El Ayuntamiento de Gijón prevé llevar la compra de la finca de La Isla a una modificación presupuestaria
El gobierno local confía en poder aprobar antes de finalizar el año los 1,8 millones que necesita para la operación, que permitiría ampliar el Jardín Botánico
El Ayuntamiento prevé llevar a cabo antes de que finalice este año la esperada operación de compra de los terrenos de la finca de La ... Isla que siguen siendo propiedad de los descendientes de Florencio Valdés, de cara a la incorporación de este suelo al Jardín Botánico Atlántico. Fuentes municipales señalan que ya existe acuerdo con sus titulares y únicamente falta la necesaria dotación presupuestario, dado que esta adquisición no se llegó a incluir en el presupuesto municipal. «Presumiblemente irá a una modificación presupuestaria antes de que acabe este año», apuntan las mismas fuentes, a la espera de poder tramitar el correspondiente expediente, que si existe acuerdo en el seno del equipo de gobierno necesitará también el visto bueno del Pleno. En concreto, serán necesarios 1,8 millones de euros, y tras las modificaciones presupuestarias aprobadas esta misma semana en el Pleno, principalmente para la amortización anticipada de deuda y la pavimentación de las calles Menéndez Valdés y Marqués de Casa Valdés, en las arcas municipales queda un remanente de tesorería de 6,2 millones de euros.
Fue un tataranieto del industrial Florencio Valdés, Jesús Oliva, quien a finales del pasado mandato, coincidiendo con los actos de celebración del XX aniversario del Jardín Botánico, le ofreció a la anterior alcaldesa, Ana González, unos terrenos que abarcan una superficie de 17.308 metros cuadrados e incluyen una casona de 1.739 metros cuadrados. El actual gobierno municipal tomó el testigo e inició las negociaciones con el propietario mientras trabajaba en planes concretos para darle uso a ese espacio, poniendo sobre la mesa la posibilidad de utilizar la finca como un gran escenario para actividades culturales, con programación estable a lo largo del verano, y dedicar la casa a usos hosteleros, así como a albergar el laboratorio, el herbario y el banco de germoplasma.
Hace un año, el Ayuntamiento atribuyó a las rigideces de la regla de gasto y la ley de estabilidad la imposibilidad de hacer efectiva la compra, lo que llevó a la familia a advertir de la posibilidad de renunciar a su venta al Consistorio.
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