Obras Públicas plantea que el ensanche de aceras de la calle Munuza, en Gijón, sea menor en su tramo inicial que en el resto para facilitar el giro desde San Bernardo
La Concejalía de Movilidad descarta el cambio de sentido de Emilio Villa y el tramo de doble sentido en Cabrales, porque tenían «más inconvenientes que beneficios»
A la hora de realizar el diseño de la calle Munuza, en Gijón, «esta estará compuesta por dos alineaciones o secciones transversales totalmente diferenciadas», ... recoge el informe elaborado por el servicio municipal de Obras Públicas para la futura remodelación de este punto central de la ciudad tras analizar los resultados de la «prueba táctica» realizada en junio y durante la cual se anuló un carril de circulación tanto en Munuza como en los accesos a la misma desde el Náutico –Domínguez Gil y San Bernardo– para evaluar la viabilidad de reducir el espacio dedicado a los coches y ganar más superficie para los peatones. De este modo, aunque este servicio municipal mantiene su apuesta por limitar el tráfico a un único carril de circulación, apuesta por dividir la calle Munuza en dos tramos, cada uno de los cuales tendrá «características geométricas propias». Y ello, porque uno de los principales problemas que se detectaron durante el mencionado ensayo, que se prolongó durante dos semanas, fue el giro de autobuses desde San Bernardo hacia Munuza, un punto por el que pasan cinco líneas de EMTUSA (4, 10, 14, 20 y 25). Fuentes municipales remarcan que aún no hay decidida una solución definitiva y que esta sigue «en estudio» y en proceso de debate entre las concejalías de Infraestructuras y Tráfico.
Un informe emitido a finales de junio por el servicio de Movilidad, y realizado por encargo de Obras Públicas, señala que la configuración de este cruce, con un giro de 90 grados, «hace que los vehículos con una longitud superior a los diez metros tengan que hacer uso de todo el espacio disponible entre los bordillos, llegando en la mayoría de los casos a 'volar' sobre las aceras con su parte delantera». Y aunque en ese documento se plantea como alternativa restringir cualquier actuación sobre Munuza al tramo que va desde la calle La Merced hasta Los Moros, manteniendo tal cual está el giro desde San Bernardo, tras su lectura los técnicos de Obras Públicas mantienen su propuesta de intervenir también en este punto, aunque de una manera más contenida. En este sentido, plantean que en su tramo inicial, coincidiendo con el cruce y hasta la intersección con la calle de La Merced, «la ampliación de aceras estará limitada e incluso en algún punto no se podrá ampliar, siendo necesario asegurar tanto en Munuza como en San Bernardo una calzada amplia para el giro»
Hasta los 2,30 metros
A partir de la calle de La Merced, el informe señala que también «habrá que tener en cuenta las limitaciones de giro» hacia y desde calles transversales como Instituto y Begoña –no menciona si se mantendrá el giro hacia Los Moros, que había sido anulado durante el experimento de junio–, aunque estos no conllevan tantas restricciones como el de San Bernardo, por lo que a lo largo de este tramo de Munuza se podrá mantener «un carril de circulación de cuatro metros de anchura y unas aceras de aproximadamente 2,30 metros de ancho». Esto supondría una importante mejora para la movilidad peatonal, pues supondría casi duplicar los 1,20 metros de anchura que tienen en la actualidad.
Dado que tanto la calzada como las aceras tendrían unas dimensiones distintas en uno y otro tramo de la misma calle, los técnicos advierten de que «será necesario buscar una solución de continuidad tanto formal como funcional entre ambas alineaciones, garantizando la accesibilidad y la seguridad vial, así como la coherencia con el diseño urbano». Lo que sí queda descartado, como ya avanzó en el último Pleno el concejal de Infraestructuras, Gilberto Villoria, es convertir toda la vía en una plataforma única similar a la de otras calles del centro de la ciudad.
Pasos de cebra elevados
«En el diseño se mantendrá la diferencia de cota entre la acera y la calzada, para que trabaje como elemento de protección física para los peatones, delimitando claramente el espacio peatonal del vehicular», señala el informe atendiendo a «la intensidad de tráfico que soporta esta calle». Y es que los datos de Movilidad cifran en hasta 625 vehículos por hora el tráfico que realiza el giro de Munuza en horario diurno, lo que la convierte en una calle «con una elevada intensidad de circulación por carril». El Ayuntamiento señala de hecho que los datos son superiores a los que se registrarían si se pasase de dos a un carril en la avenida de la Costa. Aunque no se descarta habilitar pasos de cebra elevados, atendiendo a las recomendaciones sobre accesibilidad del Ministerio de Transportes.
Al margen de la intervención en Munuza, el informe de Obras Públicas añade que en el ensanche de aceras previsto en Domínguez Gil y San Bernardo también habrá que tener en cuenta las limitaciones de giro desde la primera de estas calles. Para esta maniobra será necesario facilitar el uso del carril izquierdo de ambas, lo que en San Bernardo limitará las posibilidades de ampliación de la acera de los números pares.
Por otra parte, Movilidad considera que el cambio de sentido que se había probado en la calle Emilio Villa, y que ha sido revertido hace unos días tras haber permanecido vigente desde la prueba de junio, «no se considera necesario» dado su bajo uso y la obligación de mantener un tramo adicional de doble sentido sentido en la calle Cabrales, a la altura del Náutico, que «generaba más inconvenientes que beneficios, con retenciones puntuales que podían llegar hasta Ventura Álvarez Sala.
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