La teoría dice que la Denominación de Origen Calificada Rioja es la más antigua de España porque en 2025 cumple 100 años. También que en 136 países se bebe un vino que se elabora en 144 municipios de tres comunidades autónomas a lo largo del Ebro. La práctica pone de manifiesto que el presente de la marca pasa por la «diversidad» tanto en la acción como en los actores. «Estamos en un momento de completa ebullición, con referentes que abrieron camino y mantienen los grandes finos y una nueva generación que elige quedarse en el campo y quiere embotellar su territorio», explica el director técnico de su Consejo Regulador. Él y el presidente, Fernando Ezquerro, visitaron Asturias para festejar su centenario y que el consumidor responda una pregunta: «¿De verdad conoce Rioja?».
–¿Qué supone Asturias para Rioja?
–Es una región estratégica porque es una de las zonas donde más se bebe Rioja. El asturiano ha sido fiel a la marca estos 100 años y sigue siéndolo. Según los datos que manejamos, Galicia, Asturias y León representan el 24,5% de consumo nacional de Rioja. Esta es una zona fría, donde están acostumbrados a vinos que tengan una acidez marcada, viveza y frescura, pero a la vez demandan que tengan buena redondez y volúmenes en boca, fruto de crianzas más largas.
Empezaron con blancos de largas guardas y también los sacan jóvenes
–La situación no es fácil, ¿qué le preocupa más?
–La Interprofesional del Vino habla de una caída del consumo este año del 3,3% a nivel mundial y apunta que no había niveles tan bajos desde 1961, pero seguramente en los 100 años que tenemos han pasado cosas mucho más graves que la actual crisis de consumo. De hecho, nosotros hemos crecido ligerísimamente a nivel nacional y un 4,4% en exportación. Estamos siendo resistentes por los tintos, que han sido siempre nuestro factor diferencial, pero también por la apuesta que hicimos por los blancos desde 2007. Diría a los asturianos que les den una oportunidad porque hicimos muchos de largas guardas, pero ahora también están saliendo referencias más frescas.
–¿Van a producir menos para equilibrar la ratio de ventas?
–Vienen tiempos complicados. Las tendencias indican que se consume menos y en momentos más concretos, pero mejores cosas, así que tenemos que poner en valor lo que somos. Que se entienda que el vino es necesario para fijar población en el territorio; hablo de 144 municipios que viven prácticamente de esto.
–Rioja ha sido pionera en mucho. ¿Eso también pasa factura?
–Todos atacan al líder, pero siempre digo que Rioja lleva 100 años revolucionando este sector. Fuimos los primeros en categorizar los vinos en función del tiempo de crianza, en crear una DO antes incluso de que hubiera ley para ello, la primera en ser calificada... Somos los primeros en tomar decisiones que nos hagan ver el futuro con optimismo, no hay una región más revolucionaria.
–Habló de los nuevos blancos, ¿qué más se está haciendo?
–Se está incrementando la diversidad, con referencias de municipio o parcela que defienden el territorio y también fantásticos monovarietales a partir de uvas que antes usábamos para ensamblar. La diversidad de Rioja no la puede dar ninguna otra DO en España.
–¿Puede ver el futuro con optimismo también el agricultor?
–Tiene que hacerlo. Además que en nuestra región las bodegas comercializadoras solo tienen un 18% del viñedo El 82% restante lo tienen 13.000 viticultores. Es imposible funcionar si ellos no tienen rentabilidad. Y también quiero resaltar las satisfacciones que nos está dando el enoturismo. Más de 900.000 visitantes recibimos el año pasado.
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