Crimen de Gijón | El detenido por el crimen de Tremañes, autor de otro brutal asesinato en Bilbao

Veinte años separan los dos crímenes en los que se resume la vida de Alberto Aguirre. El detenido por asesinar en la madrugada del pasado jueves a Jorge Aquilino Llamedo, 'Quili', vecino de Tremañes, apenas llevaba tres meses en libertad después de pasar las últimas dos décadas, la mitad de su vida, entre rejas. Con un trastorno mental diagnosticado, 1,50 metros de altura, cara infantil y natural de Castro Urdiales, había sido condenado por asesinato en 1999 por el juzgado de Instrucción número 2 de Bilbao, entonces bajo titularidad del ahora ministro Fernando Grande-Marlaska.

Aguirre confesó durante aquel juicio haber discutido con la víctima, un vagabundo junto al que se le había visto por la ciudad. Explicó que se llevó al hombre a las vías del tren, lo ató de pies y manos con un cinturón y comenzó a golpearle con un palo de madera. Acto seguido, el joven cogió un hierro oxidado del suelo y se lo introdujo por la boca, apretando hasta incrustárselo en la garganta.

Tras la brutal agresión, Aguirre abandonó el lugar de los hechos, se fumó un cigarro y volvió para comprobar si la víctima continuaba con vida. Vio que respiraba con dificultad, así que le pisó la cabeza y arrojó tres piedras para consumar la muerte. Después le tapó con una alfombra, prendió fuego a su chaqueta y la arrojó sobre el cadáver. La Policía encontró el cuerpo prácticamente calcinado.

Aquel crimen conmocionó al país y le valió una condena de quince años, al estimar el juez el atenuante de trastorno mental transitorio. Sin embargo, la mala conducta del joven una vez en prisión, fue dilatando su pena hasta los veinte años. Las continuas peleas con otros presos le valieron también varios traslados, recalando por último en el centro penitenciario de Asturias, donde terminó de cumplir condena hace apenas tres meses.

Es allí donde coincide con Jorge Aquilino Llamedo, 'Quili', privado de libertad por impagos en la manutención de una de sus hijas. Al tener antecedentes por robo, el hombre, antiguo cuatrero de 62 años, se vio obligado a ingresar en prisión. Tras compartir celda y quedar libres en fechas muy próximas, 'Quili' accede a acoger en su casa del barrio de Lloreda, en Tremañes, a quien terminaría siendo el principal sospechoso de su muerte. Lo hace depués de que éste le ruegue asilo, al carecer de lugar alguno a donde ir. Fuentes familiares aseguran que la relación entre ambos era buena, aunque días atrás habían mantenido una intensa discusión en prisión. En el motivo de esa bronca, el cual 'Quili' no llegó a confesar a su entorno, reside el posible germen del posterior crimen.

Hace ahora dos meses, tras una nueva discusión con su anfitrión, Aguirre abandona la casa de Tremañes sin previo aviso, dejando allí sus pocas pertenencias. No volverá a comunicarse con 'Quili' hasta la noche en la que lo mata de una brutal paliza. Entremedias, comienza a pedir en la puerta de supermercados del centro de la ciudad y a frecuentar el Albergue Covadonga, donde incluso llega a pasar alguna noche.

Su presencia no pasa, sin embargo, inadvertida para la Guardia Civil, especialmente después de protagonizar algunas trifulcas e intentar desvalijar un coche. Pero no es hasta el pasado jueves cuando Aguirre, consumidor habitual de cocaína, vuelve presuntamente a matar. El hombre, que es detenido a las pocas horas gracias a la información aportada por la viuda de la víctima, pasará hoy a disposición judicial. Por su parte, el cadáver continúa siendo analizado en el Instituto de Medicina Legal de Asturias.