Restaurante La divina commedia
Es decir, a donde fueres, haz lo que vieres. Pero estos romanos cocinan aquí lo de allí con fidelidad, estilo y perfección: Sono italiani!
Entre la Plazuela y la Playa, esquinero y dividiendo dos espacios consecutivos -el de acceso tipo cantina y el fondero tipo trattoria- esta embajada italiana nos acoge clara, sencilla, moderna, cómoda, con su sagrario en el horno visto de leña del que salen a pala, celosa y rítmicamente usada, bases y cubiertas según demanda continua.
LA DIVINA COMMEDIA
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Dirección: Marqués de Casa Valdés, 7 - Gijón
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Teléfono: 984 39 17 79
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Apertura: Jesús Rubén Fernández Mazzoni, Emiliano Masci
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Descanso: Valentina Martino y Camila Nardiello
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Gerente y sala: 2013
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Cocina: lunes
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Menú laborables: suficiente, con vinos españoles e italianos
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Cerveza italiana a presión: Peroni
Beatriz y Dante, sin duda, encontrarían aquí el restaurante adecuado donde reponer fuerzas entre círculo y círculo del Paraíso, que ni el infierno ni el purgatorio tienen cabida o sentido en un marco pensado y resuelto para la più gustosa dolce vita.
Ruben es romano, como nosotros desde el edicto de Caracalla; pero romano de Roma, y romano de los Picos de Europa. que apellidado Fernández de primero, y Mazzoni de segundo, une a sus antepasados renacentistas (Jacoppo Mazzoni, filósofo y astrónomo del siglo XVI), sus igualmente antepasados astures. El padre, Vitorino Fernández, natural de Riaño, estudió filosofía y periodismo en Roma, casó allí con Rita Mazzoni, e hizo que su hijo conociera por igual los refinamientos de la Piazza Navona o del Trastévere, como las quebradas agrestes de Los Beyos, Ordiales y Peña Santa.
Amigo Rubén desde niño del así mismo romano Emiliano Masci, futbolistas ambos con corta pero destacada participación, pronto apostaron por la hostelería y sus riesgos empresariales; formados entre Formentera y Australia, acabaron en Gijón al elegir Rubén su calidad de vida. Y gijonesa nace su hija Julieta.
Ambos, ayudados por sus novias napolitanas Valentina y Camilla, han creado un ambiente atento y cómodo que enmarca los aciertos y refinamientos de carpacci, provolette, spagueti («al dente, e un partigiano come Presidente»), pasta fresca, gnocchi, cozze de mejillones, pizze o focacce. A destacar la naturalidad de los ingredientes, de las preparaciones, de las procedencias: aprovechan huertas y mar asturianos, por supuesto, para que la frescura vecina acomode y realce italianísimos parmigiano, mozzarela de búfala, provolone, prosciutto di Parma, birra Peroni, rosso Montepuciano, fizzante Lambrusco, riso arborio o carnalori o antipasti que recorren la bota italiana del Friuli a Sicilia.
¡Oh, la provoletta al forno con anchoas, salazón de bocartes que los genoveses crearon en Santoña para gloria cantábrica! ¡Oh, la enduja apimentonada y picante! ¡Oh el afrodisiaco Tiramisú!
Dejando aparte la imperecedera gloria de Dante, hay comedia, pero dell'arte, y divina, lo que se dice divina, la sutil resistencia al corte de una pasta crujiente, digestiva y activadora de la serotonina.
Pizza Margherita
Para cuatro comensales
- 350 gramos de harina fuerza
- agua la necesaria (alrededor de 2 decilitros)
- 5 gramos de levadura madre
- 2 pomodori (tomates) italianos
- 250 gramos de parmigiano reggiano DOP
- hojas de albahaca fresca
- un '6' de aceite de oliva extravirgen
Elaboración
1. Unimos la harina, el agua y la levadura.
2. Trabajamos la masa resultante durante el tiempo necesario (mucho) extendiendo y recogiendo hasta que quede elástica y no se adhiera a los dedos.
3. Construimos una bola y dejamos que descanse, fermente y leve no menos de cuarenta y ocho horas.
4. Pasado ese tiempo, una vez la masa haya adquirido una consistencia oxigenada y algodonosa, la aplastamos y damos forma únicamente con las manos, sin ayudarnos de ningún utensilio.
5. Sobre la superficie vertemos un 'seis' de aceite de oliva extravirgen (se conoce así el dibujo espiral resultante).
6. Distribuimos los pomodori o tomates en gajos.
7. Metemos al horno (lo ideal sería de leña) en temperatura máxima unos diez minutos.
8. Troceamos y rallamos el parmigiano generosamente.
9. A cortar con el cortador y tomar con los dedos.