Con cariño desde Marivent
La familia real sigue «muy unida» al palacio mallorquín. Pero el nuevo protocolo de los futuros Reyes y los gustos de doña Letizia tienen a los empresarios ‘mosqueados’
DANIEL VIDAL
Sábado, 14 de junio 2014, 00:40
Desde que don Juan Carlos y doña Sofía se sintieron como reyes al llegar al palacio de Marivent, el 4 de agosto de 1973 con sus tres hijos, la niñera y la perra Laia en un Seat 1400, Marivent (mar y viento) es sinónimo de Mallorca y Mallorca de realeza. Y Mallorca le debe mucho, al parecer, al palacio de Marivent. «Hasta los más republicanos de la isla tendrían que dar las gracias a don Juan Carlos y a doña Sofía por habernos elegido para pasar las vacaciones durante más de 40 años. La promoción que han hecho de Mallorca, llevándola a las portadas de todos los periódicos y revistas del mundo, tiene un valor incalculable». Quien habla es Tommy Ferragut, un conocido relaciones públicas -que cree que los mejores relaciones públicas «son los Reyes»- y organizador de eventos mallorquín que se codea todos los años con los miembros más distinguidos de la 'jet', algunos de los cuales suelen pasar a saludar a Sus Majestades por el Palacio de Marivent antes de pegarse una buena mariscada en Puerto Portals. La visita de Lady Di hace más de un cuarto de siglo llenó el palacio de paparazzi que aún no se han marchado. Después llegaron Bill Clinton o Michelle Obama, entre muchos otros. Y con ellos, millones de turistas atraídos por tanto glamour. «Mallorca ha pasado a ser un destino turístico de calidad y residencia veraniega de importantes miembros de familias reales, casas nobles y gobiernos europeos. Y esto, en gran medida, se lo debemos a la proyección que han hecho los monarcas», apostilla la presidenta de la patronal mallorquina, Carmen Planas.
Los empresarios lanzan mensajes de agradecimiento, pero también de preocupación. Estas semanas andan con la mosca detrás de la oreja porque no saben si los nuevos Reyes seguirán con la tradición de pasar las vacaciones en la residencia que el pueblo de Baleares donó a don Juan Carlos y doña Sofía en 1973. «Una bonita historia» la de Marivent, califica irónicamente el senador del PNV Iñaki Anasagasti: «la clásica cacicada antidemocrática hecha bajo una cruel dictadura». Marivent, una mansión de 900 metros con tres plantas, una torre y hasta -dicen- un búnker subterráneo, se construyó para ser la residencia del pintor y mecenas de origen griego Juan de Saridakis (Alejandría, 1877-Palma, 1963). Cuando murió el artista, su viuda, Anunciación Marconi, donó la mansión y sus 33.000 metros cuadrados de terreno a la Diputación con la condición de abrir sus puertas al público como museo. Allí se mostrarían las 1.300 obras de arte que la pareja había ido coleccionando durante años, además de 2.000 libros y un centenar de muebles, algunos de gran valor histórico.
Pero en 1972 la Diputación decidió ofrecer la casa a los entonces Príncipes de España durante los veranos. Las visitas del público se hicieron incompatibles con el mantenimiento de la seguridad necesaria para las estancias reales y finalmente el palacio solo se dedicó a satisfacer a la Corona. El hijo del pintor acudió entonces a la Justicia y, finalmente, solo tuvo derecho a reclamar los bienes de la casa. El Supremo le dio la razón en 1988, aunque luego la Reina redecoró el palacio con los bienes de Patrimonio Nacional. La noticia del cambio de uso levantó cierto revuelo, pero con Franco aún vivo pocos se atrevieron a protestar por un museo. La gente lo vio como una inversión, una gran idea para promocionar la isla. Solo hay que recordar cómo los hosteleros pusieron dinero de su bolsillo para regalar al Rey su nuevo yate Fortuna (hoy en venta) con el que asegurar tan ilustre presencia en la isla. En total, 18 millones de euros de los que 2,5 salieron del propio erario público. Y eso que, para Ferragut, «los mallorquines no podríamos pagar la promoción que nos hace el Rey y la familia real con su presencia».
1,7 millones al año
De alguna manera, los mallorquines sí pagan de forma religiosa una especie de 'minuta' cada año, más allá de aquellos millones que se pusieron para el Fortuna. El Gobierno de Baleares (que es lo mismo que decir el bolsillo de los ciudadanos) destina más de un millón y medio de euros anuales al mantenimiento del Palacio de Marivent -limpieza, jardinería y obras-, algo criticado por algunos sectores de la isla desde hace años. Y la portavoz del Govern, Núria Riera, sigue lanzando guiños a la familia real (esta vez solo de palabra): «Esta es su casa y queremos que continúe siendo su casa». Y ante esa pregunta que reina en el ambiente -¿vendrán este año los nuevos Reyes?-, Riera se muestra cauta: «Desconocemos la agenda y no podemos adelantar acontecimientos», aunque en el fondo sí confía en que Felipe VI se deje ver unos días por Marivent tras convertirse en Rey.
Lo tendrá complicado. Zarzuela ya ha anunciado que los nuevos Reyes dedicarán julio y agosto a viajes de «presentación» como nuevos monarcas por el extranjero y algunos puntos de España. Una agenda apretadísima en la que aún no se ha decidido si la familia real pasará por Mallorca, como es tradición. Será el nuevo monarca quien disponga, finalmente. La presidenta de los empresarios mallorquines, por su parte, entiende las estrecheces de la agenda pero ya seduce a don Felipe por donde más le 'escuece', la vela: «Sabemos que es un gran amante de los deportes náuticos y esperemos que conserve la tradición de mantener Palma de Mallorca como destino vacacional de la familia real y de reuniones con altos representantes en un marco distendido y privilegiado. En cualquier caso, entendemos que durante los primeros meses de reinado pueda tener una agenda muy ocupada. Pero, si encuentran un hueco, serán muy bienvenidos».
Hay otro obstáculo. Es sabido que, para doña Letizia, los días de descanso de la familia real en Marivent no son tal descanso. Los posados oficiales y esas cosas que comporta ser Princesa de Asturias (o Reina, en breve) en la residencia oficial de verano siguen siendo responsabilidades del cargo, algo de lo que se libera en algún viaje privado a destinos exóticos, sin cámaras al acecho, que sin embargo este año no tiene muchos visos de llevarse a cabo. Además, «Letizia venía por obligación a Marivent, no le gustaba compartir el complejo. Tiene cierto afán de protagonismo», apunta Ferragut, que ha coincidido «muchas veces» de copas con el Príncipe. El año pasado, doña Letizia 'aguantó' una semana mientras Don Felipe disfrutó 15 días. «Él se ha criado aquí y ha vivido grandes momentos con sus amigos y su familia». Y ahora con sus hijas, a las que ha apuntado a la Escuela de Vela Calanova, en la que el Príncipe hizo sus pinitos. El propietario del restaurante del mismo nombre y 'jefe' de los restauradores de Mallorca, Alfonso Robledo, que da de comer «espaguetis, escalopes y menús normales» a los benjamines de la familia real, está convencido de que el Príncipe seguirá eligiendo Mallorca porque en la isla se siente «muy cómodo». Por no hablar de doña Sofía, que viaja «todos los fines de semana que puede, aunque nadie se entere. Es una enamorada de la isla», revela Robledo. Todas las fuentes consultadas coinciden: «La Reina Madre querrá vivir en Marivent y don Juan Carlos descansará aquí encantado».
Estos son algunos de los principales argumentos que esgrimen quienes piensan que, aunque no se repetirán fotos de la familia al completo, como la última en 2007, hecha añicos por el Caso Nóos, la familia real siempre seguirá vinculada a las cariñosas gentes de Mallorca y a Marivent, cuyas esplendorosas paredes también sirvieron para acoger alguna oscura reunión de 'trabajo' de Iñaki Urdangarin. Algunas figuras míticas de la vida social mallorquina como el exmodelo y relaciones públicas Javier Escobar manifiestan sentir «una profunda emoción» por los nuevos acontecimientos, pero «ninguna preocupación» ante la disyuntiva 'Mallorca sí, Mallorca no'. Escobar lo tiene claro: «Palma y don Felipe están unidas. Mallorca tiene los brazos abiertos para recibir a los nuevos Reyes», ilustra.
«Aquí están tranquilos», apunta Ferragut. «No hay ni una sola foto robada en Marivent. De hecho, se casaron y lo primero que hicieron fue venir a Mallorca». Quizá la isla sea también el primer destino tras ser coronados como Reyes.