Caídas y mucha diversión sobre hielo en la pista de Gijón
Los primeros en estrenar la pista de el 'solarón' fueron los integrantes del Club Patín Astur, que cambiaron las cuatro ruedas por las cuchillas
Un pequeño gorro de elfo se asomaba a la cinta colocada a la entrada de Inverland, en el 'solarón'. Hugo Casanova era uno de los niños que esperaban ansiosos a que la pista de hielo y las atracciones abrieran sus puertas. Era la primera vez que iba a ponerse los patines y patinar o por lo menos «intentarlo».
Los primeros en estrenar la pista condecorada como un lago nevado de los Picos de Europa fueron los alumnos del Club Patín Astur que 'piraron' el entrenamiento y lo cambiaron por una actividad «muy divertida». Leyre Montiel y Sara Bedia, a pesar de ser campeonas del club, explicaron que «había muchas diferencias del asfalto al hielo». Las principales: «que los patines son más altos y el hielo resbala mucho más». Para ambas, que Gijón opte a tener una pista de hielo, aunque solo sea en época navideña, es «todo un acierto», porque «inicias a los niños pequeños a probar un deporte que no es tan conocido». Y, a pesar de que no sea lo mismo que el patín de ruedas, «puedes conseguir que le entre el regustillo».
Leyre Sáez y Amaia Sáez (9 y 12 años) no podían «perder ni un segundo» para probar esta pista de hielo. «¡No sabemos patinar! Pero, si nos caemos nos levantamos». Al principio, se movían cogidas de la barra de la pista mientras veían a otros niños dándose de bruces contra el suelo. Pero, poco a poco fueron cogiendo confianza. Más veterana era Vanessa Pérez. Para ella, todos los años era «parada obligatoria». Para el ocio de Gijón le parecía «importantísimo» este tipo de actividades, sobre todo por el ambiente que se forma. «Es muy bonito. Vienes con los amigos, hay niños más pequeños a los que ayudas y es muy agradable», decía antes de deslizarse sobre el hielo.