que Asturias tiene un potencial gastronómico ... extraordinario. Esta distinción es, al final una excusa, una buena excusa para que todos trabajemos juntos y de forma coordinada, algo que hasta ahora se nos resistía. Noto mucha energía positiva, mucho optimismo. Hay muchas ganas de hacer cosas, pero sobre todo de hacerlo colectivamente. Y eso es bueno. Tenemos que aprovechar esta oportunidad: hay muchas actividades, ganas de cocinar y de demostrar con orgullo nuestra cocina que es parte de nuestra cultura. Y que el mundo lo conozca. Es cierto que el mundo ya conoce una cocina vinculada a la vanguardia, a la alta cocina, que ha dado nombre y visibilidad a nuestro territorio. Pero hay también una cocina popular, tradicional, que es tan importante como la de los restaurantes cargados de estrellas. Deberíamos dar visibilidad a todos esos cocineros y cocineras que practican esta cocina en su diversidad. Además, tenemos que poner en valor nuestro sector primario, pues sin él no tendríamos nada. Ahora estamos viviendo la oportunidad de lucir nuestra cultura gastronómica, pudiendo contar con una de las mejores cocinas del planeta.
Italia se ha apropiado de la etiqueta de cocina mediterránea, cuando la española es, como mínimo tan mediterránea como la italiana, y seguramente más rica. Tal vez no hayamos sabido explicarlo o nos ha faltado un gran estratega del marketing gastronómico. Ellos lo han vendido bien, y lo han exportado mejor. Francia también ha sabido sacar mucho partido de su hegemonía gastronómica. Nosotros, con nuestra inmensa riqueza, no hemos sabido liderar esta evidencia: tenemos una cocina deliciosa, diversa, con historia, con literatura, con recetarios, dentro de un espacio definido y diverso. Lo que sucede es que nos hemos centrado en interpretar, en dar una nueva lectura a una cocina con pátina de modernidad. Pero esa culinaria no viaja bien. Nos hemos enfocada mucho en estar presentes en los grandes rankings internacionales, y hemos descuidado esa cocina de base que la gente podría entender mejor y proporcionaría más identidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión