Ángeles Fernández-Ahúja se despide entre aplausos tras el Pleno de Gijón: «Ha sido un privilegio ser concejala de mi ciudad»

Fue su compañera de bancada, Ángela Pumariega, quien primero aprovechó su turno de palabra para «agradecer su trabajo durante estos más de cinco años en el grupo municipal», por «contar siempre con su ayuda» y por su «entrega al proyecto del Partido Popular». Mención expresa hizo Fernández-Ahúja en su despedida a la propia Pumariega, su «compañera de fatigas» en el anterior mandato, cuando ambas quedaron como únicas integrantes del grupo municipal popular tras el abandono de Alberto López Asenjo y que éste pasara a ser concejal no adscrito. «Eso nunca se olvida», dijo refiriéndose a aquella etapa.

La hasta ahora concejala de Servicios Sociales y Vivienda hizo extensible su agradecimiento al resto de compañeros del partido, de la Corporación y de los integrantes de la plantilla municipal, «de los que siempre he recibido un trato afable y la mejor de las disposiciones». La de la renuncia fue «una decisión dura, muy dura, difícil y complicada», consecuencia directa de las limitaciones que le supone la dolorosa afección en las vértebras que padece desde hace meses y que ya en diciembre le llevó a aligerar carga de trabajo cediendo las competencias de Educación a su compañero Jorge Pañeda. La abogada gijonesa, que también fue diputada nacional por el PP, abandona la primera línea política satisfecha: «Es un privilegio haber sido concejala de mi ciudad», confesó antes de que se diera por concluido el Pleno y, ya de pie, volviera a recibir el calor del resto de compañeros de Corporación en forma de abrazo.