«El Ayuntamiento reformará El Molinón con más de 20 millones con o sin Mundial»
«Hay dos cosas intocables: la ubicación y antigüedad del estadio, y los locales comerciales»
Jesús Martínez Salvador (Gijón, 1985) es concejal de Urbanismo, segundo teniente de alcaldesa y portavoz del gobierno municipal. Eso quiere decir que por sus ... manos pasan casi todos los asuntos de enjundia que aborda el Ayuntamiento de Gijón, que son muchos. Incluso la reciente polémica del estadio de El Molinón, el Sporting y el Mundial 2030. Y a este respecto, anuncia importantes novedades.
–Recientemente, usted dijo que El Molinón estaba espectacular y le llovieron las críticas por ello. ¿Cómo está la salud de El Molinón?
–La mayoría de los años de mi vida los he pasado siendo socio del Sporting. Soy socio del Sporting y no puedo admitir que El Molinón está en un estado lamentable. Hemos tenido recientes encuentros con una media de 20.000 espectadores y ver el ambiente y cómo luce el estadio todos los días de partido a mí me sigue pareciendo espectacular. ¿Quiere decir que es comparable a San Mamés, el Metropolitano o los estadios construidos en los últimos cinco o seis años? Pues evidentemente no. ¿Quiere decir que no necesita una inversión en mantenimiento? Ni mucho menos, pero todo aquello que tiene ahora El Molinón es subsanable. Ni mucho menos creemos que se merezca ser demolido para construir otro estadio. En ningún caso creemos que eso lo merezca el estadio más antiguo del fútbol español.
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–¿Qué piensan hacer?
–Estamos estudiando qué reformas o actuaciones se pueden hacer en El Molinón para mejorar su habitabilidad. Es hacer un estadio más moderno, solucionando los problemas que tiene. Pero eso no supone tener que hacer un estadio nuevo ni invertir 330 millones de euros ni 150. Se puede hacer con mucho menos e independientemente del Mundial. Es algo en lo que ya estamos trabajando.
–La última reforma importante data de 2010. ¿Qué inversión cree que sería necesaria en esta ocasión?
–Esa reforma, si no estoy equivocado, supuso una inversión total entre todas las partes implicadas, de unos 20 millones de euros. Lo que necesitaría hoy probablemente sea más de 20 millones, aunque no sabemos decir una cantidad. Desde luego, es una cantidad que estaría muy lejos de los proyectos que se han barajado.
–¿En qué se actuaría?, porque sí que hubo problemas con la instalación eléctrica, goteras...
–En eso es en lo que estamos trabajando. No me atrevo a decir cosas concretas. Pero insisto en que independientemente del Mundial o no, estamos estudiando todas las alternativas, por si hubiera que tener el mismo aforo o hubiera que dimensionarlo. Se trata de un estadio más moderno también en seguridad y a nivel de prestaciones y de lo que supone la experiencia del espectador.
–¿Entiendo que estaría dirigido al espectáculo fútbol y no a añadir más restaurantes, miradores y cosas similares?
–Hay una cuestión importante, que es que la reforma de El Molinón de 2010 de alguna manera hipotecó la evolución del estadio hasta el año 2050. Hay que recordar que los bajos comerciales tienen una concesión vigente hasta ese año. Para nosotros es imperativo que se respeten, pues además son un nicho de empleo importante, con numerosos servicios que dan empleo a unas 300 personas todos los días. Pero, por supuesto que habría que estudiar nuevos usos comerciales que puedan surgir.
–Pero en todo este asunto parece que hay bastante confusión sobre a quién corresponde la iniciativa. Están el Grupo Orlegi, el Sporting y el Ayuntamiento pero Orlegi trabaja como si El Molinón fuera de su propiedad...
–Es importante clarificar varias cuestiones. Orlegi no es el Sporting, es un accionista, actualmente el mayoritario, del Real Sporting de Gijón y el Ayuntamiento trabaja con ese accionista mayoritario con toda la lealtad institucional y todo el respeto, como lo hacía también con la anterior propiedad y como lo hace con el resto de clubes de la ciudad. No se puede ser tan reduccionista a la hora de hablar de un club de casi 120 años de historia.
–Pero ¿qué ha pasado con la candidatura del Mundial?
–Tenemos que agradecerlo a Orlegi, porque su entusiasmo e ilusión porque Gijón sea sede del Mundial es lo que ha permitido que incluso a día de hoy todavía lo pueda ser. Ellos fueron quienes lo solicitaron y el gobierno local en aquel momento no estaba pensando que Gijón fuera sede del Mundial. El gobierno local que entonces estaba en la ciudad dijo que el Ayuntamiento no podía poner ni 40 ni 10 millones para un estadio y era cuando hablábamos de una inversión de 330 millones para un nuevo estadio que no era El Molinón, porque estaba hasta en otra ubicación.
–¿Qué cambió con el gobierno actual?
–Fuimos nosotros quienes dijimos al Grupo Orlegi: lo siento, el estadio es de todos los gijoneses, un estadio municipal que no se va a mover de su sitio. Podemos estudiar ser sede del Mundial, pero hay cosas que son intocables: una es la ubicación y la antigüedad del estadio y la otra, los locales comerciales, porque nos tendríamos que enfrentar a indemnizaciones millonarias. Tampoco quisimos ligar la construcción de un nuevo estadio a un desarrollo inmobiliario.
–¿No se habló nada de cómo se repartiría la inversión entre las partes?
–No hubo ninguna conversación en firme y no hay ningún caso que conozcamos que un Ayuntamiento haya partido de cero con un nuevo estadio, ni afrontado una inversión de 100 millones de euros. Son cifras que condicionarían el futuro de la ciudad, porque Gijón está en un momento en que en los próximos años van a arrancar muchos de los proyectos que llevan más de una década parados, como la ampliación del Parque Científico o la regeneración de El Natahoyo con el proyecto Naval Azul, por ejemplo.
–El plazo se prorroga ahora hasta julio. ¿Orlegi debería haber presentado un plan financiero?
–Es lo que esperábamos, pero no ocurrió. Nos hubiera dado seguridad para poder asumir los fuertes compromisos que la FIFA nos decía que teníamos que firmar. Se ve que no están garantizadas las sedes del Mundial cuando se amplían los plazos. Lo que podemos decir es que no nos hemos movido de nuestra postura. ¿Queremos que el Mundial esté en Gijón? Sí, pero con un plan de financiación que podamos cumplir. Si no lo hay, no. Gijón debe estar en la pelea por el Mundial siempre y cuando haya un planteamiento responsable. Lo que no podemos es engañar a la gente ni 'empufar' el futuro de la ciudad.
–Pero es que hasta el arquitecto del proyecto del estadio habló sin tener nada fijo aún...
–Entendemos que esas declaraciones se hicieron como parte de esa ilusión del Grupo Orlegi por ser sede, pero todos sabemos en Gijón que el Sporting no tiene un estadio, el estadio es de la ciudad y que se lo cede al club sin ninguna contraprestación para que lo use. Cualquier cosa que se haga en El Molinón debe tener el visto bueno de la ciudad.
–Parece que hay un informe que dice que el retorno de la inversión para la ciudad sería muy importante. ¿Qué le parece?
–Para que un informe de impacto económico tenga rigor hay que saber el coste real de lo que se va a invertir. A día de hoy, eso es una incógnita. Suponiendo que el impacto para las arcas públicas fuera de 150 millones, se estimó un retorno de 250. Es decir, el 60% del retorno es la propia obra de hacer el estadio.
–Pero se había dicho que el Ayuntamiento tendría que invertir unos 50...
–Esos 50 millones no están contemplados en el estudio. Estamos hablando de 150 sólo por construir el estadio. A día de hoy, si se hace el estadio y lo firma el Ayuntamiento, lo haría el Ayuntamiento porque no hay garantías de que haya una cantidad consignada por nadie más para ello.
–Los otros 50 millones de aportación municipal, ¿a qué se deben?
–Es una estimación en virtud del resto de cosas que tiene que aportar la ciudad, como habilitar numerosos espacios y tiene que asumir una serie de compromisos de infraestructuras y financieros, como la suscripción de un seguro muy importante. Cuando hablamos de retornos, el verdadero impacto para la ciudad, tanto económico como para el club, no es que Gijón sea sede del Mundial, sino que el Sporting de Gijón vuelva a estar en Primera División. Eso es de verdad lo que creemos que tendría un impacto sostenido y muy importante.
«El nuevo retraso del vial de Jove es un escándalo»
–Se ha producido un nuevo retraso en la adjudicación del vial de Jove. ¿Qué piensa?
–Creo que la verdad es un escándalo. Estamos muy cansados, porque llueve sobre mojado. Nos quedamos sin calificativos. Con el primer aplazamiento quisimos ser prudentes, pero ahora nos hace ser pesimistas.
–¿Por qué? ¿Teme que haya problemas con las empresas?
–Cuando hay tantos retrasos, uno puede pensar que realmente hay algo que no sabemos. Ojalá me equivoque. Esperamos que no sea así.
–¿Y qué pueden hacer?
–Junto al Gobierno del Principado, hemos solicitado una reunión para que el ministerio nos dé explicaciones. Sabemos que se celebrará próximamente, aunque todavía no tiene fecha. Hay muchos temas que afectan a Gijón que creemos que merecen aclaraciones. A día de hoy, la sensación es de hartazgo.
–¿Habrá movilizaciones?
–No renunciamos a ninguna acción. Los vecinos también están muy cansados y hartos, y no descartamos tener que movilizarnos junto a ellos.
–Al menos, parece que lo que sí marcha bien es la adquisición de los terrenos de Naval Gijón...
–En abril está previsto hacer la modificación presupuestaria para formalizar la adquisición de los terrenos de la Autoridad Portuaria. Los plazos que manejamos es que sea a finales de verano cuando se formalice. Además, seguimos trabajando con Pymar para adquirir el 40% del ámbito urbanístico que es de su propiedad.
–¿Les han presentado la tasación de los terrenos?
–Todavía no, pero nosotros también estamos trabajando en otra tasación. Esperamos que los más pronto posible nos podamos sentar para hablar sobre ello y poder formalizar también esa adquisición.
–¿No intentaron que Pymar fuera socio en el desarrollo de Naval Gijón?
–Fue el planteamiento inicial, pero preferían enajenar su parte. Una vez que nos han dicho eso, el objetivo pasa a ser la adquisición de ese suelo.
–En el plan de vías, plantean el derribo del viaducto de Carlos Marx, pero aún no se ha convocado el consejo de administración de Gijón al Norte...
–No. Por eso decía que tenemos muchos asuntos que hablar con el ministerio y uno de ellos es este. Están en redacción los proyectos de todas las piezas que componen el plan de vías y, si no hay ningún retraso, no se recibirán los proyectos definitivos hasta finales de 2025, con lo que no se empezará a licitar ninguna obra hasta 2026. Por tanto, no se podrá ver ninguna máquina trabajando, con suerte, hasta 2027.
–¿Es ese calendario el que les animó a adelantar el derribo del viaducto de Carlos Marx?
–No podemos esperar para ver algún cambio. Hay dos cuestiones que regenerarían ese espacio con una inversión muy contenida y esperamos que el ministerio tenga a bien permitirlo. Son el derribo del viaducto y el adecentamiento de la parcela hasta el 'solarón', para que pueda presentar un estado similar al que presenta la zona verde contigua a la iglesia de San José en la actualidad, que es usada por muchos gijoneses.
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