Las dos tortugas recuperadas en el Acuario, listas para volver al mar

Ya completamente recuperadas, ha llegado el momento de que vuelvan al mar. De liberarlas. La tortuga boba que a principios de 2023 estrenó las instalaciones del Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias (CRAMA), ubicado en el Acuario, y la que llegó hace unos pocos meses «están listas para ser reintroducidas en su medio natural». El martes abandonarán el tanque donde se han recuperado estos últimos meses para, a bordo de una embarcación de la Dirección General de Pesca del Principado de Asturias, ser llevadas a varias millas de la costa, donde serán soltadas. Para su liberación, se ha pensado en «una zona segura, lejos de los peligros de la costa, como los anzuelos de pesca o las embarcaciones». Todo está listo para su liberación, que se llevará a cabo si las condiciones meteorológicas lo permiten y con una temperatura del agua que se espera esté entre 19 y 20 grados.

La suelta no solo marcará el retorno de las tortugas al mar. El CRAMA pretende que tenga también un componente educativo y de sensibilización.

Así, en el Muelle de Tránsito, junto a las oficinas del Puerto Deportivo, se instalará un espacio informativo –que contará con una mesa con material educativo y estará atendido por personal de Educación del Bioparc Acuario de Gijón– dirigido a niños, familias y cualquier interesado en aprender sobre la conservación de las tortugas marinas y los peligros asociados a la contaminación plástica. El objetivo es conseguir que cada vez más gente se involucre activamente en la preservación del medio ambiente marino.

Precisamente, la presencia de plásticos en el mar fue lo que llevó a la primera tortuga, la encontrada en Bañugues, a las instalaciones del CRAMA. Cuando fue rescatada se encontraba en condiciones críticas, con una aleta estrangulada por plásticos y con presencia de restos plásticos en su estómago. Al final, hubo que amputarle la aleta dañada. Su recuperación ha sido laboriosa, rigurosa y lenta, dado su estado. Pero las pruebas de natación en profundidad a las que se le ha sometido demuestran que está lista para volver al mar.

El lunes, un día antes de la suelta, se le colocará un transmisor que ayudará a realizarle un seguimiento más exhaustivo. Según explican fuentes del CRAMA, está descrito que estos individuos, incluso con tres aletas, pueden sobrevivir en el medio marino, pero desde el Centro de Recuperación «se pretende tener más datos en este sentido y monitorear su adaptación».

La segunda tortuga que será liberada, un ejemplar juvenil, fue encontrada en el puerto de Lastres hace unos meses. Llegó a las instalaciones de Gijón sin un ojo, heridas en las aletas y plásticos en el estómago, además de una neumonía. La intervención del equipo del CRAMA, con el apoyo del personal de Bioparc Acuario, ha sido crucial para su rápida recuperación.

Al CRAMA llegó este año una tercera tortuga que, pese a los esfuerzos del personal, no consiguió sobrevivir.