Restaurante El Sueve
Hace 41 años innovó en la preparación y presentación de las carnes. Y no ha variado. ¿Para qué cambiar lo bueno?
Discreto y felizmente imperturbable, con estrado de recibimiento y comedor en el que la madera de zócalos, vigas, lámparas y mobiliario de estilo castellano favorecen, mediante la penumbra y el sosiego, almuerzos y cenas íntimas, sigue firme y adelante por su cuarta década. ¿No resulta un peligro comportarse de manera tan conservadora? En absoluto cuando el bien asegurado es una mimada materia prima y un punto de calor concreto y exacto, sin altibajos ni desorientaciones, empecinados en el acierto de que la carne debe saber así. Y emplatarse así. Y tener estos colores toreros, oro por fuera y grana por dentro, de esa manera.
RESTAURANTE EL SUEVE
-
Dirección: Domingo Garcia de la Fuente, 12 - Gijón
-
Teléfono: 985 14 57 03
-
Cocina, parrilla y sala: Antonio Dimas Vieira Suárez y Juan Granda Riveiro
-
Web: www.facebook.com/RestauranteElSueve/
Véase el bife, el churrasco de punta de pierna, el solomillo en turnedó y medallón, y otros cortes que el vacuno, joven o maduro, reciente o reposado, nos ofrece. O el venado con puré de avellana y mermelada de moras, caza tierna y suave en un marco dulce, goloso e, incluso, conmovedor.
Porque El Sueve, felizmente, no cambia. Jorge, su fundador, químico investigador y docente que abandonó los fríos laboratorios inorgánicos por los cálidos culinarios (la pasión pudo con la profesión) se jubiló. Y sus dos mejores alumnos, Juan y Antonio, le han sucedido tras entrar ambos, ya estudiados y profesionalizados pero muy jóvenes, en esta parrilla diferente de las parrillas al uso.
El confit, el magret, el churrasco, el cordero o los ibéricos rodean su esencia y presencia con cremas, purés, salsas y compangos que reparten pradera y bosque en forma de setas, frutos rojos y negros, frutos secos, ortigas, trigueros, espinacas o mostazas debidamente esenciados.
La contraportada de su carta reproduce una cita de Julio Camba: «El asado a la parrilla es la más venerable de las preparaciones culinarias; pero, vieja como el hombre, todavía hoy son muy pocos los que la saben hacer, y absolutamente simple en teoría, casi nadie domina sus complejidades prácticas. No hay en la cocina universal una cosa tan antigua ni tan moderna, tan fácil ni tan difícil, tan sencilla ni tan complicada, tan conocida ni tan sorprendente».
Antonio domina tales complejidades. Juan las sirve. Y nosotros las disfrutamos.
Magretde pato
Para dos comensales
1 magret de pato, la pechuga completa con su grasa. Caldo hecho con restos y pieles de pato. Chimichurri casero. Patatas. Avellanas. Salsa de soja. Azúcar. Pimienta. Sal.
Elaboración
1. Adobamos el magret con un chimichurri casero (aceite de girasol, limón, perejil, ajo, cebollinos y pimiento, todo fino en salsa densa).
2. También lo bañamos en leche.
3. Antes de cocinarlo salpimentamos al gusto.
4. Sobre la parrilla, marcamos la parte de la carne sobre cuatro minutos, aunque la vista nos lo dirá.
5. Seguidamente le damos la vuelta y ponemos la parte de la piel.
6. Servimos y fileteamos por la parte de la piel.
7. Rociamos el magret con el concentrado de caldo de pato, rico en su gelatina, espolvoreamos azúcar, y lo requemamos con un requemador tradicional.
8. Aparte habremos cocido las patatas que trituramos con almendra tostada al cincuenta por ciento de cada ingrediente, además de nata, un toque de salsa de soja, y sal y pimienta prudentemente; debemos lograr un puré entre denso y suave.
9. Servimos y a disfrutar.