Doce alumnos con necesidades especiales del colegio Pumarín, sin apoyo educativo

Este curso, la docente de Audición y Lenguaje pasó a formar parte del equipo directivo del centro como secretaria, por lo que su jornada se dividió entre ambas tareas. Pese a que la dirección alertó a la consejería ya en junio para que completara su jornada, el curso comenzó con el recurso mermado. El centro es uno de los ocho colegios públicos de la ciudad que no se han beneficiado del refuerzo de la plantilla de estos especialistas puesto en marcha por la Consejería de Educación para paliar las consecuencias de la covid. Es decir, no solo no vio incrementado su equipo de especialistas sino que redujo sus prestaciones.

La situación influye directamente sobre los 21 niños que requieren este apoyo especializado. De ellos, doce han quedado privados del recurso y los otros ocho, que sí reciben la atención especializada, han visto reducidas sus sesiones. «Es inadmisible», critica Laura Gil Alas, presidenta del Ampa, que el 29 de septiembre trató, sin éxito, de ponerse en contacto por primera vez con la consejería y que la semana pasada presentó por vía administrativa un nuevo escrito.

«Están restando recursos donde más se necesitan y precisamente en uno de los barrios con un menor IRPF de la ciudad», lamenta la representante de las familias, «muy preocupadas» por una situación que «se alarga en el tiempo» sin viso de solucionarse. Quieren saber por qué a sus hijos se les niega este derecho. «Es a la administración educativa a la que le corresponde proporcionar recursos a todo el alumnado, incluido al que tiene una necesidad educativa diferente a la ordinaria». El refuerzo es ahora más necesario que nunca para evitar que los niños queden al margen: «Venimos de una etapa covid en la que han estado en casa y perdido recursos. Los más vulnerables ya vienen 'bajos de defensas' y necesitan adaptaciones curriculares y metodológicas», describe la presidenta del Ampa.

L. O. P. es madre de un niño con necesidades educativas especiales -dificultades de aprendizaje en lengua y matemáticas- que lleva desde primero de Primaria con este refuerzo. De suspender ha pasado a «sacar notables y sobresalientes y estar casi totalmente adaptado al nivel de su clase» ahora que está en quinto. Es uno de los 'afortunados' que mantienen sus dos sesiones de Audición y Lenguaje y tres de Pedagogía Terapéutica. Su madre está convencida de que ha ido superando curso a curso gracias a «contar con estos especialistas, que no solo enseñan a escribir o leer bien sino que también ayudan a gestionar problemas y conflictos». «Cuando valoraron a mi hijo y me dijeron que necesitaría refuerzo de AL y PT no sabía ni lo que era, pero ahora sé que hacen una función muy necesaria. Estas cuestiones no se entienden hasta que no tienes un hijo con necesidades especiales, que precisan un seguimiento y no pueden de la noche a la mañana perder este apoyo».