«El Archivo Municipal está pidiendo a gritos un nuevo edificio»
«Quien me sustituya, y ojalá sea pronto, va a estar entretenido. Hay muchos proyectos encima de la mesa»Eduardo Núñez Jefe del servicio del Archivo Municipal de Gijón, se jubiló el pasado viernes
LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Martes, 27 de junio 2023, 00:35
«El Archivo es un anciano de 753 años que renació de sus cenizas en 1989. Pero en estos años ha crecido y el traje ... le ha quedado pequeño, necesita uno nuevo», dice Eduardo Núñez, que el pasado viernes se jubiló como jefe del servicio del Archivo Municipal de Gijón. En esta entrevista hace repaso de sus más de tres décadas de dedicación profesional en los que «se hizo mucho con los pocos recursos que nos dieron».
-¿Recuerda al primer investigador al que conoció en el archivo?
-Sí, Agustín Guzmán Sancho, una persona excepcional y un gran investigador, todavía conservo una buena amistad con él. En 1989 yo tenía mi oficina en el actual entresuelo del antiguo Hotel Madrid. También estuvo en el archivo por aquellos años otra persona entrañable y que en cierta forma fue mi salvador: Agapito González Ordóñez, funcionario municipal. Elaboró con precisión, rigor y discreción los únicos catálogos que hay hoy en día de las actas y de los expedientes municipales entre 1850 y 1980. Todos los investigadores de la historia de Gijón del siglo XIX y XX le deben mucho. Si no hubiese sido por sus catálogos, no hubiésemos podido sobrevivir todos estos años. Se merece como mínimo un recuerdo en el callejero del Gijón por el que tanto trabajó.
EXPANSIÓN«Además de la ocupación urgente del centro La Muralla es necesario pensar en un edificio nuevo» LEGADO«El catálogo del fondo administrativo que dejo son casi 300.000 documentos desde 1960 a 2018»
-Usted entró a trabajar como archivero en 1989. ¿Con qué se encontró?
-Con un archivo desvencijado y atendido por un ordenanza que era un policía local en segunda actividad a las órdenes del secretario municipal. El archivo se repartía en seis locales que no cumplían ninguna norma; era una situación de simple subsistencia. Aquel ordenanza continuó en el archivo hasta su jubilación. Fue mi mejor compañero y aliado en todos esos años. Respecto del fondo histórico me encontré los trabajos realizados por Agapito González Ordóñez y un trabajo de organización de los fondos que había en el local de la calle Rectoría realizado por los hermanos Juan y Jesús Neira, contratados como becarios de aquella.
-Vamos, que había mucho trabajo por hacer. Mucho por organizar. ¿Por dónde empezó?
-Si, había que diseñar un archivo nuevo desde sus raíces y sentar las bases de su organización y funcionamiento. El entonces alcalde, Vicente Álvarez Areces, y el secretario, Alfredo Villa, tenían mucho interés en ver qué iba a hacer y sobre todo cómo lo iba a hacer. Areces, que era un político muy minucioso y entraba en los detalles, me pidió que le presentara un proyecto. Ahí ya advertí de todos los recursos y medios que harían falta. Areces, buen conocedor del valor de los archivos, tomó la iniciativa e hizo todo lo posible para dármelos. A esa época pertenece la construcción de la Torre del Reloj y su anexo, que es donde todavía están los fondos históricos, porque el fondo administrativo se ha ido extendiendo estas décadas por sucesivos depósitos. Tras treinta y cinco años de servicio, y con un incremento progresivo de funciones y fondos, el archivo está reclamando a gritos un nuevo edificio.
-¿Se ha quedado pequeño?
-El proyecto de la Torre del Reloj ya está superado y no tiene por dónde crecer. A la Corporación saliente se le pidió como solución temporal ocupar el centro 'La Muralla', contiguo al archivo, pero en su lugar se decidió cederlo a una coral.
El edificio de Tabacalera
-¿Cuál cree que sería la mejor solución a esa falta de espacio?
-Además de la ocupación urgente del centro 'La Muralla' es necesario a medio plazo pensar en un edificio nuevo y diseñado exprofeso para archivo. La mejor opción siempre fue la fábrica de tabacos de Cimadevilla, pero lamentablemente tuvo y tiene muchos novios y no es posible. Hay que optar por otra solución. El Archivo Municipal lo necesita, ahora mismo la situación está al límite, especialmente para el Archivo Histórico, la Biblioteca y el Archivo de Imágenes.
-¿Qué más necesita el Archivo?
-Un nuevo archivero municipal y un técnico por cada sección: Archivo Administrativo/Electrónico, Archivo Histórico, Biblioteca y Archivo de Imágenes. También necesita un técnico solo para gestionar las entre 5.000 y 6.000 consultas anuales que recibe. La Biblioteca/Hemeroteca Municipal 'Luis Adaro', que está en la antigua Escuela de Comercio, es otro tema. Si el Ayuntamiento sigue empeñado en que dependa del Servicio de Archivo y Documentación es necesario un bibliotecario técnico superior con su equipo para desarrollar todos los trabajos que hay que hacer ahí, que son muchos. Llevo años solicitando esos recursos.
-¿Qué retos tiene por delante el servicio?
-Muchos. Y todos importantes: el desarrollo de la administración y del archivo electrónicos, la digitalización de fondos y servicios, la difusión de contenidos, la recuperación de archivos de interés local.
-Usted es historiador. Pero, teniendo a su disposición todos los documentos del Archivo, nunca ha publicado nada sobre temas históricos de Gijón...
-Ni lo pienso hacer. La gente en general desconoce que los archiveros tenemos un código deontológico muy estricto que nos impide aprovechar para nuestro propio beneficio como investigadores los fondos que tratamos, organizamos y conservamos. Mi profesión consiste en organizar archivos y publicar guías, inventarios y catálogos de esos archivos. El catálogo del fondo administrativo municipal que dejo hecho son casi 300.000 documentos que van de 1960 a 2018.
-¿Cómo queda su despacho ahora que se jubila?
-No tengo despacho, nunca lo he tenido. Mi mesa, con mi silla, mi ordenador y mis expedientes quedarán como si al día siguiente alguien volviera a trabajar porque hay muchos asuntos que están ejecutándose, muchas gestiones del día a día que hay que hacer y muchos proyectos encima de la mesa. Quien me sustituya, y ojalá sea pronto, va a estar entretenido. Un archivo municipal de estas características y de este tamaño consumirá la vida de varios archiveros hasta estar plenamente organizado, la mía ha sido la primera, le seguirán otras.
-¿Una última reflexión?
-Que los gijoneses vean el Archivo no solo como un centro donde pueden venir a consultar sus documentos públicos sino un centro en el que reposa buena parte de su historia como pueblo, la de sus antepasados, la de sus descendientes. Y un centro en el que pueden depositar aquellos documentos que consideren de interés para la historia de Gijón.
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