Las latas al rescate: recetas sencillísimas para esquivar la cocina

Los bares y los parques se llenaron con el apagón eléctrico, demostrando una vez más que España es diferente y extremadamente social. Entre los recurrentes corrillos, chascarrillos, incredulidad y un tema recurrente: ¿qué llevarse a la boca con la cocina fuera de servicio?

Los precavidos tuvieron menos problemas para solventar la cuita y sus abigarradas despensas se erigieron en grandes salvadoras. La tranquilidad de saberse rodeado de conservas templó ánimos. Bastaba tirar de abrefácil para disfrutar.

Las latas, ha quedado claro, son el recurso más fácil para subsistir pero también una oportunidad excelente para disfrutar. Es posible hacerlo a través de dos vías: optando por la vía gourmet que encapsula el gran producto o 'tuneando' propuestas más corrientes, elevándolas.

Una conserva puede simplemente abrirse y disfrutarse o acompañarse para sumar matices y contrastes sin necesidad de escapar de la sencillez. Estas propuestas bien sirven para disfrutar un día cualquiera o enfrentar una situación de crisis.

Dispón los pimientos del piquillo sobre un plato. Corta en triángulos el queso curado y añádelo sobre los pimientos, terminando con la ventresca encima. Baña con un chorrito de aove.

Echamos el kimchee sobre el pan brioche y, sobre él, la sardina ahumada. Rallamos lima sobre ella.

La sencillez hecha plato. Vierte los mejillones sobre unas patatas fritas de bolsa. Para enriquecer el plato, rocíalo con salsa Espinaler.

Rellena cada tartaleta con una cucharadita de queso y corona con mermelada de tomate. Es ideal como aperitivo.

Mezcla las sardinillas en aceite de oliva escurridas con el queso, la cebolleta, el limón, el perejil y la pimienta. Machaca todo con un tenedor hasta lograr una pasta untable. Sirve sobre pan

El secreto está en la calidad de la materia prima. Unta una fina capa de mantequilla en el pan y coloca una anchoa encima. Te sorprenderá cómo destaca el sabor umami del pescado.

Ensarta en un palillo una aceituna, una piparra doblada, una anchoa enrollada y los encurtidos que se te ocurran. Si tienes queso en aceite de oliva, es el momento de utilizarlo.

Reserva el jugo del pulpo y conviértelo en parte de una vinagreta, mezclándolo con vinagre de Calamansi, lima, limón y jengibre. Picamos fino los pimientos verde y amarillo, el apio y la cebolla morada y junta todo con las rodajas de pulpo y un poco de cilantro.

Picamos pepinillos y alcaparras y mezclalos con el queso crema. Sírvelo sobre una tosta y rodéalo de un filete de anchoa.

Lo ideal sería que tu mismo elabores el guacamole pero no es necesario-. Estamos en crisis así que tira del elaborado, úntalo sobre el pan y corona con el boquerón. Si puedes, espolvorea con cebolleta y cilantro.

• Temas
• Gastronomía
• Recetas
• Anchoa
• Queso